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Tras el disfraz de taxistas, delincuentes asustan a Cali

Algunos ladrones se hacen contratar por dueños de vehículos de servicio público. Este año ya hubo 30 denuncias por paseo millonario. Tienen los oídos como antenas para captar acentos o frases que hablen de dinero o de objetos que cuesten bastante.

31 de julio de 2011 Por: Redacción de El País

Algunos ladrones se hacen contratar por dueños de vehículos de servicio público. Este año ya hubo 30 denuncias por paseo millonario. Tienen los oídos como antenas para captar acentos o frases que hablen de dinero o de objetos que cuesten bastante.

Las bandas de paseo millonario en Cali son de entre cinco y seis personas. Todos con sentidos aguzados, como cazadores: los ojos listos a identificar características especiales como forma de vestir, de caminar, para así determinar quién es una potencial víctima. Tienen los oídos como antenas para captar acentos o frases que hablen de dinero o de objetos que cuesten bastante. Si alguien cumple esos requisitos y aborda uno de los taxis que utilizan los delincuentes para camuflarse es muy probable que la siguiente hora de su vida sea una pesadilla, porque los asaltantes acostumbran amedrentar con armas de fuego y hasta con golpes. Hay quienes han pasado hasta una hora a bordo de un vehículo que supuestamente los debía llevar a salvo a sus casas, mientras le quitan sus pertenencias. Quienes hacen el paseo millonario buscan dinero en efectivo, celulares de gama alta, tarjetas de débito, cámaras, joyas, ipods, computadoras portátiles, relojes, lo que sea que tenga valor.Pero, pese a su macabra efectividad y organización, lo que hace a estos delincuentes tan peligrosos no es la sangre fría con la que actúan si no el hecho de que están ocultos a la vista de todos. Lobos disfrazados de ovejasEntre enero y mayo a la Fiscalía de Cali llegaron 30 denuncias por paseos millonarios. Cinco más fueron reportadas a la Sijín. Uno de los casos más recientes ocurrió el fin de semana anterior. En esta ocasión las víctimas fueron cuatro jóvenes, dos caleños y dos alemanes, que tomaron un taxi en Granada y fueron atracados por dos delincuentes que abordaron el taxi en cercanías de la Tercera División.Un taxista a quien hace varios años le ofrecieron hacer parte de una banda que se dedicaba a ese delito le reveló a El País el modus operandi de estos delincuentes que, para él, son un peligro no solamente para los usuarios de transporte público sino también para los taxistas que sufren el estigma de ser señalados por muchos de ladrones y hasta de asesinos.Para efectos de este informe, al taxista le llamaremos ‘Radio’. Él ha estado en ese negocio por décadas y ha sufrido en carne propia el acoso de bandas de delincuentes dedicadas al paseo millonario porque en varias oportunidades le han pedido que se una a ellos con la promesa de aumentar sus ganancias en 100, 200, 300 o 400% cuando él estuvo atravesando por situaciones económicas complicadas debido a una racha de enfermedades que se ensañó con su familia.‘Radio’ cuenta que la estrategia de esas bandas es buscar taxistas que están descontentos con el dinero que ganan detrás del volante. Él jura que fue capaz de rechazar la tentación pero que no son pocos quienes caen seducidos por el dinero fácil.Él explica que de esa manera, al contratar taxistas reales, las bandas detrás del paseo millonario logran evadir algunos controles de las autoridades, especialmente por estos días cuando la Policía de Tránsito está adelantando operativos de seguridad en Cali.‘Radio’ precisa que se trata de pescar en río revuelto: en Cali hay registrados 16.485 taxis. Eso significa que por cada 122 habitantes de esta ciudad hay un taxi. Se calcula que en grandes ciudades esa cifra es de un taxi por cada 500 personas.‘Radio’ dice que esa saturación de vehículos hace muy difícil que los conductores puedan cumplir con los pagos diarios a sus jefes y eso los hace vulnerables a las bandas.Pero, los delincuentes, que según fuentes de la Sijín, vienen en su mayoría de otras ciudades, también se convierten en taxistas. ‘Radio’ explica que hay dueños de carros que piden mucho dinero a sus empleados cuando terminan el turno diario. Normalmente el producido de doce horas de trabajo en un taxi es de $45.000 pero hay dueños que exigen $55.000 y hasta $70.000 cada día a sus conductores.Los miembros de la bandas, explican fuentes judiciales, vienen desde otras capitales y se instalan en hoteles de Cali en búsqueda de ese tipo de ofertas laborales. Pueden pasar entre 20 días y un mes estudiando rutas, direcciones y dinámicas para aplicar al empleo. Desde luego no chistan cuando les piden un producido muy alto. La idea es hacerse a un taxi legalmente matriculado.Agentes encargados de perseguir a estas bandas comentan que luego de realizar varios atracos con un mismo vehículo, los ladrones se deshacen de él. Versiones hablan de que los pican y lanzan pedazos a las aguas del Río Cauca. Estos taxis luego son reportados como robados por los dueños y el conductor no vuelve a aparecer.Escogiendo las presasAunque la Sijín afirma que en Cali no hay bandas organizadas dedicadas exclusivamente al paseo millonario, sí admite que hay grupos de entre cinco y siete personas que se dedican a vigilar como buitres sectores en donde hay discotecas, restaurantes y hoteles.Una fuente judicial dice que se han identificado delincuentes en Siloé, que cometen crímenes en sectores como El Lido, El Refugio y El Parque del Perro.También se conoce de grupos en Terrón Colorado que buscan víctimas en la Avenida del Río y la Avenida Sexta. Otros del Distrito de Aguablanca delinquen principalmente en Ciudad Jardín, el sector de Valle del Lili, la Avenida Simón Bolívar y Ciudad Córdoba. Finalmente, hay un cuarto sector que es de Floralia y se enfoca en La 14 de Calima, La Flora y Chipichape.‘Radio’ dice que esos grupos usualmente se dividen en dos. Uno es el supuesto taxista que se parquea en sectores comerciales a esperar a su presa. El otro grupo es el de los cómplices que a veces tienen otro vehículo en el que siguen al taxi hasta interceptarlo y robar a sus ocupantes.De acuerdo con ‘Radio’ a veces el taxista también deja el manos libres del celular en modo de altavoz y así sus secuaces oyen cuando la víctima les da la dirección a donde quiere ser llevada y así se le adelantan, la esperan y en un semáforo abordan el taxi y cometen el robo.‘Radio’ argumenta que cuenta todo esto porque sabe que como él hay muchos buenos taxistas haciendo lo posible por quitarse ese estigma y trabajar honestamente. Dice que no quiere que le digan ladrón y asesino sino que destaquen su labor como un taxista cívico y honrado.

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