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José Luis Quintero Benavidez trabaja desde hace 11 años en Sidoc y tiene tres certificaciones. | Foto: Wílman Ríos / El País

GENTE CON TALENTO

¿Por qué es importante certificar su talento?, dos operarios cuentan las ventajas de esa decisión

El auxiliar de almacén José Luis Quintero y Campo Elías Rosero son dos operarios de montacargas debidamente certificados. Dos ejemplos de vida y superación que cumplen todos sus sueños al servicio de la Siderúrgica del Occidente S.A.S., Sidoc.

13 de noviembre de 2019 Por: Redacción de El País

“Voy tras mi cuarta certificación”

A la hora de escoger los documentos vitales para su vida laboral, el hombre no lo duda. Sabe perfectamente la importancia de poseer una licencia para conducir y también de contar con una certificación laboral que le permita desarrollar con éxito su trabajo como experto montacargas.

“Con la certificación puedo manejar con responsabilidad y seguridad los aparatos con los que trabajo desde hace 11 años”, reflexiona José Luis Quintero Benavidez, quien se desempeña como auxiliar de almacén.

A Sidoc llegó hace once años, luego de que su padre muriera cuando él estaba por terminar el bachillerato. Comenzó a desempeñarse como auxiliar de almacén y ante la complejidad de la labor, la empresa lo impulsó para que se capacitara tomando cursos de logística dictados por el Sena. Fue entonces cuando recibió su primera certificación de manos del Servicio Nacional de Aprendizaje, avalando sus competencias y destrezas en funciones de almacenamiento a nivel de producción empresarial.

José Luis recuerda que así, entonces, tuvo las bases técnicas para saber cómo hacer inventario, cómo clasificar mercancía, cómo controlar los tiempos del ‘stock’, y cómo manejar un sistema universal de control.
“La certificación como auxiliar de almacén me ha permitido ser más productivo, porque me ha facilitado mi trabajo. Sé que la mercancía hay que rotarla y cerciorarme que las facturas que recibimos contengan la referencia de los pedidos, para evitar quedarnos con un material equivocado”, explica José Luis.

La sana ambición por seguir aprendiendo sobre su oficio, llevó a José Luis a seguir buscando capacitarse y fue así como terminó cursando un ciclo en formación a través del cual pudo certificarse como operario de montacargas y después como operario de puente-grúa.

“En el momento en que se entra a un proceso de certificación, uno entiende que existen muchas cosas que desconoce y que deben ser aplicadas para cumplir con un trabajo responsable y seguro”. Los deseos de José Luis, sin embargo, no se detienen: ahora se interesó en manejar retroexcavadora y cuando termine el curso sumará su cuarta certificación.

“Certificarme me fortaleció el conocimiento”

La vida laboral de Campo Elías Rosero Pantoja ha estado ligada a la fundición y a las calderas, como profesional certificado en operación de montacargas de Sidoc.

A la compañía llegó hace 14 años, con alguna experiencia como montacargas, luego de haberse desempeñado como operario de oficios varios en una empresa que realizaba trabajos de fundición de plomo.

Pero fue en Sidoc donde aprendió a mover una pieza pesada, o a trasladar el desperdicio del producto terminado a las calderas.

“Llegué a la compañía creyendo que lo sabía todo, pero cuando realicé cursos de certificación con el Sena me dí cuenta de que estaba en pañales. Certificarme me fortaleció el conocimiento; por ejemplo, en materia de seguridad hacía cosas que no se deben hacer. Con mis compañeros de curso entendímos que cometíamos equivocaciones”, cae en cuenta ahora el curtido operario, bugueño de 55 años de edad.

Por eso hoy día, basado en su experiencia, recomienda a todos los que puede que emprendan un proceso de certificación, pues permite perfeccionarse en el oficio y prevenir fallos: “Manejar un aparato de los que yo opero requiere de una gran responsabilidad, ya que muchas vidas humanas corren riesgo por una mala maniobra”.

Además, hoy, está convencido de que la certificación es una herramienta más que determinante para la vida, justo en estos tiempos: “Dios no lo quiera uno sale de una empresa, y con una certificación puede arriesgarse a pedir trabajo en uno de los 22 países con los que Colombia tiene convenio. Me parece fantástico”.

Campo Elías, en todo caso, nunca ha pensado en irse de Sidoc. Allí, dice, no solo ha crecido como trabajador, sino como persona. Con su trabajo, y el apoyo de la empresa, sus tres hijas hoy son profesionales graduadas.

Junto a Campo Elías, en la compañía trabajan otros nueve operarios de montacargas certificados. Alguno de ellos, en algún momento, lo sucederá en la empresa: dentro de siete años, según su calendario, llegará el tiempo de pensionarse.

¿Quiere certificarse? Empiece ingresando a www.gentetalento.com y siga los pasos.

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