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Recorrido por las películas de Jennifer Lawrence

23 de enero de 2016 Por: Redacción de El País.

Más  allá de su cara redonda, de sus  labios carnosos y los  ojos azules, Jennifer Lawrence tiene lo que José Ignacio Sánchez, director de Cinemagazín, programa de Telepacífico, llama “presencia escénica. La cámara la recoge. No pasa desapercibida cuando está en la pantalla”. Lea también: Jennifer Lawrence, el mejor ejemplo de espontaneidad y buen humor.

Eso juega a su favor,  por algo  ha competido en las últimas nominaciones con actrices de gran trayectoria, sin embargo puede estar en su contra, al convertirla en  actriz comercial. Y ella ha colaborado en eso, al aceptar roles en películas de superhéroes como X-Men y sagas como la de ‘Los Juegos del Hambre’. Lea también: El lado íntimo de Jennifer Lawrence.

“Al verla  en pantalla uno no puede quitar los ojos de ella, así no esté haciendo nada, así no hable, así haga una pausa, un silencio,  llama la atención. Hace un trabajo profesional y se ha preocupado por ser integral, por actuar, bailar,  aprender las habilidades que requiere su papel”, dice el periodista.

Y es que no ha escatimado en esfuerzos para sus papeles: Aprendió tiro al arco, a tal punto que podría competir en los Olímpicos, a montar a caballo, algo de español, e  incluso a desollar ardillas, esto último le causo una reprimenda de Peta, que lucha en contra del maltrato animal. 

Si quiere ganarse otro Óscar, considera  Ignacio, “ella debe romper con esos encasillamientos, hacer cosas que hagan historia, con ‘Joy’ se salió de lo que estaba haciendo, pero  no es el mejor guion. Con una historia y un director diferente con el cual se pueda plantear nuevos retos, lo puede lograr porque con David O Russell estuvo en   ‘American Hustle’ (La Gran Estafa) y ‘Silver Linings Playbook’ (El Lado Bueno de las Cosas)”.

Para el director de Cinemagazín, “esta historia más de Cenicienta, de una mujer que se sale de la pobreza y de la humillación a la grandeza y la gloria, no daba ni para un Globo ni para una nominación al Óscar.  Me sorprendió que se llevara el Globo, pero entre las personas que estaban compitiendo ella era la más conocida, la niña mimada que desde que comenzó se ha destacado porque tiene cualidades de una gran actriz”.

Fue con su papel en ‘Winter’s Bone’, de Debra Grani, que Lawrence cobró fuerza,  “una película totalmente fría y potente que protagonizó al lado de John Hawkes, que fue como la gran revelación del cine independiente”, explica Iván Darío Hernández Jaramillo, comentarista de cine.  

Después de un pequeño rol en ‘El Castor’, de Jodie Foster, volvió con fuerza en ‘Like Crazy’, de Drake Doremus, otra película de primera categoría para la historia del cine norteamericano. Y dice Hernández que en ‘X-Men’ su papel de mutante ha sido uno de los “más brutales que se pueda uno imaginar”. 

Aún así, a él le queda el sinsabor de que Jennifer se repite mucho. “Me sorprendió en ‘Winter’s Bone’ pero la cara se me hace muy similar, sus gestos son parecidos, su actuación no me dice nada, es exactamente igual en ‘X-Men’ y ‘Los Juegos del Hambre’. Con David O’Russell ha logrado  unas  facetas totalmente distintas, maravillosas, ricas y poderosas,  como en  ‘American Hustle’ (La Gran Estafa Americana) en la que hace de una mujer de 30 y pico de años,  la esposa celosa de un usurero. Uno nunca imaginaría que una niña como ella lograra unos niveles de madurez y de maldad en un personaje tan picoso y tan complejo y en ‘El Lado Bueno de las Cosas’, también de O Russell, es una mujer desequilibrada  y allí corta la repetición de lo que hace en otros papeles”. 

Para él las peores películas de Lawrence son precisamente por las que es más comercial: ‘Los Juegos del Hambre’, donde “aburre hasta la saciedad” y  ‘Joy’,  ”que es una película extraña,  con una forma de narrativa particular, y si bien la actuación de ella es buena, no está a la altura de lo que hizo con ‘American Hustle’ o ‘El lado bueno de las cosas’. En ‘Serena’, de Sussanne Bier, dice que tuvo “un papel bonito, correcto. Pero  sigue sin sorprenderme”. 

Eso sí, admite que “es una actriz que todo el mundo ama, un ícono del cine, pero su marca en mi mente y en mis deseos cinematográficos no trasciende mayor cosa ni como ícono sexual ni como actriz. Simplemente es una actriz que tiene cosas muy brillantes, de momentos”.

Paradójicamente Jennifer, quien siempre ha tenido un aire masculino desde su infancia, cuando prefería los deportes de hombres, ha sido la imagen de grandes marcas, como Dior, que le ha dado sus mejores galas para la alfombra roja, pero además ella es el rostro de sus productos de belleza. Pero ella, bromista por naturaleza, suele soltar perlas como que esos vestidos la hacen parecer que tuviera una axila vaginal, porque la comprimen. 

Y como si fuera poco, pese a su glamour, suele cometer atentados contra él,  como en 2013 cuando tropezó con  su traje Dior Haute Couture mientras subía la escalera para recoger su Óscar causando un “¡ahhhh!” que se oyó en  la sala. Cuando todos  se pusieron de pie, ella les dijo que sabía que era porque se había caído y  todos se sentaron.  En 2014 cuando iba con un traje rojo tropezó, pero no cayó. En  noviembre de  2015 en Madrid, en la  presentación de ‘Los juegos del hambre:  Mockingjay  2’, al subir las escaleras intentó arreglar su vestido con ayuda de un guardaespaldas, pero se enredó y terminó sentada en la alfombra. En los Premios del Sindicato de Actores se zafó su  Dior, pero siguió campante.

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