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‘Pirry’ en Chile, mientras disfruta del atardecer en la Isla de Pascua. La isla es uno de los principales destinos turísticos del país debido a su belleza natural y su misteriosa cultura ancestral. | Foto: Especial para El País

TELEVISIÓN

Pirry habla de su regreso esta noche a la televisión

Después de más de un año ausente de la televisión, ‘Pirry’ regresa a su esencia y hoy estrena en el canal Red+ su nuevo programa de viajes.

2 de julio de 2017 Por: Anderson Zapata e Isabel Peláez- Reporteros de El País 

Después de estar varios años dedicado al periodismo investigativo y de denuncia, Guillermo Arturo Prieto La Rotta, como lo llamaría su madre, o simplemente ‘Pirry’ como lo conoce todo el país, vuelve a la pantalla y a su esencia: los viajes por todo el mundo.

‘Efecto Pirry’ es el nombre del proyecto que iniciará hoy a las 7:50 p.m. en el canal Red+ de Claro. En este nuevo espacio el boyacense de 47 años contará nuevamente sus travesías y mostrará los paisajes más escondidos y hermosos del mundo, los personajes pintorescos que descubrirá en cada uno de sus viajes, todo con un enfoque sostenible que pretende mostrar lo que ofrece el planeta y lo que significaría perderlo.

“Esto es un nuevo ciclo y me genera bastantes expectativas, he estado bastantes meses por fuera de la pantalla y es increíble lo que pude hacer en un año y medio de ausencia. Con ‘Efecto Pirry’ espero volver a capturar la atención de los públicos con un lenguaje renovado y reinventado”, explica ‘Pirry’, quien habló con El País sobre este nuevo reto, sus miedos, amores, pasiones y viajes.

¿Por qué decide regresar a la TV?
Porque después de haber salido de RCN había decidido retomar mi vida de viajes y aventura. Había pensado hacerlo por mi cuenta, pero durante una visita a Red+ por una invitación al programa de Santiago Moure y Martín de Francisco, contándole la idea a Álvaro García y a Gabriel Delascasas surgió la idea de hacer algo juntos y así es que nace el programa ‘Efecto Pirry’.

¿Con qué regresa Pirry a la televisión?
Vuelvo con lo que más me gusta hacer en la vida que es recorrer el mundo, buscando culturas perdidas, santuarios naturales, grandes ciudades, antiguas civilizaciones y sobre todo mucha exploración y aventura.

¿Cuál de los viajes que ha realizado ha sido el más arriesgado?
Uno de los más arriesgados que he realizado fue intentar subir a la cumbre del Monte Everest, pues en ese lugar me dio un edema pulmonar debido a que mi cuerpo no se logró adaptar a la altura y me debieron inyectar adrenalina en el pecho para revivirme. Fue un momento muy difícil.

¿Qué enseñanza le dejó la escalada al Monte Everest y haber estado tan cerca de la muerte?
Me dejó el hacerme consciente de mi fragilidad y mortalidad, y aunque a veces nos parece que la vida es eterna, entendí que se nos puede ir en cualquier circunstancia y momento. Este capítulo de mi vida me enseñó a valorar más cada día que vivo.

¿Cuál es su mayor miedo?
Mi mayor miedo es el miedo mismo, es decir, no tengo uno en particular. Sin embargo, me atemorizan mucho los fanatismos, pues hay gente que cree que puede disponer de la vida de otros porque se siente justificado en sus ideas religiosas o políticas, o que es capaz de matar inocentes porque no creen en su mismo dios o en sus mismas ideas. Ese tipo de personas son las que realmente me dan miedo en la vida.
Otra cosa que me da miedo es la destrucción del medio ambiente, eso me produce terror.

¿Qué viaje no volvería a hacer?
He estado en lugares donde he respirado la crueldad de la guerra y del hombre contra el hombre. Estas historias de países en conflicto han sido muy interesantes desde el punto de vista periodístico pero me consumen el alma. No me gustaría volver a esos lugares donde la guerra se siente casi que al segundo.

¿A cuál lugar del mundo no ha ido y le gustaría ir?
He visitado 65 países y aún me faltan muchos. Me gustaría conocer Japón, Noruega e Islandia. He estado en países africanos pero todavía me faltan algunos que espero poder visitar pronto.

¿En algún momento le ha cansado o molestado la fama?
Como decía Pacheco, “la fama a veces aburre, pero es mejor ser famoso que no”. La fama tiene muchas cosas buenas, pues es muy halagador ser apreciado por la gente y en algunas ocasiones he tenido que aguantarme las críticas. En términos generales, la fama para mí ha sido buena. Sin embargo, vivir siempre sintiéndose observado, sin privacidad y no poder tener un almuerzo con la mamá tranquilo sin que te pidan una foto, a veces molesta, pues soy un ser humano y hay días en los que uno quisiera ser nadie y que no lo molestaran.

¿Cuál de las crónicas que realizó en ‘El mundo según Pirry’ es la qué más recuerda?
Después de más de 400 crónicas es difícil escoger una porque hay muchas que recuerdo por su contribución a la sociedad; sin embargo, en realidad quisiera no haber tenido que contar historias como la entrevista que le realice a Luis Alfredo Garavito.

Por otra parte, hay crónicas muy lindas como la del primer colombiano que trabajó en ‘El Circo del Sol’, o la del niño tortuga a quien le decían así por una deformidad que tenía en su espalda y que estaba condenado a vivir enfermo, pero gracias al programa logramos que médicos de Colombia y de Europa se interesaran y lo operaran para que tuviese una vida normal.

¿A qué reto no se le mediría nunca?
A meterme en la política. Siempre estaré desde afuera como crítico y haciendo control civil. La política es un barrizal del cual es muy difícil salirse sin quedar untado.

‘Súper boy-aco’

Guillermo Prieto La Rotta estudió una carrera muy lejana a sus pretensiones y sueños, zootecnia. Primero porque en la Universidad Nacional reprobó el examen de admisión para medicina y segundo, porque su padre se percató de que estudiar veterinaria en la Universidad de La Salle salía más barato.

“Para alcanzar el útero de una vaca Normanda o Holstein (son bastante altas), debía pararme en las puntas de los dedos de los pies, en un esfuerzo de bailarina clásica o de imitador de Michael Jackson”, admite ‘Pirry’.

Recuerda que un día mientras auscultaba el aparato reproductivo vacuno, se preguntó: ¿Para esto me reveló mi abuela a Mark Twain, Julio Verne y Jack London? ¿Así terminarán mis sueños de aventurero, de ser como un explorador de antaño que anhelaba la cumbre del Everest?”. Entonces, se dijo, “¡Viviré de la aventura! Retiró su brazo enlodado en excremento, se dirigió al primer puente a la vista, sobrevivió al salto y nunca más ejerció la veterinaria.

Fue uno de los pioneros en Colombia en experimentar un salto de bungee, en el Puente del Sisga en Chocontá, Cundinamarca. Su primer negocio fue ‘Extrama, Deportes de aventura’: “por cuarenta mil pesos la víctima, empezamos a lanzar gente del puente. Nunca vi tanta plata junta”.

Mientras estudió zootecnia trabajaba de noche en el ropero del bar Transilvania colgándole los abrigos a las chicas bonitas y soportando las miradas desdeñosas de sus novios alternativos. “Compartía el baño todos los días con una docena de extranjeros, ignorado por el sexo opuesto. Con esfuerzo perdí la virginidad a los 19”. No bromea.

Pero gracias a una llamada pasó del anonimato al desprestigio. A su naciente empresa lo llamaron a contactarlo para un trabajo. Pidió $800.000 para enfundarse un traje con los logos de un producto y saltar al vacío. No sabía que se trataba de un body amarillo, botas de caucho y calzoncillos azules con una S de Supertatú, un superhéroe que exterminaba plagas y que en vez de capa usaba ruana. Cuando se lanzó la ruana cubrió su cabeza y quedó ciego, al aterrizar, su público se había ido.

De los pequeños puentes locales él, su novia Rosario y su amigo Eduardo, pasaron a saltar a los más altos del mundo en Suiza, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Entonces tenía el pelo verde, andaba en un Chevette prestado y en la universidad le decían Superboy, “Boy por ser de Boyacá”.

Lo arriesgado, dice, lo heredó de su abuelo, quien hacía acrobacias en moto y de su abuela quien saltó en paracaídas en Acapulco en los años 80. Fue su abuela materna quien le inculcó la lectura a través de historias de aventuras —lee diez veces más libros que un colombiano promedio—. “Tal vez soy un deportista extremo. En todo caso, soy de los peores. Soy un eterno aficionado. Cuando salté del avión lo hice con un miedo latente”, se refiere al capítulo de la serie ‘Historia Secreta’ de The History Channel que él protagonizó.

Dice que lo supera en valor su mamá Clara La Rotta de Prieto, quien hace unos años, cuando ella tenía 66, lo sorprendió al saltar de un avión a 12.000 pies de altura, en Flandes, Tolima. “Sospecho que mi padre le temía”.

Precisamente a su papá, Jaime Prieto, algún día, en un arrebato de rabia, le dijo que le había heredado lo malo. “Las relaciones con él nunca fueron fáciles. A veces, penetrar su coraza no era distinto a intentar una cima inalcnazable. Perdió a sus padres a los 15 años y lo arrojaron a la manigua, pescaba en ríos selváticos donde cuidaba indios y mercancías. Fue ayudante de albañil, empleado de banco y borrachín. Nadie le enseñó a ser padre, no mostraba afecto ni expresaba sentimientos, mucho menos decía ‘te quiero’ o ‘te amo’”.

Aclara que no era violento. “Mi mamá sí desarrolló sus biceps por mi pueril comportamiento”, admite ‘Pirry’, quien acusaba a su padre de estar ausente de casa, por su trabajo en pueblos aledaños a Boyacá. Y aunque hubo un tiempo en que ambos vivieron en Bogotá, nunca compartieron techo. “Cuando me dirigía a su oficina, me quitaba los piercings, recogía mi pelo, usaba pantalones largos. Él sentía pena ante su jefe y compañeros por tener un hijo con pinta de mariguanero”.
Pese a ello, antes de comprar una casa propia, ‘Pirry’ les regaló una a sus padres, y le dio carro a su papá, quien vendió su Renault 9 para que una de sus hermanas estudiara en Australia.

A su padre le diagnosticaron cáncer de pulmón. Y ‘Pirry’, a sus 40 años, recibió de su padre las palabras que esperó por muchos años: “Eres un berraco, hijo”. Fue en una de sus travesías, estando en Finlandia, cuando recibió el mensaje de que su padre agonizaba. Viajó durante 30 horas por avión y luego tres horas en carretera hasta Tunja. Su papá, a quien encontró en cuidados intensivos, se aferró a su brazo, lo obligó a mirarlo y expiró. En su honor, ‘Pirry’ escaló una pared de mil metros, El Capitán, en California, Estados Unidos.

El propio ‘Pirry’ ha estado cerca de la muerte, en su primer ascenso al Aconcagua, a seis mil metros de altura, cuando experimentó un edema pulmonar y luego en el Everest.

Afortunado en el amor

Pese a la osadía que lo ha llevado a acariciar a un tigre de 300 kg., si a Guillermo Prieto una mujer le llama la atención, difícilmente se le acerca. Él espera que ella lo haga. Es como si aún sus compañeritos de tercero de primaria en la Normal Nacional de Varones lo señalaran con sus dedos índices llamándole ‘Chirrimbli’, por su corta estatura.

O como si aún estuviera en esa clase de historia en la que hablaron de Pirro, el general cartaginés que enfrentaba a los romanos en el norte de África.

Es más, cuando descubrieron que de allí provenía la expresión de una “victoria pírrica”, un compañero lo apodó ‘Pírrico’ “por insignificante”, y tras las risas del profesor y de todos, quedó bautizado ‘Pirry’, por siempre, así se estirara un poquito a los 18 años.

Sin embargo, con estos antecedentes de bullying nadie creería que Pirry ha sido de buenas en el amor, pues ha tenido novias por doquier entre las que figuran la periodista Mónica Fonseca, las actrices Valentina Lizcano, María Cecilia Sánchez y una exintegrante de su equipo de trabajo, María Alejandra Cardona.


“He sido afortunado en el amor, pues he tenido la oportunidad de compartir mi vida con mujeres muy hermosas por dentro y por fuera. Yo les doy ternura, pues en realidad no soy un tipo entrador, más bien tímido y les resulto interesante a cierto tipo de mujeres”, reconoce ‘Pirry’.

Una de las relaciones más especiales para ‘Pirry’ fue con Katy Orrego, pues ella tenía 15 años y él 25.

“Mientras me empecinaba en aprender a caer a 200 kilómetros por hora desde un avión, ella, que ni permiso para saltar debía tener, volaba como un avión de guerra. Cada vez que la veía volar me enamoraba más. Hasta hoy mantenemos lazos irrompibles de amistad. Se convirtió en mi maestra. Volamos en Florida, Colombia y Venezuela. Estuvo junto a mí en todos los intentos y pataletas. Junto a ella aprendí a volar”.
Y él recuerda entre risas que le cumplió a ella una fantasía, “la de besarla en caída libre a 200 kilómetros por hora, a 13.000 pies del suelo”.

Uno de sus romances recientes fue con Marlin Juliana Dinas Carabalí, quien fue ganadora del Concurso Nacional e Internacional de Belleza y Talento ‘Señorita Afrodescendiente 2011’ y oriunda de Guachené, vereda de Ciénaga Honda, en el norte del Cauca.

Pirry, dice que fue la novia más conservadora y sana, inclusive, ella llamaba a su mamá a pedirle permiso cada vez que iban a salir. Su relación culminó después de tres años.

Actualmente sostiene un romance con Carolina Trujillo, de quien se sabe poco y solo se conoce que están juntos desde hace varios meses.
Con sus hermanas, María del Pilar y Sonia, dice Guillermo, “no nos vemos tan seguido como quisiéramos, pero ellas saben, como dice mi mamá, que yo soy el hombre de la casa, que en mí tienen un respaldo pa’ lo que sea”.


Según sus más cercanos, para la adorable doña Clara su hijo es como “su niño chiquito”. Y como ‘Pirry’ no tiene hijos, él mismo dice que es “el tío chévere”.

‘Pirry’ considera que tener hijos es uno de los retos más difíciles que afrontaría: “Una parte de mí sigue pensando que ya somos muchos en este mundo y no sé como va a estar para cuando mi hijo esté joven. En caso de que llegue un hijo sería un lindo reto”.

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