El pais
SUSCRÍBETE
La caleña Maritza Arizala (vestido azul) fundó en 1999 la primera Academia de Salsa caleña en la Ciudad Luz, Francia. Al cumplir veinte años de labores, la entidad se posiciona como un referente de este estilo en Europa. | Foto: cortesía Musée Du Quai Branly Jacques Chirac - Especial para El País

FRANCIA

Maritza Arizala, la coreógrafa que mueve Francia al ritmo de la salsa

La directora de la primera academia de salsa colombiana en París visita la ciudad para disfrutar la Feria de Cali. Esta es su historia.

24 de diciembre de 2019 Por: Alda Livey Mera Cobo, reportera de El País

Ya son 20 años que los franceses llevan bailando salsa caleña en París. Gracias, más que a su técnica y a su vasta formación académica en danza, al ritmo de su cadencia al hablar, al caminar, al gozar de la vida.

Es Maritza Arizala, una caleña que fundó y dirige la primera Academia de Salsa caleña -aunque los franceses la llaman salsa colombiana-, que surgió en la 'Ciudad Luz'. Eso fue en 1999 y ahora, 20 años después, ya cosecha frutos de una escuela bien estructurada a nivel artístico y pedagógico que se ha posicionado como una referencia de este estilo en Europa.

Es que a través de la salsa del Grupo Niche o de Orquesta Guayacán, con puro sabor caleño y del Pacífico, o de El Gran Combo, Riche Ray & Bobby Cruz o Héctor Lavoe, es que ella transmite el ‘bailao’ caleño a un promedio de unos 200 estudiantes que buscan enriquecerse con nuestra cultura, “porque los franceses siempre gustan de lo original, de lo más desconocido y buscan es la experiencia diferente”.

Lea además: Asalto Navideño, la historia de un álbum icónico para celebrar el fin de año

“Yo les enseño también salsa antigua, de la que se baila en las viejotecas, los ‘bogaloo’ y los clásicos con los que crecí bailando en el barrio Bretaña, donde me crié”, recuerda la artista formada desde niña en el Instituto Popular de Cultura (IPC) y luego, en la Universidad Santiago de Cali, donde estudió Ciencias Sociales y de la Educación.

Entre los muchos logros, para Maritza lo más importante es haber destacado el lado positivo de Colombia. “Me siento orgullosa porque he resaltado lo mejor de mi país, cuando precisamente no hablaban bien de nuestra patria”, expresa esta pedagoga de la danza.

Pero también le deja satisfecha que les ha enseñado a los franceses a amar esta danza, ya que lo esencial no necesariamente es que bailen a la perfección, sino cómo les infunde la mística y el amor por nuestro baile.

“Prácticamente yo me impuse, porque en Francia era más comercial enseñar salsa cubana y puertorriqueña, pero me parecía que faltaba un espacio para divulgar lo de mi cultura, la salsa de mi país, lo que nos identifica a los caleños”, cuenta ahora la maestra.

Cuando llegó a París en 1998, empezó a organizar una metodología de enseñanza, que no era la misma que ella utilizaba cuando era docente en Cali, porque estaba enfrentada a una cultura totalmente diferente, diferencia que logró superar gracias a la experiencia pedagógica adquirida.

Gracias a esta trayectoria, desde que estudiaba el máster en Artes del Espectáculo en Danza, en la Universidad de París 8, esta misma universidad la contrató como docente de salsa.

Su Academia se ha ido posicionando al punto que la buscan para grandes proyectos. Por ejemplo, creó con Andrée Paul (q.e.p.d), una profesora de español de secundaria, quien la llamó porque quería que Maritza les diera clases de salsa a los estudiantes, pero en español, porque era la forma más fácil de que ellos asimilaran ese idioma.

O la llaman de eventos emblemáticos en Francia. En estos 20 años, ha logrado ser invitada al Carnaval Tropical de París, organizado por la Alcaldía de esa ciudad. En 2017, el año de Colombia en Francia, participó con cumbia y salsa. Y este 2019, presentaron coreografías de fandango e indios farotos, danzas tradicionales del Caribe.

También ha sido artista invitada para dictar talleres en diversos congresos mundiales de salsa en París. Y la televisión nacional francesa, TF1, la contrató para enseñar salsa a los participantes de ‘Danse avec les stars’ (Danza con las Estrellas).

Por esta labor como embajadora de la cultura colombiana, el entonces presidente François Hollande le dio un reconocimiento en la Semana de América Latina en Francia en 2016. “Veinte años con la Academia significa dejar una huella de nuestra cultura, de nuestro saber salsero en Francia y en Europa, porque Cali es la meca de la salsa, aunque muchos no lo quieran creer, aquí hay gente que no sabe leer ni escribir, pero sabe quién está cantando y sabe bailar, lo cual es un arte”, sostiene Maritza.

Pero ella también es promotora de nuestras raíces, porque su academia también difunde el folclor colombiano entre los franceses y les enseña a bailar ritmos como cumbia, currulao, mapalé y otras danzas representativas de nuestro país.

Sin embargo, desde hace 21 años que se radicó en el país galo, solo los tres primeros años no asistió a la Feria de Cali, un evento infaltable en su vida. Pero hace 18 años, Maritza vive la felicidad y la alegría de la rumba como si nunca se hubiese ido de Cali. Cada diciembre aterriza en esta, su tierra querida, para disfrutar de la Feria como lo hizo toda la vida.

“Mi papá y mi mamá nos llevaban todos los años a la Feria, a las verbenas, a las fiestas del barrio, a las fiestas familiares, y venir a la Feria, es valorar nuestra cultura y nuestra música”, comenta la artista.

“La Feria de Cali ha evolucionado positivamente, está posicionada internacionalmente, y el estilo caleño es una técnica de baile reconocida mundialmente; porque esta forma de bailar salsa no es como la cubana ni como la puertorriqueña; el nuestro es considerado ‘difícil’, pero trato de que la gente lo vea como más natural”, explica ella.

Además, les enfatiza en la importancia de la salsa social, “la que bailamos en familia, entre amigos, en discotecas, para socializar, para expresar la felicidad, para contagiarse de la alegría, para compartir, sin descuidar el formato de show, o sea la salsa espectáculo o cabaret, que también lo hacemos en mi Academia”, declara la bailarina que por estos días se prepara para asistir a todos los eventos de la 62 Feria de Cali.

De hecho, “hay mucho francés casándose con colombiana, y quieren aprender a bailar salsa igual o mejor que nosotros, a mí me tocado darles clases a familias enteras y hasta los amigos. Ellos nos admiran por la alegría de nosotros, que es nuestra gran riqueza y fortaleza”.

AHORA EN Entretenimiento