Turismo
Entre el desierto, el mar y la tradición: Los contrastes entre Lima e Ica que definen Perú
El País recorrió estos dos destinos que muestran la diversidad del país, pasando de acantilados a la inmensidad del desierto. Planes imperdibles.
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5 de dic de 2025, 11:12 p. m.
Actualizado el 5 de dic de 2025, 11:14 p. m.
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La gastronomía peruana es reconocida como la mejor de la región y una de las más apetecidas del mundo. Por la ventana del avión, Lima se muestra bañada por una neblina que se mezcla con el azul del océano Pacífico, como si la ciudad naciera directamente de la costa.
Desde el cielo, sus acantilados parecieran custodiar en silencio la tierra y el mar, una introducción a una ciudad que asombra desde que se observa por primera vez. La impresión inicial es un coctel entre el mar inquieto, impresionantes rascacielos y el frío de mediados de noviembre que presenta una capital que se mueve a su propio ritmo, con contrastes que invitan a quedarse.
A cuatro horas hacia el sur, el camino lleva hasta Paracas, en Ica, una escapada obligada para los limeños, donde el paisaje se transforma con una contundencia sorprendente. El verde de la costa se modifica dándole paso a desiertos dorados y un mar de un intenso azul turquesa. Paracas muestra una versión diferente de Perú: más seca, más fuerte, más cruda.
Una gastronomía que encanta
Perú es reconocido por ser uno de los destinos gastronómicos más importantes del mundo; fue distinguido como “Mejor destino culinario de América Latina 2025” y Lima fue la “Mejor ciudad culinaria de América Latina 2025”, según informó Promperú.

En Lima, una de las paradas casi obligatorias es la Sanguchería El Chinito para comer ‘pan con chicharrón’, un desayuno típico. “Nosotros entregamos el pan recién horneado y dejamos los cubiertos para que el cliente tenga la experiencia de poder cortar el pan, colocar el chicharrón a su criterio”, explicó Juan Martín Jara, jefe de servicio del restaurante.
El siguiente paso en la ruta es el restaurante Santos, ubicado en el barrio Miraflores. Entre sus platillos se encuentran diversas preparaciones representativas del norte del país, preparadas por el chef y propietario Ilder Santos Ramos.
En Lima también se puede disfrutar de sabores de la selva, pues el restaurante Huambra se especializa en platos típicos de la Amazonía. Según el jefe del salón, Luis Cuenca, entre sus preparaciones se encuentran clásicos como el juane peruano.
Un distrito vibrante

Caminar por Miraflores, por sí mismo, un plan imperdible que revela que Lima no es solo una ciudad de tránsito, sino un destino completo que combina el arte, la historia e imponentes edificios. Este es uno de los epicentros gastronómicos de la ciudad y según Luis Serrano, guía del operador turístico Chasky Ventura, aliado de Promperú, uno de sus atractivos son los miradores en lo alto de los acantilados que muestran los mejores atardeceres.
Sus calles son un diálogo entre la modernidad y la ancestralidad, sin dejar de lado el equilibrio natural de la costa verde. Allí se puede disfrutar de senderismo, paseos en bicicleta e incluso los más arriesgados pueden volar en parapente. Entre las zonas más turísticas está el Parque del Amor, donde en mosaicos coloridos están plasmados poemas de escritores peruanos y extranjeros.
Donde el tiempo se detuvo
Recorrer el centro histórico de Lima es como avanzar a otro ritmo. La arquitectura colonial representada en balcones de madera tallada, fachadas imponentes y plazas empedradas transporta a otra época. Según explicaron desde Promperú, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991, gracias a sus monumentos históricos cuidadosamente conservados.

Conocer la Plaza de Armas es uno de los planes más representativos. Está rodeada por la Catedral de Lima, la Municipalidad y el Palacio de Gobierno, donde al mediodía se cambia la guardia.
De arte y bohemia
Tras cruzar el Puente de los Suspiros del distrito de Barranco, en Lima, los viajeros ingresan a otro universo, un ambiente bohemio en donde el arte, la música y la gastronomía están plasmados en los murales que adornan sus calles empedradas.

Desde el Puente de los Deseos, el ambiente se torna más íntimo y poético, uniendo galerías de arte independientes, estudios, restaurantes y librerías alternativas que mezclan la nostalgia y la vanguardia. Uno de sus atractivos es la ‘bajada de los baños’, una calle que lleva a un mirador desde donde el mar se muestra majestuoso.
Danzas y sabores del Perú
DanSa es un espectáculo único que condensa la gastronomía y las danzas de la sierra, la selva y el mar. Se trata de una experiencia inmersiva creada por Vania Masías y Lucho Quequezana, que inicia con la degustación sensorial de tres platos y tres cócteles típicos del Perú.
Luego, los asistentes viajan por seis regiones de la mano de ‘Teresa’, una niña que perdió a su abuelo, un cocinero ancestral, por lo que emprende la aventura junto a un ‘Ukuku’ con el fin de descubrir los ingredientes necesarios para realizar sus platos, a través de la música y las danzas tradicionales.

Una bebida para el alma
El orgullo del país, especialmente de Ica, es el pisco, que más que una bebida alcohólica hecha con uvas es una expresión cultural que inicia desde su delicada elaboración y la pureza de sus frutos, que son seleccionados minuciosamente para conservar su pureza ancestral.
Aunque se puede consumir puro, es habitual encontrarlo en cócteles como el icónico ‘pisco sour’, al que se le agrega jugo de limón, clara de huevo, azúcar y amargo de Angostura, especialidad del gastrobar Ayahuasca.
Además, en Carnaval, que fue galardonado como uno de los 50 mejores bares del mundo, se pueden degustar cócteles conceptuales a base de pisco con un concepto único, que enamoran a los visitantes.

Un área protegida con paisajes de otro mundo
Al llegar a Paracas, en Ica, el paisaje se convierte en un lienzo donde el desierto se mezcla con el mar en un silencio envolvente en el que solo se escucha la fuerza del viento y el golpeteo de las olas. En este lugar único se encuentra una de las cinco playas de arena roja del mundo, un fenómeno que según, Juan Carlos Pino, guía turístico, se debe “al óxido de hierro y el color amarillento son sedimentos marinos, pues hace 36 millones de años este desierto era fondo marino”.
Las playas de esta reserva son hogar de diferentes especies de animales, incluyendo leones marinos y aves que complementan las vistas imborrables en cada uno de los miradores de piedra que invitan a disfrutar de la inmensidad del mar azul.

Este punto de Perú es ideal para quienes disfrutan de la naturaleza en su estado más puro, sin adornos, sin edificios kilométricos.
Un desierto paradisiaco
Una alfombra dorada se extiende bajo los pies de los visitantes del desierto de Paracas, donde la inmensidad de las dunas ofrece vistas infinitas. Llegar hasta este punto es una aventura, pues, a pesar de que existen diversos medios de transporte, conquistar las altas montañas de arena en camionetas 4x4 es una experiencia sobrecogedora.

Allí, disfrutar del atardecer es una vivencia inolvidable que se puede acompañar con picnics o cenas mientras se degustan los vinos realizados con las uvas que se cultivan en la región. Según Bruno Salas, conductor de Alta Ruta 4x4, para realizar las maniobras en el desierto es necesario adiestramiento, por lo que Promperú recomienda realizar el recorrido con operadores turísticos autorizados.
Hogar centenario del Pisco
Como un oasis entre los valles de Ica aparece la Hacienda La Caravedo, un lugar donde la tradición de los viñedos peruanos toma fuerza. Desde 1684 se produce pisco, un destilado de uva que narra la historia del país.

El guía Daniel Castilla explicó que es la destilería más antigua de América. “Tenemos cuatro marcas de pisco: Portón, Caravedo, Toro Santo y Pago de los Frailes, tres de ellas elaboradas en la parte moderna, una en la parte antigua. De estas cuatro marcas tenemos los tres tipos de piscos: el puro, el acholado y los mostos verdes”.
La joya de la corona es la casona La Caravedo, que actualmente funciona como hotel boutique, y conserva la elegancia de las haciendas iqueñas. Sus muros son testigos de los cambios, pero permanece intacta, resistiendo siglos de historia.

Comunicadora social de la Universidad Santiago de Cali. He sido reportera en temas étnicos, tengo experiencia como periodista comercial y judicial. Disfruto la moda, las tendencias y soy apasionada por la lectura, el café y las buenas historias.
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