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"Tito Rodríguez se refugió en el bolero de una bella forma", César Pagano

Él es una biblia de la salsa y el padre de un lugar en Bogotá al que usted no puede dejar de ir si ama este género: Goce Pagano. Eso lo sabemos. Esta vez, sin embargo, nos tomamos un café con él para recordar al genial Tito Rodríguez. Charla en tiempo de bolero.

12 de marzo de 2013 Por: Redacción Gaceta

Él es una biblia de la salsa y el padre de un lugar en Bogotá al que usted no puede dejar de ir si ama este género: Goce Pagano. Eso lo sabemos. Esta vez, sin embargo, nos tomamos un café con él para recordar al genial Tito Rodríguez. Charla en tiempo de bolero.

¿Es posible entender el bolero sin la voz de Tito Rodríguez?Tito Rodríguez aportó una manera de cantar, aunque muchos no estén de acuerdo en eso. Él le dio una entonación especial y un tipo de corte al bolero. Eso también se le atribuye a Johnny Albino, a Vintín Avilez o a Pacho Alonso, pero el que más difundió ese estilo del bolero fue Tito Rodríguez. ¿Por qué debemos recordarlo 40 años después de su muerte?Porque fue el mayor difusor del bolero a finales de los años 60, cuando entendió que no podía ponerse a competir con la muchachada que surgía en la salsa con tantos bríos como Richie Ray, Willie Colón, Rubén Blades, Ismael Quintana o Ernie Agosto de La Conspiración. Entendió, en la medida que fueron pasando los años, que ya no se tienen tantos bríos para seguir en la guaracha, el guaguancó o el son. Se refugió en el bolero de una bella forma. Él mismo le contó a Willie Rosario que se encerró un día con una guitarra a buscar un estilo para cantar el bolero, porque ya para su época existían Lucho Gatica o Vicentico Valdés. Y lo hizo con éxito. ¿Cómo definiría el estilo Tito?La suya era una voz central, un poco grave, con una cierta nasalidad que le confería una resonancia, un eco distintivo. Manejaba bien los medios tonos y expresaba el bolero con mucha propiedad. Era una manera casi conversada de decir el bolero, como si le estuviera hablando a la amante. Tenía una voz con unos acentos en los finales, que era lo característico de su interpretación. ¿Era el Frank Sinatra del bolero?Tito Rodríguez era Tito Rodríguez. No me gusta compararlo y menos con modelos gringos que nos han colonizado. Él hizo su estilo desde muy joven, cuando trabajó con la orquesta de José Curbelo. Todos sabían que era muy exigente no solo en la presentación sino en la interpretación. Alguna vez Eddie Palmieri me habló de lo escrupuloso que era Tito a la hora de vestir, siempre quiso verse impecable. Y así era también su forma de cantar. Queda la sensación de que no fue profeta en su país, Puerto Rico...Tito junto a Ismael Rivera fueron los que mayor proyección en su tiempo tuvieron a escala internacional. Es verdad que durante un tiempo existió un ambiente desfavorable para los que decidieron alejarse de Puerto Rico y después regresar. Le costó trabajo hacerse a una casa, por ejemplo. Pero después llegó a tener un programa de televisión por el que incluso llegó a pasar Tony Bennett.Es histórica esa rivalidad que siempre tuvo Tito Rodríguez con Tito Puente, de la que quedó incluso una canción: El Sabio. Ambos habían pasado por la orquesta de Curbelo y les toca ese ambiente de ascenso de la música popular. Coinciden en Palladium de Nueva York que, en la década de los 50, acogía a figuras como Marlon Brando y María Félix. La gente quería ver la competencia entre los dos Titos en términos de arreglos y de los músicos que tenía cada uno. Era más un asunto comercial. Pero era una rivalidad que no se salió de los escenarios y se dio, si se quiere, en términos corteses: cuando Puente abría con su terrible redoble, Rodríguez contestaba “estoy como nunca”. Puente decía “prepárate para bañarte” y Tito respondía cantando “avísale a mi contrario” o “bájate de esa nube”. Puente remataba el asunto con un solo impresionante de su timbal o de ‘Adiós que te vaya bien’ y Rodríguez respondía “el que se fue no hace falta”. En el fondo se respetaban...Es que Puente sabía que tenía muy mala voz, nunca pudo cantar. Y Rodríguez sabía que su tocayo era magistral en la interpretación de los timbales y de la música en general. Tampoco se entendió con Eddie Palmieri...Es que Eddie traía entre manos una verdadera revolución a bordo, que demostró finalmente con su orquesta La Perfecta. Quería innovar. Tito quiso tolerar eso, pero llegó un momento en el que no aguantó que Eddie metiera tantas armonías modernas, ráfagas del teclado y utilizara tanto el silencio, que es una característica de Palmieri. Eran cuestiones muy avanzadas para su tiempo y Tito tenía una formación más clásica. Y eso los llevó a desavenencias cuando grabaron música.Como todo gran cantante, Tito Rodríguez ha tenido sus émulos. ¿Cuáles rescata?Más que eso, creo que Tito Rodríguez fue un descubridor de talentos: por ejemplo a Cheo Feliciano, que después recomendó al gran Joe Cuba. Si me preguntas por émulos, habría que mencionar a Vitín Avilés; a pesar de que cantaban tan parecido, Tito Rodríguez nunca sintió celos por ese tipo de cosas y lo invitó incluso a cantar a su orquesta.

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