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Marlango, la agrupación española que fascina al mundo con su particular mezcla musical

Entrevista. De España llega a Colombia Marlango, una banda que mezcla el jazz, el blues, el rock y el pop y canta en inglés aunque su último álbum, llamado ‘Un día extraorinario’, sea su primera producción discográfica hecha en español. Con ella quieren conquistar a Latinoamérica. ¿Cómo es la música de una de las agrupaciones más fascinantes de la península Ibérica? Así son ellos.

23 de julio de 2013 Por: Juan Andrés Valencia Cáceres I Periodista de GACETA

Entrevista. De España llega a Colombia Marlango, una banda que mezcla el jazz, el blues, el rock y el pop y canta en inglés aunque su último álbum, llamado ‘Un día extraorinario’, sea su primera producción discográfica hecha en español. Con ella quieren conquistar a Latinoamérica. ¿Cómo es la música de una de las agrupaciones más fascinantes de la península Ibérica? Así son ellos.

No son buenos tiempos para ser una banda feliz. O al menos eso es lo que los detractores de Marlango opinan, considerando la grave crisis de España, su país de origen. Tampoco parece calar muy bien el hecho de que cuatro de sus cinco álbumes -precisamente los primeros- hayan sido grabados en inglés. Por eso sus críticos también los tachan de esnobistas. Descontando los implacables juicios de valor que deben encarar constantemente en su país, sus integrantes también deben lidiar con los adjetivos de la prensa ibérica: que hacen “pop delicado” y que tocan “jazz exquisito” son etiquetas que han servido para referenciar su música en las páginas culturales de diarios y revistas. Lejos de esas polémicas, Leonor Watling, Alejandro Pelayo y Óscar Ybarra son tres españoles común y corrientes que se han preocupado por estructurar un sonido que tiene un poco de jazz, otro de blues, algo de rock y surcos del pop. No por nada su música, a pesar de ser muy bien estructurada (incluso rozando el virtuosismo en sus puntos más altos), es altamente digerible. Como para las masas. Lo demás es cuestión de percepción. Que ellos hayan consolidado su carrera como una banda angloparlante no fue mero capricho, sino más bien una solución práctica que encontraron para fusionar, sin mayores problemas, los instrumentos con las letras de una mujer cuyos padres (español él, inglesa ella) la criaron con acento británico y castellano. Ahora que ellos están de gira celebrando su quinto álbum en diez años de vida musical, pasaron por Colombia y hablaron con GACETA. Así es este grupo liderado por Watling, actriz que ha actuado en películas de Álex de la Iglesia, Bigas Luna y Pedro Almódovar, pareja del compositor uruguayo Jorge Drexler y vocalista, y Pelayo, músico, compositor, pianista y, en gran medida, el culpable de que la música de Marlango suene como suena. ¿Por qué, siendo españoles, grabaron sus primeros discos en inglés?Alejandro Pelayo: Leonor es hija de inglesa, su lengua materna es el inglés, ella escribe las letras en ese idioma y por eso se dio así. Siempre han estado ambos idiomas pero al final ganaba el inglés porque se acomoda más rápido y mejor a una melodía que el castellano, que necesita mucha más técnica. ¿Y ahora que acaban de lanzar su primer álbum en español creen que su música también cambió? Leonor Watling: Grabar en castellano era algo que queríamos hacer desde hacía rato y la experiencia fue difícil porque cada palabra tiene diez significados, pero al mismo tiempo también es un idioma más estético. ¿Qué tanto influyó Fito Páez en su giro hacia el español? A.P.: Tuvo mucha culpa porque cuando estuvimos en Buenos Aires, en su casa, y antes de hacer nuestro último disco, nos dio como ese último empujón que nos hacía falta para convencernos de que estábamos a la misma distancia de Radiohead y Chavela Vargas, y que teniendo la posibilidad de escribir en ambos idiomas estábamos malgastando una lengua tan maravillosa como el castellano. L.W.: La influencia de Fito Páez tuvo que ver con la insistencia de hacer cosas que fueran un reto hacerlas. En ese sentido, a veces se necesita de alguien con experiencia para caer en cuenta del valor de asumir un reto como este. Ustedes usan elementos del jazz, del blues, del rock, y del pop, y en su país dicen que lo que hacen es jazz exquisito y pop delicado...A.P.: No hay nada que podamos hacer frente a las clasificaciones que haga la prensa. Nuestra música es un pop burlesco, cabaretero. A donde quiero llegar es que con los adjetivos que se ponen no se puede hacer nada. Son adjetivos y ya. También hay quienes los critican por sonar tan felices en medio de una crisis como la española. Incluso el título de su último álbum es bastante optimista... L.W.: Entiendo esas críticas porque evidentemente es un momento complicado pero mi opinión es que no hay que dejarse permear de cosas negativas. Además, en la actual situación, entre más cosas extraordinarias nos inventemos, mucho mejor. ¿Y es difícil no dejarse permear de cosas negativas en un oficio que como el de la música necesita de la sensibilidad?L.W.: Tampoco me interesa no dejarme permear porque sería un error blindarse, ya que la inspiración puede venir de cualquier parte: de un bar, de la calle, de la gente caminando, y hasta de un catarro. Y después de esa primera inspiración, ¿cómo sale la melodía?L.W. : De un juego musical donde nos sentamos con nuestros instrumentos y empezamos a tocar y cantar hasta que salga la melodía. ¿Por qué grabaron ‘Un día extraordinario’ al viejo estilo, en directo, tocando todo a la vez?A.P.: Pensábamos que haciéndolo de esa forma lograríamos un sonido más cálido. También llegamos a la conclusión de que había que construir una arquitectura instrumental alrededor de la melodía de la voz de Leonor para lograr esa sensación de calidez.

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