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'La Caza', un filme sobre el final de la inocencia

‘La caza’ (también titulada ‘La cacería’) es una película danesa que nos confronta sin tibiezas, involucrándonos en una historia en la que el sino trágico se impone sobre un personaje inocente. Detrás se encuentra el director Thomas Vinterberg, afín a estos seres atormentados por consecuencia de familias y sociedades aparentes.

4 de junio de 2013 Por: Claudia Rojas Arbeláez ?Especial para Gaceta

‘La caza’ (también titulada ‘La cacería’) es una película danesa que nos confronta sin tibiezas, involucrándonos en una historia en la que el sino trágico se impone sobre un personaje inocente. Detrás se encuentra el director Thomas Vinterberg, afín a estos seres atormentados por consecuencia de familias y sociedades aparentes.

Hace ya algún tiempo que el movimiento Dogma 95 dobló los brazos. Pero solo desde sus purismos estéticos y técnicos. Y es que ninguno de los directores firmantes pudo mantenerse casto en su solemne voto de no intervenir espacios, tiempos y realidades. Poco a poco, el propósito se agotó y casi sin proponérselo surgieron las excepciones visuales al dichoso manifiesto que se proponía hacer un cine desde la actuación y el tema más que desde el efecto. Sin embargo, un movimiento fílmico es mucho más que la forma y la apariencia, es algo que toca la esencia nacional de un sector cinematográfico que aruña las entrañas de la sociedad que reconocen. Y en eso la esencia de Dogma 95 ha permanecido intacta en sus directores, en unos más que otros por supuesto, que han forjado a pulso su agudo sentido de narrar. Tomas Vinterberg es uno de ellos. Este danés, quien en 1998 se llevó además de las miradas del público y las palmas de la crítica, el mayor premio del Festival de Cannes con su película ‘Celebración’. Aquella historia no pudo pasar inadvertida de ninguna manera: esto de utilizar una fiesta de cumpleaños del padre de la familia para desatar todo un drama familiar de abuso sexual, fue sin duda un acto valiente que marcó el comienzo de una carrera donde nunca ha faltado el arrojo para exhibir las más sombrías intimidades. Así, Vinterberg asume historias íntimas, de esas de las que nadie se atreve a hablar, de manera abierta, sin tapujos. Historias que dejan cicatrices y consecuencias que marcan la vida. Que hacen de sus personajes los seres que son, no por producto de caprichos dramáticos sino como resultado mismo de sus pasados.En su camino aparecieron nuevas producciones, entre ellas ‘Querida Wendy’ (2004) y ‘Submarino’ (2010) en las que exploró tramas incómodas y personajes atormentados por pasados cargados de culpas y presentes inciertos y vengativos. Este año, llega ‘La caza’ (o ‘La cacería’), una historia que transcurre en un pequeño pueblo danés, donde sus habitantes son muy unidos y prácticamente todos se conocen. Allí los hombres del pueblo practican juntos la cacería y otras actividades que los convierten en buenos amigos. Entre ellos se encuentra Lucas, un hombre separado que trabaja en un jardín infantil y quien, en su solitaria cotidianidad, solo se acompaña de su perrita. Cuando la película empieza nos encontramos con un ilusionado Lucas que recibe la noticia que le da su hijo adolescente, quien planea irse a vivir con él. A esto se le suma un naciente romance que empieza a sostener con otra empleada del jardín. Sin embargo, la película pronto nos sacude y nos saca de nuestra comodidad. Clara, una de las niñas del jardín e hija de sus mejores amigos, resiente que Lucas no le preste la suficiente atención en sus juegos e inventa frente a la directora del lugar que ha sido víctima de una suerte de abuso sexual por parte del él. La noticia, por supuesto, toma un vuelo impresionante y lo que de lejos sabemos es solo una invención, termina siendo el alma misma de la historia. A partir de ese momento la película se precipita por un abismo dramático en el que todo conduce a una sin salida agobiante y desesperanzadora para Lucas, cuya vida empieza a desbaratarse ante la actitud y la venganza de una sociedad que actúa de manera colectiva, debatiéndose entre lo moral y el odio, entre la razón y lo primitivo, justificándose en que los niños nunca mienten. Respecto al tema, Vinterberg opinó, “Me parece una convención decir eso de que los niños siempre dicen la verdad. No es así, la gente miente a cualquier edad, aunque en los niños tan pequeños sea por consecuencia de otra cosa”. En su desarrollo y estructura ‘La caza’ tiene el esquema más clásico de una tragedia griega, en la que su protagonista, Lucas, comete su gran error trágico al restarle importancia a un acto infantil. Esto basta para desatar la ira de los dioses quienes, personificados como los integrantes de esta sociedad, adquieren el derecho de juzgar su destino. De alguna manera, Lucas, interpretado por actor Mads Mikkelsen, asume su destino como mejor puede hacerlo, entendiendo que poco o nada quitará esa marca. El actor, a quien hace poco vimos en el papel de Johann Struensee en la película ‘La reina infiel’, obtuvo el máximo reconocimiento en el Festival de Cannes de este año por su papel de Lucas. Así, en ‘La caza’, la dimensión de lo dicho se desborda ante nuestros ojos y allí es donde está el alma de una película en la que resulta imposible para el espectador mantener su cómoda postura de ser ajeno y distante. Y es que la película crea una tensión de largo aliento que exige el nivel de compromiso de un espectador que no puede dejar de sentirse incómodo. Y es que no deja de ser impactante ver la dimensión humana que genera el odio impulsado por un acto de protección y amor.

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