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José Guarnizo, el periodista que desnudó la fragilidad de la extradición en Colombia

Este periodista antioqueño narra en su más reciente libro, ‘Extraditados por error’, la historia de cuatro ciudadanos colombianos que terminaron pagando injustamente sendas condenas en cárceles de Estados Unidos. Páginas de un viaje a la injusticia.

31 de agosto de 2014 Por: Lucy Lorena Libreros | Periodista de GACETA

Este periodista antioqueño narra en su más reciente libro, ‘Extraditados por error’, la historia de cuatro ciudadanos colombianos que terminaron pagando injustamente sendas condenas en cárceles de Estados Unidos. Páginas de un viaje a la injusticia.

¿Cuál es la punta de lanza de esta obra, cómo termina uno escribiendo un libro sobre gente inocente que la justicia considera otra cosa? Quedé muy tocado cuando vi un documental mexicano llamado ‘Presunto culpable’, que se centra en errores de la justicia en México y de los cuales son víctimas ciudadanos del común. La idea de escribir un libro sobre extraditados por error surgió de Édgar Téllez, editor de Planeta. Cuando uno va a investigar una historia, y más si se trata de un libro, el requisito numero uno es que uno realmente se sienta seducido. Y eso me pasó cuando fui descubriendo los personajes. ¿Cómo fue el acercamiento con los personajes de este libro, cómo lograr que una persona que ha sufrido tanto, que ha pasado años enteros lejos de su familia y tiene tantas cicatrices le cuente a un extraño su tragedia? Para mí lo más importante fue tratar de pensar en el lector, que el lector se metiera en los zapatos de los personajes y para ello puse a disposición todas las técnicas narrativas posibles. No se trata de que el lector admire la manera en que escribe el autor, sino de que el lector  logre meterse de cabeza en la historia. En cuanto a los personajes al principio hubo desconfianza, reticencias, en parte por una especie de paranoia que ellos fueron desarrollando durante todo el proceso de judicialización. Fue cuestión de ganarme su confianza y de entender sus tiempos. No es fácil dejar entrar a la casa a un extraño que quiere saber los detalles de su vida”.¿Cómo escogió estas cuatro historias? Uno supone que la cifra de personas que han sido extraditadas por error a los Estados Unidos debe ser más alta de lo que la justicia nos muestra... Hubo una investigación previa. Y conocí algunos casos más. Sin embargo, los cuatro personajes del libro fueron los que comenzaron a aparecer con más fuerza en las entrevistas. Yo simplemente me dejé llevar. Fue un asunto intuitivo a decir verdad.  En estas páginas hay relatos que nos dan la sensación de que no se le hubieran ocurrido ni al mejor de los guionistas. Como la del señor Gabriel Consuegra que termina en una cárcel de Estados Unidos por culpa de unos plátanos...  La historia de Gabriel parece extraída de la ficción. Pero más que por el absurdo de las situaciones a las que se ve sometido —como cuando cumple el sueño de conocer la nieve en medio de una tragedia—, es por lo universal de su pesadilla. Universal porque estoy seguro que su drama va más allá de una extradición por error. Es la historia de un colombiano al que el Estado se encarga de oprimir con todo el peso posible, al punto en que lo asfixia, lo enferma, y le niega todas las oportunidades a las que un ciudadano del común tiene derecho”. Detrás de este libro debe haber también un trabajo de investigación sobre legislación en extradición en Colombia. ¿Cómo asumió esta tarea, cómo se asesoró? Hubo muchas horas de lectura y varias entrevistas que no están en el libro. En parte porque no quería que el libro se convirtiera en un tratado de derecho. Sin embargo, era necesario contrastar la información y entender la extradición desde todas las aristas. Entonces por mi grabadora desfilaron desde juristas muy respetados hasta abogados de narcotraficantes que durante más de veinte años han conocido la trastienda de la extradición. Lo puede poner en apuros la pregunta, pero ¿hubo acaso alguna historia de estas cuatro que contiene el libro que le conmoviera más que otra. Una que lo afectara más? Sin duda no es gratuito que Gabriel Consuegra, el vendedor de plátanos, sea el protagonista del libro. Su historia, que está llena de desengaño, pero también de mucho humor negro, está de principio a fin. Pero cada personaje encarna desencuentros distintos. En la vida del piloto Carlos Ortega uno puede ver el retrato de la traición de un amigo. Y en el caso de Margarita Salinas es posible ver surgir una historia de amor, tanto con John como con su hijo. ¿Cómo es su relación hoy con estos cuatro personajes?  Con ellos hablé durante y después de la publicación del libro. Pese a que no hablemos todos los días, son personas que hoy considero mis amigos, así durante la escritura del libro haya tomado una distancia sana que era necesaria para contrastar lo que me decían. Así como hay lectores que me han dicho que han llorado y se han reído mientras leen el libro, eso mismo me ocurrió a mi mientras lo escribía encerrado en un baño en los Estados Unidos, que fue el único sitio que pude encontrar para aislarme totalmente. José Guarnizo parece un periodista muy inquieto con el tema del narcotráfico. En este libro se ocupa de un par de extraditados por ese delito, y ya, años atrás, había escrito  sobre ese mundo en ‘La patrona de Escobar’. ¿Serán que aún nos falta contar muchas cosas de la mafia en la historia reciente de Colombia? Para mí el narcotráfico no es un tema vedado, como tampoco lo es el conflicto armado, la política, la corrupción y el fútbol. Y nunca lo será pues el narcotráfico ha influenciado la cotidianidad de los colombianos en los últimos treinta años. Y de eso hay que hablar. En los ocho años que llevo ejerciendo este oficio he escrito crónicas y reportajes sobre injusticias médicas, sobre jóvenes que han muerto al pisar minas antipersonal, casos de corrupción en Antioquia, trata de personas, perfiles de futbolistas, de políticos, de ciudadanos del común. Más allá del tema, lo que uno siempre busca es una buena historia”. ¿Por qué definir este trabajo como una ‘novela de no ficción’? ¿No se podrían confundir los lectores? Porque no veo otra forma de definir al periodismo basado en hechos reales que, en cuanto a la forma, se parece más a una novela que a cualquier otra cosa. Pero se puede llamar como sea: periodismo narrativo, periodismo literario. Este libro se puede leer incluso a la manera en que uno ve una película, pues está lleno de escenas, personajes, locaciones. Esos son los elementos en los que suele pensar Talese antes de escribir una crónica. ¿Con qué ojos ve hoy José Guarnizo la justicia en Colombia? El aparato de justicia colombiano tiene unas imperfecciones absolutamente imperdonables. Sin embargo, también conozco fiscales honestos, jueces preparados, y abogados humanos. Yo quiero creer en la Justicia colombiana, pero también es deber del periodismo señalar los vacíos y prender focos en los rincones donde se cuecen injusticias.   

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