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Cuando Enrique Grau llevó al cine la 'María' de Jorge Isaacs

Al cumplirse 10 años de la muerte del maestro cartagenero Enrique Grau, pocos saben que no solo fue pintor y escultor sino que también probó suerte como director de películas. Una de ellas fue filmada hace medio siglo y se inspiró en la obra literaria cardinal de los vallecaucanos: ‘María’, de Jorge Isaacs. La cinta, para bien de este país sin memoria, fue restaurada por la Fundación Patrimonio Fílmico.

7 de febrero de 2014 Por: Lucy Lorena Libreros I Periodista de Gaceta

Al cumplirse 10 años de la muerte del maestro cartagenero Enrique Grau, pocos saben que no solo fue pintor y escultor sino que también probó suerte como director de películas. Una de ellas fue filmada hace medio siglo y se inspiró en la obra literaria cardinal de los vallecaucanos: ‘María’, de Jorge Isaacs. La cinta, para bien de este país sin memoria, fue restaurada por la Fundación Patrimonio Fílmico.

El hallazgo era ‘oro en polvo’: arrumados en uno de los cuartos de la casa del barrio El Chicó, al norte de Bogotá, en la que el maestro Enrique Grau Araújo permaneció los últimos 20 años de su vida, Mónica Hartmann tropezó con unos carretes viejos y empolvados en los que se alcanzaban a distinguir algunas letras: ‘María, 1965’. Corría el año 2007 y la mujer se había propuesto no solo restaurar la edificación, acosada por el deterioro y un abandono de tres años —justo los mismos que habían corrido desde la muerte del artista en esa casona en 2004— sino convertirlo en un museo que albergara la obra de uno de los pioneros del arte moderno en Colombia.Y en esas estaba cuando fueron apareciendo aquellos dos rollos. Mónica, hoy directora de la Fundación Enrique Grau, recordó en ese momento que el célebre maestro cartagenero se había probado también como director de cine hacía varias décadas e intuyó enseguida el valor que escondía ese tesoro ignorado por el tiempo.Hoy, seis años después, aquél hallazgo es una película de 90 minutos restaurada, para bien de este país sin memoria, por la Fundación Patrimonio Fílmico. En ellos se narra la versión que el maestro Grau se propuso hacer de ‘María’, de Jorge Isaacs, la novela cardinal de los vallecaucanos y obra cumbre del romanticismo literario en Colombia.Fue la misma que vio en una pequeña sala de cine, hace unos meses, Rodrigo Vidal, otrora director de la Cinemateca de Cali y hoy profesor de historia de cine de la Universidad Autónoma de Occidente, quien la describe como “la película experimental de un hombre que hacía cine con el único propósito de divertirse”.El filme, cuenta, se divide en dos partes: “en la primera hay una clara intensión de recrear la novela de Isaacs, tal cual es; en la otra su historia da un giro brusco y vemos al enamorado Efraín convertido en un asesino que termina por matar a Emma, a su madre y a su padre, molesto por la incomprensión que ellos habían tenido sobre la enfermedad que la acosó desde niña, la epilepsia”.Esa ‘María’ es silente, a color y una propuesta cinematográfica grabada en 1965 en formato de 8 milímetros, con poca técnica y artificios narrativos. Hartmann cuenta que por falta de presupuesto no fue posible filmarla en su escenario natural: La Hacienda El Paraíso, ubicada en El Cerrito. Grau recreó su historia en Tabio, municipio de Cundinamarca, en la casa de su amiga Elvira Martínez de Nieto, en los alrededores del barrio Inglés de Bogotá y también en la casa que habitaba en esa ciudad. Él mismo la describió por entonces —tal como se lee en la sinopsis de la ficha técnica original— como una propuesta “experimental en la que con aves negras y pavos reales, postales viejas, flores secas, objetos de tocador y piezas de anticuario, se recrean los toques manieristas o teatralizados del romanticismo criollo y se ironiza en torno al recato de María”. Rodrigo Vidal la recuerda, más bien, como una película “difícil de aguantar hasta el final. Ese día empezamos a verla unas cincuenta personas y solo tres terminamos en la sala para llegar a la última escena”.*****Del estreno de la película, en 1966, se acuerda con detalle el artista plástico caleño Pedro Alcántara, pues para entonces era uno de los jóvenes rebeldes que abrazaba la causa de los nadaístas y su Festival de Vanguardia, que se realizaba al mismo tiempo que el refinado Festival de Arte de Cali.Enterado de la cinta filmada por Enrique Grau —con quien lo unía una estrecha amistad y que para entonces ya despuntaba como uno de los grandes artistas plásticos del país— Alcántara lo invitó a hacer parte del ‘subversivo’ encuentro. El cartagenero dijo sí y los caleños de la época vieron por primera vez esa ‘María’ el viernes 27 de junio de 1966 durante el Segundo Festival de Vanguardia, en los sótanos de la primera sede de la Librería Nacional que, tal como hoy, también se alzaba en la Plaza de Cayzedo. Lo ‘urderground’ del certamen no logró que la prensa de la época ignorara aquella ‘María’ pintada por el artista caribe. Al día siguiente del estreno, en una de sus páginas el Diario del Pacífico la llamó, desde un titular, un “insulto a la memoria del ilustre Jorge Isaacs” y el periódico El País conminó a las autoridades a vetarla.Nada de eso importó. El ‘daño’ estaba hecho. “Enrique Grau era un hombre de un alma muy joven —cuenta Alcántara. Él era 20 años mayor que nosotros, los precursores del Festival, que entonces éramos unos jóvenes irreverentes y hacíamos aventuras como ese Festival de Vanguardia, pero él se unía sin remilgos a esas locuras”. Grau, recuerda Alcántara, sentía un gran cariño por Cali y venía con mucha frecuencia a la ciudad pues el Museo La Tertulia apoyaba con fuerza su carrera. “También decía sentir un gran respeto por la obra de Jorge Isaacs. Pero a pesar de eso, de un hombre irreverente como él no se podía esperar una versión clásica de una novela. Su película fue realmente un grito de independencia ante la historia literaria tradicional”.Así lo vieron también críticos de cine de la época como Jorge Nieto y Enrique Ortiga; este último, incluso, la calificó como “una de las mejores obras de la vanguardia del cine en Colombia”. Para Mónica Hartmann, ‘María’ fue, ante todo, “una aventura en la que Grau hizo cómplices a varios de sus grandes amigos. Y que se haya involucrado en el cine fue otra muestra de su manera genial de entender las bellas artes como un todo, no como varias disciplinas”.Dos de esos amigos de los que habla Hartmann desarrollaron justamente en Cali sus carreras artísticas: los hermanos Tejada. Lucy participó como maquilladora y Hernando realizó la foto fija de la película. A Alejandro Valencia, hijo de la llamada ‘pintora de la ternura’, no se le hace extraño que su madre y su tío hayan terminado involucrados en esos roles inusuales: “con Grau los unía una amistad entrañable y una época memorable de la historia del arte de este país”.*****La historia de la recuperación y posterior restauración de ‘María’ de Enrique Grau bien podría servir de materia prima para otra película. Tal como recuerda Mónica Hartmann, tras su estreno en 1966, del original de ‘María’ se hizo solo una copia. Alberto López, quien fuera coproductor de la cinta, pidió conservar una de las dos latas originales que contenían el filme rodado en formato 8 milímetros.Tiempo más tarde, cuando se quiso hacer una copia para conservarla en video, los familiares del maestro Grau localizaron a la esposa de López en Brasil quien, tras la muerte de su esposo, había logrado atesorar una de las copias hecha por él ya que la otra había desaparecido tras una inundación. Sin ese gesto providencial, seguro, la cinta de Enrique Grau habría quedado solo en la memoria de sus realizadores y de ese puñado de caleños que asistió al Festival de Vanguardia.Poco se sabe cómo terminó la película olvidada a su suerte en un cuarto de la casa del artista cartagenero en Bogotá. Pero, una vez en las manos de Hartman, esta fue a parar a la directora de la Fundación Patrimonio Fílmico, Miryam Garzón, quien se encargó de liderar su proceso de restauración. Lograrlo no solo implicó paciencia de relojero, sino además cuatro años de trabajo y más 100 millones de pesos que finalmente se consiguieron gracias a la Agencia de Cooperación Española. La labor de restaurar una película antigua puede compararse con una delicada y riesgosa cirugía: cada cuadro que compone la cinta se analiza con minucia para hallar agentes que puedan afectarla como polvo, rayones u hongos de humedad.Miryam cuenta que se compararon dos archivos digitalizados donde se encontraba la película. “Se analizaron y se complementaron secuencias que se hallaban en uno y no en el otro, se reemplazaron las que presentaban menor calidad y se escogieron las que se encontraban en mejor condición. Posteriormente, se aplicó una limpieza y restauración digital de la imagen y se procedió a la colorización”. El legado de Grau corrió con suerte. No ha sucedido lo mismo con otras películas, incluso menos antiguas, que llegan a las manos del Sistema de Información de Patrimonio Audiovisual, que tiene presencia en 18 departamentos del país, y que cada año recibe miles de filmes en diferentes condiciones de deterioro. Los retos de esta complicada tarea los conoce Marina Arango, de la dirección de cinematografía del Ministerio de Cultura, quien asegura que Colombia tiene un rezago histórico con su patrimonio filmográfico de 170 mil unidades pues viene ocupándose de ese patrimonio desde hace solo unas dos décadas.“Las razones son muchas”, dice. “En Colombia no tenemos un laboratorio especializado para esta tarea, así que nos toca buscar apoyo de filmotecas del mundo, especialmente de países como España, Argentina y Portugal. Además, las tecnologías en las que fueron filmadas esas películas ya están en desuso y afecta también el que los soportes en los que han sido filmadas se degradan con el tiempo”.Por fortuna, la ‘María’ que imaginara Enrique Grau se las ingenió para sobrevivir a inundaciones, al polvo y al olvido. Y ahí la tenemos, ahora al alcance de todos, quizá para que no se nos olvide que el maestro cartagenero, hace ya 50 años, un día soltó los pinceles para mostrarnos que otra ‘María’ lo seducía tanto como su célebre ‘María Mulata’. La nuestra.

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