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"Aunque el diablo existe, Dios es más fuerte que el mal": Papa durante misa en Brasil

El papa Francisco llegó al santuario de Aparecida, segunda etapa de su visita a Brasil, donde se postró a los pies de la patrona brasileña y pondrá al pueblo latinoamericano bajo su protección al ofrecer una misa ante unas 200.000 personas.

24 de julio de 2013 Por: Elpais.com.co | Resumen de agencias

El papa Francisco llegó al santuario de Aparecida, segunda etapa de su visita a Brasil, donde se postró a los pies de la patrona brasileña y pondrá al pueblo latinoamericano bajo su protección al ofrecer una misa ante unas 200.000 personas.

El papa Francisco puso este miércoles al pueblo latinoamericano bajo la protección de la Virgen de Aparecida, la patrona de Brasil, exhortó a los fieles a no perder la esperanza y afirmó que aunque el "diablo, el mal, existe, no es el más fuerte, el más fuerte es Dios", durante su primera misa en el país carioca. El obispo de Roma, frente a miles de creyentes, también pidió a los padres y educadores que transmitan a los jóvenes los valores que les hagan artífices de un mundo más justo, solidario y fraterno.Francisco hizo estas manifestaciones en la misa que oficia en una mañana fría y lluviosa en el santuario mariano de Nuestra Señora de Aparecida, a 245 kilómetros de Río de Janeiro.Francisco viajó a Aparecida para postrarse a los pies de la virgen negra, pedirle por el éxito de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud y poner al pueblo latinoamericano bajo su protección."Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la casa de María -que amó a Jesús y lo educó- para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno" , afirmó.Francisco agregó que para ello es necesario que los hombres "mantengan la esperanza, se dejen sorprender por Dios y vivan con alegría".Sobre mantener la esperanza, señaló que aunque en la vida se presentan muchas dificultades, "Dios nunca deja que nos hundamos" , y aseguró que aunque "el diablo, el mal, existe, no es el más fuerte. El más fuerte es Dios y Dios es nuestra esperanza" .Señaló que hoy día los jóvenes sienten la sugestión de tantos ídolos "que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza, como son el dinero, el éxito, el poder, el placer" y que ello se debe a la sensación de soledad y vacío que sufren "y que les lleva a la búsqueda de compensaciones de estos ídolos pasajeros".El Papa exhortó a los adultos a ayudarles a ser protagonistas de la construcción de un mundo mejor."Son un motor poderoso para la Iglesia y para la sociedad. Ellos no sólo necesitan cosas. Necesitan sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales", aseguró.El Papa argentino pidió a los fieles vivir con alegría, "ya que un cristiano es alegre, nunca triste y no puede ser pesimista, no puede tener el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo""Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se inflamará de tanta alegrÍa que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor. Como decÍa Benedicto XVI, el discÍpulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro", manifestó.Después de la homilía, el papa también dijo a los fieles congregados afuera del templo que volvería a Brasil en 2017, cuando se cumplen 300 años de la supuesta aparición de la Virgen en el lugar. Francisco luego fue al Seminario do Bom Jesus donde almorzaría con seminaristas, padres y obispos. Más tarde daría la bendición a unas 50 monjas que viven en tres conventos de clausura en el Santuario de Aparecida. No importó el frío y la lluvia Francisco llegó minutos antes a la Basílica de Aparecida, donde lo recibieron millares de fieles que se guarecieron de la lluvia y el frío con abrigos y paraguas, tras haber viajado en helicóptero desde la ciudad vecina de Sao José dos Campos, a donde se trasladó en avión desde Río de Janeiro, sede de la Jornada Mundial de la Juventud. El pontífice argentino fue aclamado por la multitud que se aglomeraba frente al gigantesco templo en el interior del estado de Sao Paulo que recibe a peregrinos de todo el país que acuden a rendir ofrendas y rezar ante Nuestra Señora de Aparecida, patrona de Brasil. Al llegar al templo, se inclinó ante la imagen de la Virgen de Aparecida y permaneció ante ella en silencio con ojos llorosos. "Madre, te pedimos permanecer aquí, siempre acogiendo a tus hijos peregrinos y estar siempre a nuestro lado, acompañar a la gran familia de tus devotos, sobre todo cuando la cruz más nos pesa" , expresó. Después puso la imagen sobre el vidrio que protege a la imagen de la "virgen negra" y se persignó. "Puede haber lluvia o sol, frío helado o calor sofocante, que miles y miles de personas vendrán a ver a nuestro papa porque esa es la fuerza de la fe del pueblo brasileño" , manifestó Taina Alves dos Santos, una secretaria de 29 años de edad, tiritando de frío bajo la llovizna. Un frente frío afecta la zona sudeste de Brasil desde la llegada del papa a Brasil el lunes. De hecho, el mal tiempo obligó al prelado a cambiar su viaje desde Río, que iba a ser en helicóptero hasta Aparecida. Sin embargo, la lluvia y los fuertes vientos lo obligaron a tomar un avión hasta Sao José dos Campos y desde allí continuar el viaje en helicóptero hasta la sede de la misa papal. En Sao José dos Campos había millares de fieles apostados contra la cerca que rodea la terminal aérea para ver a Francisco, quien los saludó a la distancia antes de abordar el helicóptero. Antes de la llegada del papa a Aparecida, un animador dirigía a la multitud en himnos y cantos de "Francisco, Francisco" . En medio del ondear de banderas, los asistentes cantaban con entusiasmo las canciones que emanaban de los altavoces. Fieles en Brasil se mostraron impresionados con el estilo humilde del primer jefe del catolicismo mundial proveniente de América Latina. Ese es el caso de Isabel de Jesús, de 56 años, una devota de San Francisco de Asís que viajó desde la ciudad de Sao Paulo para ver al papa en Aparecida. "Él es el santo de los pobres, y por lo que veo, el papa Francisco es también el pontífice de los pobres. Es una persona humilde y llena de amor por los pobres. Creo que él va a luchar por los pobres y yo estoy aquí para animarlo a dar esa lucha" , expresó De Jesús, de 56 años, mientras se resguardaba de la llovizna helada bajo un alero junto a su esposo. Al menos 200.000 personas son esperadas este miércoles en esta pequeña ciudad de 35.000 habitantes, pero sólo 15.000 podrán ingresar a la basílica dedicada a Nuestra Señora Aparecida, la patrona de Brasil, que tiene capacidad para 30.000 personas.Los responsables por el santuario decidieron limitar el número de asistentes para facilitar el tránsito en su interior y por razones de seguridad. El resto seguirá el oficio religioso a través de pantallas de televisión dispuestas en la parte exterior de la iglesia.Francisco estuvo por última vez en Aparecida hace dos años, aún como arzobispo de Buenos Aires, para la celebración de la Asamblea General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe.En ese encuentro, al que asistió el papa Benedicto XVI, Bergoglio fue el redactor del documento final de la asamblea.Después de la misa, Francisco se dirigirá hacia la parte externa del templo para dar su bendición a la multitud que no pudo entrar a la iglesia. Luego realizará un pequeño recorrido en "Papamóvil" y visitará el Seminario Bom Jesús, un convento de clausura donde se reunirá con un pequeño grupo de monjas, y regresará a Río de Janeiro, donde permanecerá hasta el próximo domingo.

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