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¿Está en crisis el ensamblaje de vehículos en Colombia?

Los ensambladores del país están mirando el mercado latinoamericano para redireccionar su producción y sobrevivir.

16 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País

Los ensambladores del país están mirando el mercado latinoamericano para redireccionar su producción y sobrevivir.

El futuro del ensamblaje de vehículos en Colombia parece dar nuevos giros, tras el anuncio de cierre temporal previsto para mayo próximo de la planta en Bogotá de la Compañía Colombiana Automotriz, CCA, una de las tres más grandes productoras de carros en el país. Según los expertos, la falta de competitividad nacional por las condiciones de producción, la progresiva desgravación arancelaria, el aumento de la tasa de cambio, los altos costos de importación de insumos y las condiciones logísticas de infraestructura y transporte amenazan el ensamblaje de carros en Colombia.Las alertas se prendieron luego de que el presidente de la CCA -que ensambla Mazda-, Fabio Sánchez, confirmara que harán una parada técnica -se desconoce durante cuánto tiempo-, dado que su producción ha bajado al 20 % y su misma planta laboral se ha reducido de 2000 a 500 empleados en los últimos años. El cierre de esa planta de producción, abierta hace 56 años, tiene nervioso al sector automotor. En adelante, la producción de Mazda se abastecería de México, Japón y hasta de Indonesia porque a la casa matriz, con sede en Japón, le resulta más barato producir en un país centroamericano con el fin de abastecer desde allí el mercado de Latinoamérica. Por eso, Eduardo Visbal, vicepresidente de Fenalco, indicó que aunque el ensamble de autos en Colombia es necesario, se debe replantear su forma de operar. “El ensamblaje ya no puede seguir amparado en la alta protección arancelaria que tiende a desparecer y el mercado está abierto para todos”. Los aranceles de importación de vehículos se están bajando, hizo notar el analista. Con México están ya en cero, con Estados Unidos se están desmontando, con Europa se bajaron 8 puntos y están en 27 % y con Corea la negociación está en curso. Con China, pese a los bajos costos de los carros el arancel es de 35 %. Sin embargo, aunque los aranceles para vehículos aún son altos, están bajando y, como dijo Visbal, ya no pueden verse como un factor de competitividad por parte de ensambladoras nacionales. Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Vehículos, Andeme, agregó que el aumento en la tasa de cambio también está afectando la industria, porque el dólar se devaluó $180 durante el último año y eso golpea fuertemente cualquier negocio.De hecho, según Visbal, Colombia solo produjo el año pasado 40 % de sus vehículos e importó el 60 % y eso se paga en dólares. Incluso los carros que se producen aquí tienen componentes importados de alto costo como el CKD (el KIT de ensamblaje) que viene de Japón. El otro punto a considerar son los costos logísticos de producción. García sostiene que estos son altos para la industria debido a la lejanía de las plantas con los puertos donde se hace el comercio internacional como Buenaventura o Barranquilla. Las ensambladoras están en Bogotá y Envigado y la mala infraestructura vial y los altos fletes de transporte encarecen el producto.Ese, por ejemplo, no es el caso de las plantas de Puebla, en México, donde hay un eficiente sistema de transporte férreo que reduce esos problemas logísticos con los puertos, anotó García.En consecuencia, con un mercado nacional limitado y una tasa de cambio alta, una buena alternativa para las ensambladoras sería producir para exportar, siempre que la estrategia sea conquistar nuevos mercados externos.Isauro Murcia, expresidente de Motovalle, cree que una alternativa para la CCA, es especializar su plataforma en la producción de camionetas Mazda BT50 que se han vendido bien aquí y fabricarla para el mercado regional. Y esta línea de producción no está disponible en la planta de México.Por otra parte, la GM Colmotores, la primera del país con el 25 % del mercado doméstico, hizo saber que mantendrá la producción nacional de Chevrolet, porque es política de la marca estadounidense ensamblar y fabricar donde se establece. Con ese objetivo hace poco invirtió $380.000 millones para la modernización de su planta en Bogotá.Entre tanto, Renault-Sofasa (la segunda ensambladora), le sigue apostando al mercado nacional e invirtió 22,5 millones de euros en el ensanche y modernización de su planta en Envigado, lo cual le permitirá producir también para el mercado latinoamericano. Como dijo hace unos meses el vicepresidente operativo de la Renault, Patrick Pélata, el objetivo de la empresa es “adaptar sus productos a las necesidades de cada región”. Y en su criterio, Colombia es uno de los países de mayor potencial en Suramérica. Con la estrategia de abrirse a los mercados externos, Sofasa empezó a producir hace un par de años la camioneta Duster para el mercado latinoamericano. Una apuesta que busca precisamente asumir la competitividad que hoy afronta la industria automotriz y hacerle el quite al cierre de más plantas.Altos costos ”No me sorprende que la CCA esté cerrando su planta en Colombia, porque producir carros en Bogotá no debe ser muy competitivo. Toca importar CKD de Japón que entra por Buenaventura. Hay problemas de infraestructura y altos costos logísticos en las operaciones industriales”, dijo Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Vehículos, Andeme. Aseguró que “no hay nerviosismo en la industria, veo una decisión muy sensata de buscar fuentes más económicas para abastecer un mercado, no creo que eso vaya a tener un impacto muy importante en el empleo, porque es el comercio el que genera el empleo en el sector automotor y no la industria”.Isauro Murcia, ex presidente de Motovalle, dice que se va a afectar mucho el consumo de piezas y partes que ya fueron homologadas y fabricadas en Colombia. “De esta manera, sufre la cadena de proveedores que ya está establecida en piezas para Mazda”, señaló.

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