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En tres años habría un gasoducto a Buenaventura: Gases de Occidente

Arturo Gutiérrez, gerente de Gases de Occidente, dice que el proyecto depende de decisión de la Creg. El Valle llegó al millón de usuarios de gas durante el 2015.

3 de noviembre de 2015 Por: Alfredo García | El País.

Arturo Gutiérrez, gerente de Gases de Occidente, dice que el proyecto depende de decisión de la Creg. El Valle llegó al millón de usuarios de gas durante el 2015.

Son varios los desafíos que la empresa Gases de Occidente ha previsto para el 2016. El principal es que la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, apruebe el esquema tarifario para poner en marcha el gasoducto hacia Buenaventura, el cual demandaría una inversión de US$50 millones la cual sería una de las más grandes a ejecutar en el Valle. El gerente general de la firma, Arturo Gutiérrez de Piñeres, pone de presente que se trata de un proyecto que permitiría darle un importante empujón al Litoral Pacífico para impulsar  su industrialización. Otra apuesta es seguir reforzando el crecimiento en materia de usuarios del gas natural, cuyo número pasó del millón durante el 2015 en el departamento, marcando así un hito en la región. ¿Cuál logro resaltaría de la empresa en el 2015?Felizmente logramos conectar un millón de usuarios en el Valle del Cauca este año. Eso es un hito no solo para la empresa, sino para la región. Gases de Occidente está entre las tres principales empresas distribuidoras de gas con el mayor número de usuarios en el país. La gente todavía está queriendo conectarse al gas natural, por lo que aún existe un gran potencial de crecimiento. Para el 2016 tenemos en la mira varios proyectos importantes los cuales estamos interesados en sacar adelante y desarrollar. Uno de ellos es llegar a los seis municipios que nos quedan faltando para conectarlos al gas como son Dagua, Restrepo, La Cumbre, El Cairo, El Águila y Argelia. Ya tenemos 36, incluyendo Buenaventura con el gas virtual o comprimido que transportamos en camiones. Con ello llegaríamos a una cobertura del 100% en lo que respecta al departamento del  Valle del Cauca. Luego  empezaremos a conectar la mayoría de los corregimientos y veredas a este servicio. Lo otro es llevar el gas a los municipios de Buenos Aires, Caldono, Jambaló y Suárez en el Cauca. ¿Pero cuál es la mayor apuesta a desarrollar?El principal proyecto es conectar a Buenaventura a través de un gasoducto. Y allí estamos a la espera de la aprobación por parte de la Comisión de Regulación de Energía y Gas, Creg, para comenzar su construcción. Dentro de nuestra solicitud tarifaria ya aportamos lo que sería la inversión.  Se trata de una inversión aproximada de US$50 millones, que será muy importante para la región  en los próximos tres años.  Dejaríamos así conectada a Buenaventura con todos los insumos necesarios para impulsar su desarrollo industrial. Ese sería otro hito importante. Ojalá la Creg apruebe esta iniciativa. El 30 de octubre entregamos la solicitud y estamos a la espera de que la Creg haga  las evaluaciones, con una definición a más tardar en seis meses. Calculamos que sería una tubería de 111 kilómetros que atravesaría la Cordillera Occidental, lo que constituye una obra de ingeniería muy especializada teniendo en cuenta la topografía del terreno. Habría que hacer unas inversiones importantes en estabilización frente a eventuales derrumbes. La ejecución del proyecto por su complejidad tardaría unos tres años en su  construcción. Fuera de este proyecto, ¿se han previsto inversiones adicionales?Iniciamos la conexión de los seis municipios que restan. Serían inversiones de alrededor de $25.000 millones. A ello le añadimos lo del gasoducto, pero todo está sujeto a las decisiones de la Creg.  Por estos días se ha hablado mucho del fenómeno climático de El Niño y la crisis de las térmicas. ¿Por qué se dice que no hay poca oferta de gas para  generar energía durante esta sequía?Nosotros tenemos contratos de gas natural para los próximos cinco años. La problemática de escasez se está dando más en la Costa Atlántica, ya que el yacimiento de Ballena está en declinación, y adicionalmente las térmicas están ubicadas en esa región colombiana, cuya demanda es más alta. El Gobierno está esperando que se pueda importar gas desde Venezuela, y ojalá se dé, ya que eso aliviaría bastante la situación  en la Costa Atlántica. En el interior del país los campos de Cusiana y Cupiagua tienen suficiente gas para atender la demanda. En el Valle se consumen unos mil millones de metros cúbicos al año entre usuarios residenciales, comerciales e industriales. ¿Con base en ello, qué perspectivas habrá en materia de tarifas para el gas, pues todo apunta a que habrá alzas para los consumidores?Las tarifas  con esta coyuntura tienden a aumentar. Sí hay cierta escasez producto de El Niño lo que provoca mayor demanda, pues frente a una oferta restringida los precios en dólares suben.Adicionalmente, la devaluación del peso nos ha pegado muchísimo, ya que el gas natural se compra en dólares y el transporte se paga en esa misma divisa, costos que se trasladan directamente a los usuarios.Pero cabe recordar que las tarifas están rezagadas hace seis años, es decir, que en ese tiempo no han sufrido ajustes. Esto posiblemente generaría un incremento en las tarifas al finalizar el año. ¿Esas alzas serían graduales o habría un solo incremento?Serían graduales. De hecho, el consumo de gas todavía es muy bajo en el caso particular del Valle. Aquí existe el consumo promedio por vivienda más bajo del país: 11 metros cúbicos por mes, con una tarifa de $1000 por metro cúbico.  A pesar de que ha habido incrementos por la devaluación, la tarifa no llega a subir por encima de los $1000 mensuales. Esos bajos consumos corresponden a hábitos hogareños como el uso de la olla arrocera eléctrica y ciertos hornos. Tampoco se usa el calentador a gas debido a las características del clima. Otro aspecto es que la  gente no cocina las tres comidas en casa en Cali. Muchas personas almuerzan por fuera debido a las distancias que hay en la ciudad, y  no es fácil moverse en las horas pico. ¿En qué quedó el proyecto del reservorio para enfrentar emergencias como la de años atrás cuando un derrumbe dañó el gasoducto durante una ola invernal?Hay varios proyectos en ese sentido. La Unidad Minero-Energética, Upme, en su informe de proyección de demanda estima que en el suroccidente colombiano hacia el año 2023  se requeriría una planta de licuefacción o de regasificación para importar ese combustible.Eso sería posible en caso de que las proyecciones de oferta bajen   o no se encuentren más yacimientos. Hay últimos hallazgos en la Costa Norte, aunque es cierto que su explotación se demoraría de tres a cinco años. Sin embargo, a medida que aumente la producción ese plazo para el reservorio se irá alargando más allá del año 2023. La verdad es que reparar un gasoducto resultará más económico que poner en marcha una planta de éstas para almacenar el combustible para emergencias. A propósito de las térmicas, algunas de las cuales dicen estar quebradas, ¿por qué utilizan diesel y no gas, que resultaría un poco más barato?Esa es una opción viable. Después del apagón de los años 90, el Gobierno tomó medidas sanas como la de construir térmicas otorgándoles un cargo por confiabilidad.  En ese momento había 800.000 usuarios del gas y  hoy existen siete millones. La demanda era de 200 millones de pies cúbicos-día y la producción era de 600 millones, es decir, que sobraba gas. Ahora el mercado es diferente con un consumo considerable por parte de usuarios residenciales, industriales y comerciales. Esos contratos que se firmaban (con las térmicas) eran para disponer de gas cuando lo necesitaran, lo cual no convenía a los productores y comercializadores. La demanda creció y las térmicas se quedaron sin gas, y por eso buscaron confiabilidad con combustibles líquidos. Frente a eso  el Gobierno tendrá que adoptar una solución que se acomode a esa evolución tanto del sector del gas como el eléctrico.

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