Economía

El Valle del Cauca se queda sin aeropuerto; analista advierte sobre el riesgo del cambio de operador

Con una nueva concesión bien diseñada, el aeropuerto podría convertirse en un hub logístico de carga y pasajeros para América Latina.

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Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón
Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón pasa a manos de la Aerocivil | Foto: Bernardo Peña/El País

27 de ago de 2025, 02:22 p. m.

Actualizado el 27 de ago de 2025, 02:22 p. m.

Por: Edwin Maldonado; columna de opinión para Economía

Desde el 1 de septiembre de 2025, el Aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón —el tercero más importante del país y la principal puerta aérea del suroccidente colombiano— dejará de ser operado por un concesionario privado y pasará a ser administrado por la Aeronáutica Civil.

Aunque el Gobierno asegura que esta será una medida “temporal”, que realizará inversiones transitorias y que al finalizar el año publicará los pliegos para una nueva concesión, lo cierto es que no cumplió con los cronogramas establecidos para adjudicarla a tiempo. Y eso no fue un accidente ni resultado de una coyuntura excepcional: fue falta de voluntad política.

Edwin Maldonado, director del Comité Intergremial y Empresarial del Valle.
Edwin Maldonado, analista y exsecretario de Desarrollo Económico de Cali | Foto: El país

Durante más de tres años, el Gobierno ha venido aplazando, sin justificación, el proceso de estructuración y licitación de una nueva concesión para modernizar el aeropuerto. Prometió transformarlo en una terminal de talla mundial, con capacidad para fortalecer la conectividad aérea del Valle, abrir nuevas rutas, aumentar las frecuencias y reducir los costos de los tiquetes.

Pero dejó vencer el contrato actual sin adjudicar uno nuevo, sin razones técnicas, jurídicas ni presupuestales que lo impidieran. Lo que sí hubo fue negligencia y desinterés con una región que ha sido motor económico del país.

Este retraso representa un enorme costo de oportunidad. Se pierde una inversión cercana a $4 billones que ya estaba proyectada para la modernización de la infraestructura, y con ella, la posibilidad de generar más de 14.000 empleos directos e indirectos, justo en momentos donde el país requiere mayor crecimiento económico y oportunidades laborales. Además, se frena el impacto positivo que tendría un aeropuerto moderno sobre la economía.

Más allá del presente, el Alfonso Bonilla Aragón tiene un potencial estratégico que se está desaprovechando. Con una nueva concesión bien diseñada, el aeropuerto podría convertirse en un hub logístico de carga y pasajeros para América Latina.

Asimismo, existe una oportunidad real de desarrollar clústeres industriales de alto valor agregado en torno al sector aeronáutico, como los MRO (mantenimiento, reparación y operaciones), e incluso avanzar en capacidades para la fabricación y exportación de aeropartes. Hay capital humano, demanda creciente y condiciones geográficas favorables. Lo único que falta es decisión política.

Además, la operación directa por parte de la Aerocivil plantea múltiples riesgos. La entidad nunca ha administrado un aeropuerto de esta envergadura, y no está claro si cuenta con la capacidad técnica, operativa y financiera para garantizar estándares internacionales de calidad. ¿Por qué arriesgar todo esto?

El Valle no puede quedarse sin un aeropuerto de talla mundial. La ciudadanía, los gremios, los líderes y los medios debemos ejercer veeduría activa para garantizar el mejor servicio y exigir que el Gobierno cumpla su palabra y adjudique la nueva concesión antes de que termine el año. Que esta no sea otra promesa incumplida al Valle.

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