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Felipe Ossa imagina el cielo como una librería infinita y ‘ángelas’ que le pasan los libros. Siempre ha buscado recuperar la biblioteca perdida de su padre. | Foto: Archivo Colprensa

LITERATURA

Librería Nacional cumple 80 años, ¿cuál es el secreto de su longevidad?

Felipe Ossa, librero mayor, narra los secretos que hicieron posible esta logenvidad literaria. "No hay mejor escape que leer, se viaja más con la imaginación que con los pies", dice.

15 de septiembre de 2021 Por: Paola Guevara, editora de cultura

La Librería Nacional fue pionera en muchos sentidos, que hoy explican la llegada a su cumpleaños número 80. Sobre osadía, pasión y libros hablamos con Felipe Ossa, alma y corazón de la longeva Librería que tiene en Cali uno de sus grandes centros vitales.

Son 80 años de historia, así que empecemos por lo más reciente: ¿Cómo sobrevivió la Librería Nacional al año y medio de pandemia?

Te cuento que sobrevivimos a fuerza de tenacidad y preparación, y gracias a que nuestra página web estaba muy bien alineada. La gente se volcó a los envíos y buscó el libro como consuelo, alimento y elemento de superación. Empezaron a pedir muchos libros de temas espirituales, testimonios de coraje, de esfuerzo. Eso nos ayudó muchísimo: no cerramos librerías ni tuvimos que sacar empleados. Y ahora se inicia una leve recuperación que, esperamos, dure.

¿En 80 años cuáles fueron las crisis más desafiantes de la Librería?

Tuvimos una crisis económica grave con la devaluación enorme de los años 70. También con el problema del narcotráfico en los años 90, pues la gente no iba por miedo a que le pusieran una bomba en el centro comercial. Y logramos salir adelante...

Y el resto del sector libros, en lo nacional y lo global, ¿cómo se comportó en el último año?

En el balance general las librerías resistieron mucho la crisis, si se cerraron fueron pocas, las editoriales y distribuidoras resistieron el bajonazo, sobrevivieron casi todas. Se reanudó la búsqueda del libro por parte de la gente, pues el libro tiene contenido espiritual y de evasión. No hay mejor escape que leer, se viaja más con la imaginación que con los pies, y un viaje de mil millas comienza con un libro, así que el gremio en general logró sobrepasar la crisis. En México y Argentina fue durísimo pero ya paso la peor parte, y el libro demuestra su perdurabilidad. Ha resistido enemigos y amenazas muy grandes. Cuando llegó el libro electrónico se esperaba que el libro impreso iba a fenecer, pero la parte electrónica paró y en cambio la parte de impresión siguió en aumento y hoy siguen abriéndose librerías y publicándose libros. En España las librerías pequeñas abrían en pandemia para ser el refugio de la gente. Y como todo acontecimiento humano produce libros, la pandemia no podía ser la excepción...

Lea además: La creatividad, el antídoto de la cultura en Cali para la crisis que trajo la pandemia

A usted le llega todo. De los libros sobre pandemia, ¿cuál le gustó?

Te quiero comentar mi experiencia personal: cuando empezó la pandemia empecé a leer sobre virus, sobre contagios, y me volví medio experto en epidemias y peste negra. Hay un libro que se llama Contagio, uno de los que se vendió más por ser muy didáctico y por investigar la totalidad de virus a nivel mundial. Leí sobre la gripa española, epidemia que mató a 57 millones de habitantes, y mi conclusión es que siempre estamos amenazados por virus invisibles, y hay todavía pestes que no se han logrado eliminar, como el ébola y el VIH. Estamos en peligro constante y la destrucción del medio ambiente ha fortalecido los virus pues han mutado hacia el hombre por la desaparición de flora y fauna del mundo.

¿Qué virus amenaza los índices de lectura en Colombia?

La ignorancia, la violencia, la falta de criterio en la educación amenazan a Colombia más que los virus en sí; sobre todo la poca importancia de la educacion humanística es una falla enorme, somos un país con una tasa de lectura muy baja. Y un país que no lee, que no se informa, que no tiene cultura, se ve amenazado por los totalitarismos y la violencia.

Ahora que viene el momento de los balances y de mirar atrás: ¿Qué tiene en su ADN la Librería Nacional que la hace perdurable?

El ADN viene de su fundador, Jesús María Ordóñez Salazar, un pionero, un idealista con una visión muy grande del libro y del negocio. Las ideas que tuvo al principio perduran, e hicieron que la Librería avanzara, pues fue pionero en cosas que en aquella época no existían...

¿Como cuáles?

Por ejemplo el autoservicio. Antes de él las librerías tenían el mostrador adelante y los libros atrás, y usted llegaba a preguntar por el libro pero no tenía acceso a él, lo cual hacía que la gente se inhibiera pues a veces no sabía ni siquiera pronunciar el nombre del autor. Él cambió los muebles para el acceso al libro. Otro avance audaz y criticado es que abrió cafeterías dentro de las librerías; ellas eran sagradas, llenas de protocolo, y él abre esto para que la gente pudiera estar allí, ojear revistas, mirar un libro; reunirse con amigos, la novia o compañeros y saborear un helado exquisito, pues fuimos pioneros en vender los helados, que fabricábamos en la librería. Y una cosa importante es que trajimos el yogurt a Colombia. Existía el kumis, pero el yogurt no, él importó los bacilos búlgaros para hacer el yogurt, y lo vendía en botellitas con un folleto que explicaba lo que era el yogurt. También fue clave la distribución de revistas que se publicaban en diferentes países: Bohemia, de Cuba; Caras y Caretas, de Argentina; y la famosa revista Selecciones, pues no había hogar, consultorio o peluquería sin la Selecciones ¡Fuimos los primeros en traerla!

¿Y los hitos de Cali?

Se abrió en 1961. En la Plaza de Caycedo, en su momento de esplendor, lo novedoso es que la cafetería estaba abierta al público. La librería de la Plaza era el centro de reunión de toda la sociedad caleña, iba todo el mundo, estudiantes, profesores, empleados, todos. Era un lugar de cita y de tertulia, que llegó a ser extraordinario. Otro hito de Cali es que abrimos sucursales en los barrios, cosa insólita: una sede en San Fernando y otra en Versalles, por la 6a, que tenían esta particularidad: se abrían a las 3:00 p.m. y se cerraban a la media noche. No había almacén o lugar de comercio con ese horario.

¿Qué libros han sido hito en estos 80 años y se siguen vendiendo?

'Cien años de soledad', marcó la pauta en la gran venta cuando llegó a Cali. El señor Ordóñez importó 600 libros y se vendieron todos en un solo día, eso es extraordinario. Otro fue 'A sangre fría', de Truman Capote, y hay otra novela de venta enorme: 'El Padrino', de Mario Puzo. El fundador pidió 100.000 ejemplares, era una cantidad fenomenal, y vendimos 30.000 ejemplares.

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