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Cuentos ganadores y finalistas del concurso de cuento Andrés Caicedo. | Foto: Archivo particular

ANDRÉS CAICEDO

Publican 'Correspondencia', los libros con las cartas de Andrés Caicedo

Finalmente se publica la ‘Correspondencia’ de Andrés Caicedo. Dos libros con cartas reveladoras de su vida y obra, que ahora podrán ser leídos por los seguidores del autor caleño.

27 de agosto de 2020 Por:  L.C. Bermeo Gamboa, reportero de El País

Antes de tomarse las 60 pastillas de seconal que lo llevaron por el camino sin retorno, lo último que hizo Andrés Caicedo fue escribir dos cartas, una que entregó a su novia Patricia Restrepo en Cali, y otra para su amigo Miguel Marías en España —hermano del escritor Javier Marías—, a quien nunca conoció en persona; su amistad fue completamente epistolar. Cuando fue encontrado en su apartamento, Andrés tenía el cuerpo recostado en una mesa —su escritorio— y la cabeza sobre su máquina de escribir. En la última carta, que aún estaba en el rodillo, decía a su amigo español: “Ya me llegó el primer ejemplar de mi novela ¡Que viva la música! Con suerte, espero estarte enviando el tuyo en unos ocho días”.

Pero esa carta finalmente no la enviaría Andrés, sería su padre, Carlos Alberto Caicedo, quien se encargaría de hacerla llegar a su destinatario, acompañada de la funesta noticia. Al parecer, don Carlos envió a Miguel una copia de la carta y guardó la original en el archivo de textos inéditos que su hijo había dejado. El padre del escritor fue el primero en intuir que la obsesión epistolar de Andrés Caicedo —algunas veces escribía hasta 10 cartas por día— se correspondía con sus intenciones creativas, que sus cartas —de las cuales guardó copias al carbón— eran parte fundamental de su obra literaria, tanto como sus artículos de cine, cuentos y novelas, solo que esta obra estaba dispersa entre sus amigos y familiares.

Fue después de un largo y tortuoso camino, un verdadero proceso kafkiano en el que no faltaron polémicas de censura y discusiones familiares, que finalmente la obra epistolar de Andrés Caicedo podrá ser leída sin limitaciones, ya que desde hoy llegan a las librerías de Colombia los dos volúmenes titulados ‘Correspondencia (1970 – 1973)’ y ‘Correspondencia (1974 – 1977)’, libros que contienen las 198 cartas sobrevivientes, escritas durante los últimos 7 años de vida del escritor, además seleccionadas y editadas por Luis Ospina y Sandro Romero Rey.

“Esta correspondencia es un desgarrador documento que la convierte, a no dudarlo, en la memoria epistolar de su autor y, de cierta manera, en su biografía”, afirman los editores en el prólogo del primer libro. Cabe mencionar que Luis Ospina, el cineasta y amigo de Andrés Caicedo, fallecido en septiembre de 2019, no podrá ver impresos estos libros que de algún modo, son también su obra. Por ello, la publicación tiene una doble connotación de obra póstuma.

Desde el 2017, cuando se frustró el primer intento por publicar la correspondencia del autor caleño, en parte debido a reservas sobre su contenido y diferencias entre las hermanas herederas, para felicidad de los lectores y estudiosos de la obra caicediana, ahora son puestas en circulación estas preciadas misivas, que como afirmó el editor Mario Jursich: “leídas en conjunto, estas cartas forman una autobiografía involuntaria y un retrato absolutamente vívido de la generación nacida en los años cincuenta”. Esto se logró, en gran medida por el activismo de Rosario Caicedo, la hermana más cercana en sensibilidad y edad al escritor —Andrés era menor que ella solo por 16 meses—, quien sostuvo por todos estos años una campaña por los derechos literarios de su hermano, demostrando que su obra literaria, en su totalidad, merecía llegar a los lectores y que eso, los valores literarios, debían prevalecer por encima de cualquier prejuicio moral y social.

"Andrés Caicedo no le pertenece a nadie, sino a sus lectores. Él nunca quiso pertenecer a nadie, como lo dice en una de sus cartas".
Rosario Caicedo, hermana del escritor.

Lea también: Dos cartas cruzadas de Andrés Caicedo y su hermana Rosario

Es Rosario, quien desde su casa en Middletown (Connecticut, EE. UU.), donde reside hace más de 40 años, expresa ahora su felicidad, porque para ella, la publicación de la correspondencia de su hermano, significa un acto de justicia poética.

Esta publicación se logra después de todo un proceso kafkiano…

Es más que kafkiano, como dicen muchos críticos literarios: detrás de todo libro hay una historia, y muchas veces más interesante que la del mismo libro. Es como lo que sucedió con el primer libro de Andrés, ‘El atravesado’ (1975), la historia de ese libro refleja muchas cosas reales de su autor, como que la carátula la sacó de un disco de los Rolling Stones, o que se hizo en una imprenta baratísima del centro de Cali, una edición pagada por nuestra madre. Entonces, detrás de todo libro hay un cuento, y el de esta correspondencia ha sido un cuento muy difícil, y en cierta forma refleja la historia de la dificultad que tuvo Andrés para publicar sus propios libros en vida. Todo este proceso me hizo vivir a mí, lo que Andrés padeció sus últimos años, escribiendo a editoriales de todas partes para que lo publicaran.

¿Cómo se siente ahora que la correspondencia se publica?

Finalmente salieron los libros contra viento y marea. Pero en primer lugar esto no lo logré sola, esto lo han logrado cantidades de personas que han luchado porque las palabras de Andrés Caicedo tengan la libertad que se merecen, algo a lo que todo artista tiene derecho. Por eso cuando él hablaba de Calicalabozo, no se trataba de un simple juego de palabras, él vivió realmente esa celda de censura. Entonces a mí me parece que hay justicia poética con esto, y que siquiera los herederos llegaron al consenso de que esta correspondencia se publique. Es una gran alegría para mí, pero yo la celebro no por ser la hermana de Andrés Caicedo, yo no estoy en esta lucha solamente por sangre de tu sangre, he luchado porque amo y respeto a ese escritor y su obra, independiente de su nombre.

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