Siguen sanciones a 'borrachos' en las vías de Cali: este año han retirado 174 licencias

El vicio de manejar cuando se ha ingerido licor ya empieza a dejar conductores fuera de las calles de Cali. En lo corrido de este año, por esta práctica se han quedado sin licencia de conducción 174 personas que fueron sorprendidas mientras manejaban con tragos.

Los ‘pases’ han sido congelados por la Secretaría de Movilidad durante los operativos de control de alcoholemia, los cuales se realizan en diez puestos de control que se disponen los fines de semana en sitios estratégicos de rumba.

Entre el 1 de enero y el 17 de junio se realizaron 27.662 pruebas de alcoholemia, de las cuales resultaron positivas 300, según afirmó el secretario de Movilidad Municipal, William Camargo. “Es un buen indicador, pero no es suficiente. No debería existir conductores que consumen alcohol y conducen”, aseguró el funcionario, quien recordó que esta conducta atenta contra la seguridad vial.

Cabe recordar que, precisamente, el pasado 9 de junio una mujer identificada como Xiomara Paula Quiñonez fue atropellada por un taxista cuando caminaba por un andén del barrio Laureano Gómez, en el oriente de Cali.

En el accidente resultaron lesionadas otras cuatro personas. Luego de realizarle la prueba de embriaguez al conductor, se determinó que conducía con grado tres de alicoramiento.

Entre tanto, Camargo señaló que de las 174 personas a las que se les ha retirado la licencia durante este año, once habían sido previamente sancionados por conducir en estado de embriaguez.

De acuerdo con la Ley 1696 de 2013, que establece las sanciones para quienes conducen en estado de embriaguez, las personas que son detectadas al mando de un automotor con registros a partir de 20 miligramos de etanol en la sangre, medida que corresponde a una cerveza, son susceptibles a que las autoridades de tránsito les suspendan la licencia de conducción por un año y les multe con $2,4 millones.

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No obstante, la sanción varía dependiendo del grado de alcoholemia que es detectado a la hora de realizar la prueba. 

El titular de Movilidad Municipal indicó que entre el 1 de enero y el 17 de junio se han impuesto 246 multas por infracciones relacionadas con conducir en estado de embriaguez. Hasta el momento, mayo ha sido el mes en el que más se notificaron infracciones (54); seguido de la primera quincena de junio, cuando reportaron 42 multas; a paso continuo están febrero y marzo, cuando fueron sancionados 41 conductores en cada mes.

“Hicimos un fortalecimiento en estos dos meses -mayo y junio-, tenemos un problema con el tema de agresiones a guardas por gente que consume licor y conduce en ese estado”, señaló Camargo.

Precisamente una de estas agresiones se presentó en mayo, cuando agentes de tránsito requirieron a una conductora en el norte de Cali. La mujer confesó estar manejando en estado de embriaguez, pero se rehusó a practicarse la prueba de alcoholemia y, una vez los guardas decidieron imponerle el comparendo e inmovilizar el vehículo, la mujer reaccionó golpeándolos.

Vale la pena aclarar que hacer esta prueba es de carácter obligatorio. De lo contrario, el conductor es sancionado con el máximo grado de embriaguez.

Las pruebas de alcoholemia deben realizarse con alcoholímetros que tengan la boquilla completamente nueva; este elemento no puede ser reutilizado.

El presidente del Concejo, Fernando Tamayo, dijo que si bien este año hay un número significativo de personas sancionadas por este mal comportamiento en las vías, hace falta arreciar los controles para limitar aún más a quienes osan a manejar en estado de embriaguez.

“Cuando hacíamos muchos operativos y éramos inflexibles, la gente comenzó a funcionar bien, pero ahora se relajaron un poco los controles y la gente comenzó a confiarse. O nos tomamos este problema con seriedad o, tristemente, esta ciudad se va a salir de control”, dijo Tamayo, quien señaló que las acciones coercitivas deben acompañarse con campañas educativas que inviten a quienes van a tomar a que entreguen las llaves de su vehículo o pidan un conductor elegido.

A su vez, el experto en seguridad vial, James Gómez, hizo hincapié en que los controles no deben limitarse a las noches y fines de semana, pues el consumo de alcohol en la ciudad es habitual durante el día. “Hay que ser más estratégicos, más frecuentes y menos previsibles para que la gente no se pase por la faja la normatividad”.

Entre tanto, el concejal Roberto Rodríguez dijo que uno de los sectores donde más se debe reforzar la vigilancia al consumo de bebidas embriagantes y el uso de vehículos es el Distrito de Aguablanca, pues “los jóvenes toman licor y andan en esas motos de manera irresponsable. Allá no existen las normas de tránsito”.

De acuerdo con la firma de seguridad vial, Urbavial, son cinco los efectos negativos que genera el licor en quienes manejan automotores.

Entre los efectos negativos se cuentan la disminución de la sensación y percepción del peligro, sueño, mayor dificultad para mantener el carril, menor capacidad de reacción y disminución de los reflejos.