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El pasado 15 de agosto un artefacto explosivo fue detonado en la vía Panamericana, a la altura de Santander de Quilichao, en el Cauca. El atentado fue atribuido a la disidencia Dagoberto Ramos. | Foto: Foto: Raúl Palacios / El País

Reunión en Brasil, ¿la génesis de las disidencias que tienen en jaque al Cauca?

El País conoció un documento de Inteligencia que incluye organigrama, alias, mapa de ubicación de las disidencias y un listado de acciones cometidas por este grupo en ese departamento.

25 de agosto de 2019 Por: Redacción de El País 

Detrás de los nueve disidentes de las Farc más buscados en el departamento del Cauca, cuyas fotografías fueron dadas a conocer hace una semana con ofrecimientos de recompensas de hasta $30 millones, hay al menos 22 personas que hacen parte del círculo que le rinde cuentas a los jefes del denominado Nuevo Sexto Frente de las Farc, grupo armado ilegal liderado por alias Mayimbú, ‘El Indio’ y ‘Barbas’.
Todos, según las autoridades, delinquen en Suárez, Morales, Caloto, Corinto, Santander de Quilichao, Miranda, Toribío, Jambaló, Inzá, Tacueyó, El Palo y Natalá, en ese departamento.

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Esa estructura ilegal, renombrada por estos días, sería responsable de protagonizar una escalada terrorista entre el 9 y el 15 de agosto de este año que dejó al menos cuatro personas asesinadas (dos indígenas, un docente y un soldado); siete nativos heridos; cinco periodistas y dos camarógrafos amenazados; y un sector de la vía Panamericana, en Santander de Quilichao, afectado por la detonación de un artefacto explosivo.

El País conoció un documento de Inteligencia que incluye organigrama, alias, mapa de ubicación de las disidencias y un listado de acciones cometidas por este grupo en el Cauca. En el texto se referencian a tres personas que serían los hombres de confianza de los tres cabecillas principales de las disidencias en ese departamento, que son alias Mayimbú, ‘El Indio’ y ‘Barbas’.

El primero de los ‘trabajadores’ de esos jefes disidentes sería ‘Gokú’, quien sería el hombre que apareció a comienzos de 2018 en un video donde anunciaban la aparición en el Cauca de un grupo disidente llamado ‘Comando Conjunto Occidental’, grupo armado ilegal que habría mutado, según el documento, a unas cuatro o cinco comisiones (aproximadamente unas 200 personas), las dos más nombradas son la Dagoberto Ramos y la Jaime Martínez.

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Sin embargo, ese número de integrantes representaría solo el 21 % de lo que alguna vez tuvo el Bloque Occidental de las Farc al mando de ‘Pablo Catatumbo’, que en 2009 contaba con 949 guerrilleros en armas.
Junto a alias Gokú aparecen referenciados ‘Javier’ y ‘Zarco’, quienes junto a él serían hombres de confianza de la ‘cabeza’ de la disidencia en el Cauca, la cual habría iniciado con un puñado de antiguos miembros del Sexto Frente de las Farc que salieron amnistiados en 2017 de la cárcel de San Isidro, en Popayán.

En el documento se señala a estas personas como las encargadas de conseguir el armamento, coordinar el cobro de dineros producto de extorsiones y adquirir explosivos para instalar en ‘motobombas’, artefactos usados en al menos siete atentados en el 2018 en el Cauca, que dejaron nueve heridos y dos muertos, entre ellos un policía.

Al servicio de estas personas, según el documento de Inteligencia, estarían ‘Gato Piza’, ‘Freedy’, ‘AKT’, ‘Torres’, ‘Jenifer’, ‘Juliana’, ‘Clara’, ‘Huevo’, ‘Chinga’ y ‘Harry’, esto sin contar los otros alias mencionados hace una semana en el cartel de los más buscados, que son ‘Canoso’, ‘Carepalo’, ‘Gato’ y ‘Gamaliel’.

Desde la firma del Acuerdo de Paz con las Farc hasta la fecha, en esa región los cultivos de hoja de coca han aumentado en 4.522 hectáreas.

Fuera de este círculo cercano a los disidentes de las Farc más perseguidos en el Cauca se pueden leer en el texto los alias de al menos 60 personas que serían también colaboradores de estas y quienes serían encargados de perfilar a las personas que pueden, dado el caso, ser secuestradas por las comisiones Dagoberto Ramos y Jaime Martínez. Cada uno de los integrantes ha sido identificado con apoyo de interceptaciones legales, seguimientos y otros recursos investigativos, según se ha podido establecer.

En el documento de Inteligencia se muestra que el autodenominado Nuevo Sexto Frente se estaría sosteniendo del cobro de extorsiones a comerciantes y empresas de Toribío, Corinto, Santander de Quilichao, Padilla, Puerto Tejada, Miranda, y otros sectores del norte del Cauca, cuya región se conecta con el sur del Valle a través de El Naya.

Pero detrás de la escalada armada de las disidencias en ese departamento este año, hay un aumento exagerado en las siembras de hoja de coca, si tenemos en cuenta que el cobro de ‘vacunas’ a cocaleros es otra de las formas de financiación que ese grupo tendría en esa zona del Suroccidente.

Desde la firma del Acuerdo de Paz con las Farc en 2016 hasta la fecha, en esa región los cultivos de hoja de coca han aumentado en 4.522 hectáreas, esto al pasar de 12.595 matas de coca en ese año a 17.117 en el 2018, de acuerdo con estadísticas procesadas por la Fundación Ideas para la Paz, FIP, que tomó como base los informes Simci que Naciones Unidas elabora en Colombia desde el 2000.

De Brasil al Cauca

La conformación de las disidencias de las Farc en el Cauca, hoy lideradas por las comisiones Dagoberto Ramos y Jaime Martínez, habría tenido su génesis en una reunión que, al parecer, se celebró en Brasil entre enero y febrero de 2018 y a la que habrían llegado antiguos mandos medios de ese extinto grupo armado ilegal por orden de alias Gentil Duarte, máximo cabecilla de las disidencias en el país.

Así lo asegura una fuente de alto nivel de las Fuerzas Armadas que hace parte del trabajo de Inteligencia que se adelanta en el Cauca contra los disidentes de la otrora guerrilla.

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En esa reunión se habría acordado “cómo se iban a organizar las disidencias a lo largo del país, incluyendo el Cauca, un territorio que fue fortín de las Farc, por eso es que entre marzo y abril del año pasado llegaron las primeras comisiones a esa región. En Caquetá, después de esa cita en Brasil, se le habría repartido a cada grupo disidente tres mil millones de pesos para el sostenimiento y la logística de estos, entre ellos el GAO Residual (disidencias) del Sexto Frente de las Farc con las comisiones Dagoberto Ramos y Jaime Martínez”, cuenta el hombre.

La fuente dice que el encuentro en el país latinoamericano fue clave para que los frentes de las disidencias en el país tomaran fuerza, la mayoría de ellos conformados y liderados por mandos medios de las extintas Farc y delincuencia común.

“Ahí fue nombrado como jefe máximo en el Cauca alias Gokú, pero a este luego lo bajaron de rango porque se perdió con un dinero y subió a la cabeza ‘Mayimbú’ (reemplazo de ‘Mordisco’, capturado en 2018), quien ha sido el responsable de coordinar y ordenar la activación de ‘motobombas’ y explosivos en varios negocios”, añade.

El ministro de Defensa, Guillermo Botero, anunció que llegarán 450 soldados al Cauca, 300 al batallón contra el narcotráfico y 300 más a las fuerzas especiales.

El hombre dice que alias Mayimbú, ‘El Indio’ y ‘Barbas’ tienen formación en manejo de explosivos y habrían recibido, en sus años en las Farc, entrenamientos para ser ‘pisa suaves’, estrategia de asalto utilizada por los grupos ilegales para atacar, de manera sorpresiva, al Ejército y a la Policía, por lo que no descarta que se estén dando capacitaciones en estas especialidades al interior de las comisiones.

Para hablar del creciente accionar de las disidencias en este departamento, que ha dejado un sinnúmero de choques entre la Guardia Indígena y estos grupos armados, El País trató de consultar a los comandantes de la Tercera División del Ejército y la Policía del Cauca, pero no se lograron concretar las comunicaciones.

Disidentes, escoltas de los narcos

Entre el 1 de julio y el 10 de agosto de 2019, la Organización Nacional de Indígenas de Colombia, Onic, contabilizó 57 ataques contra los derechos humanos de las comunidades asentadas en el Cauca, mientras que más de 35 nativos han sido asesinados este año en ese departamento en medio del control territorial que ejerce la Guardia Indígena contra la disidencia.

Harold Secué, consejero de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, Acín, dice que los ‘choques’ entre nativos y disidentes de las Farc tienen su origen en la presencia de narcotraficantes en los territorios indígenas de Toribío y otras zonas del norte de ese departamento.

“El problema son los cultivos ilegales, porque detrás de estos hay cobros a narcotraficantes por parte de los delincuentes. Los narcos que entran al territorio requieren de una seguridad, la cual estarían dando los disidentes. Entonces, si la Guardia Indígena hace controles, eso les genera dificultades para transportar insumos y droga... ya hemos logrado la captura de delincuentes, entre ellos los asesinos del compañero Enrique Guejia. Con esos choques con la Guardia ellos generan zozobra y miedo, y lo están logrando porque hay mucho temor para pasar de la vía que de El Palo lleva a Toribío, pero seguiremos con el control”, agrega.

Para Juan Carlos Garzón Vergara, director del área de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz, FIP, desde abril del año pasado venían advirtiendo que habían disidencias de las Farc en el Cauca que estaban conformadas por exintegrantes de los frentes 6 y 30, y las columnas móviles Miller Perdomo y Jacobo Arenas.

“¿Qué ha pasado desde entonces hasta ahora? Yo destacaría algunos rasgos, uno de ellos es que definitivamente eso que en algún momento era algo focalizado e incipiente en el país, donde teníamos dudas sobre si iban a tener continuidad las disidencias, pues con lo del Cauca ahora se muestra que hay influencia de estas estructuras en varias zonas del departamento”, cuenta el analista de la FIP.

Explica que hacia el centrosur caucano hay un frente disidente que se hace llamar Carlos Patiño, el cual estaría conformado por exguerrilleros de la columna móvil Jacobo Arenas que hacen presencia en El Tambo, Patía y Argelia.

“Esa disidencia empieza a tomar más fuerza a comienzos del año pasado y ahora estarían más consolidados, ahí están con el ELN también”, expresa el experto.

Este creciente accionar se habría dado en medio del aumento de cultivos ilegales. Las siembras de hoja de coca en el Cauca, según datos de la ONU procesados por la FIP, han tenido un crecimiento exponencial desde el 2013, al pasar de 3326 hectáreas ese año a un total de 17.117 en 2018, 13.791 hectáreas más de coca.

“El último informe de la ONU destaca que mientras la coca disminuye en Putumayo y Nariño, aumenta en el Catatumbo y Cauca. El comportamiento de municipios como El Tambo muestra que el crecimiento desde 2013 ha sido exponencial. Esto no es un problema nuevo, la coca empezó a crecer en medio de un remezón en el Cauca durante el proceso con las Farc, pues los indígenas y organizaciones habían establecido un orden con las Farc, pero ahora con las disidencias eso se rompió”, puntualizó Garzón Vergara.

"Son bandolas y no disidentes lo que hay en el Cauca": Henry Acosta, facilitador en diálogos de paz con las Farc

Para Henry Acosta Patiño, facilitador de los diálogos entre el Gobierno y las extintas Farc, lo que hay en el Cauca no son disidencias, sino “bandolas” que decidieron agruparse para extorsionar, secuestrar y controlar la producción de droga a partir del cobro de ‘vacunas’ al gramaje.

"Son bandolas que nacieron a partir de grupos formados por entre 20 y 40 personas, muy bien armadas, que se ubican en tres o cuatro veredas que producen coca y no dejan entrar a ningún otro grupo armado", dice Acosta Patiño, quien sí reconoce como disidentes a ‘Gentil Duarte’, quien tendría a su mando en el Guaviare a 1500 personas en armas, sumado a otros grupos que son liderados por otros 7 exFarc.

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