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Durante tres meses la Cámara y el Senado sesionaron exclusivamente a través de la virtualidad. En la foto, del 15 de abril de 2020, se ve al entonces presidente del Senado, Lidio García, durante una de las plenarias. | Foto: Colprensa

CONCEJO DE CALI

Política vía zoom, los cambios que la virtualidad le trajo a los funcionarios públicos

La imposibilidad del contacto físico propició que los políticos y las corporaciones públicas se volcaran hacia la virtualidad. El tapabocas ha limitado el reconocimiento de los funcionarios y su comunicación no verbal.

7 de marzo de 2021 Por: Heinar Ortiz Cortés, reportero de El País

Como todos los aspectos de la vida humana, el ejercicio de la política también sufrió grandes transformaciones por la pandemia del covid-19.

Las medidas de distanciamiento físico afectaron la actividad de los concejos y las asambleas de todo el país, además del Congreso de la República, que tras varias semanas de parálisis, producto de la cuarentena y de las dudas sobre la legalidad de lo actuado por fuera del Capitolio, comenzó a sesionar de manera virtual.

De hecho, la analista política de la firma ‘Del Otro Lado’ Bibiana Clavijo asegura que la curva de aprendizaje de representantes a la Cámara y senadores frente a la mecánica de las reuniones no presenciales hizo que prácticamente se perdiera la vigencia legislativa del 2020.

“Las sesiones virtuales permitieron mayor trazabilidad de los procesos, que es algo que permite que los ciudadanos puedan estar mucho más cercanos a lo que ocurre. Pero se replican los mismos problemas que ocurren en la presencialidad, como el ausentismo”, sugiere la experta.

Entre las desventajas de la modalidad no presencial, el analista político Jhon Mario González enumera también que “la extensión en el uso de la palabra ha disminuido y la esencia última de las corporaciones públicas, el debate en los hemiciclos para la argumentación y la contraargumentación, como es clásico en este tipo de instituciones, se ha visto golpeada”.

A su turno, Catalina Ortiz, representante a la Cámara por el Valle del Cauca, sostiene que otro de los lunares que tienen las sesiones virtuales es la facilidad con la que los políticos que manejan las reuniones y las salas virtuales “silencian a la oposición”.

“La virtualidad tiene ventajas, facilita muchas cosas, pero tiene muchas dificultades, como lo descubrimos en materia de educación. En el tema político nos pasó lo mismo, entendimos que una sesión se puede dar virtual, pero los temas de control político, donde se requiere mayor coordinación, se deberían tramitar presencialmente como lo sugirió la Corte Constitucional”, puntualiza la congresista de la Alianza Verde.

Algo contrario piensa el senador por Cambio Radical, Carlos Abraham Jiménez, quien asegura que gracias a la virtualidad la gestión de los parlamentarios del departamento mejoró.

“El trámite de las grandes obras del Valle del Cauca se aceleró porque cuando hacíamos reunión en presencialidad el promedio de asistencia era de diez congresistas. Ahora logramos promedio de veinte congresistas. Todos están asistiendo cuando son los temas gruesos de la región los que tocamos”, asegura quien está al frente del Bloque Parlamentario Regional.

Otro punto positivo de la ‘mudanza’ del ejercicio legislativo y de control político a las pantallas del Zoom es que ha amplificado el alcance de las corporaciones públicas.

“Hemos visto que la ciudadanía se ha empoderado un poco más y ha comenzado a observar estas sesiones, lo que ha llevado a tener una ciudadanía más participativa y con mejor criterio para identificar qué políticos hacen la actividad como corresponde y quiénes no”, señala el concejal de Cali Juan Martín Bravo.

Lo cierto es que desde el pasado lunes tanto el Cabildo caleño como la Asamblea del Valle del Cauca iniciaron un nuevo periodo de sesiones ordinarias de la mano de la virtualidad, mientras que el Congreso de la República lo hará de manera semipresencial a partir del próximo 16 de marzo, de manera que la virtualidad seguirá generando controversia en la política colombiana.

El Congreso cerró 2020 con la cifra inédita de un 90 % de asistencia. Sin embargo, mientras en 2019 se avalaron 87 proyectos de ley, durante la pandemia solo se aprobaron 34.

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Nueva ‘careta’ de la gestión pública

El tapabocas, uno de los grandes protagonistas de la pandemia por covid-19, se convirtió en una suerte de enemigo público para los políticos.

Pero no porque amordace o censure, sino porque al cubrir gran parte del rostro de quien lo porta, limita el reconocimiento de esa persona.
“No nos distingue la gente”, acepta entre risas el senador Jiménez.

La queja no es menor. A través de las expresiones faciales y la comunicación no verbal es como los políticos complementan emocionalmente sus propuestas discursivas, según explica María Alejandra Arboleda, profesora y consultora en comunicación política.

“Se hace difícil generar la conexión emocional cuando no se pueden transmitir emociones con la cara. El tapabocas esconde la sonrisa y se hace difícil comunicar bien. Por eso ahora es de vital importancia humanizar el discurso y generar empatía”, complementa la experta.
De igual manera, la prohibición de hacer reuniones masivas dificultó las formas tradicionales de hacer política en Colombia, al punto que, como dice el senador de Colombia Justa Libres, John Milton Rodríguez, el distanciamiento social “afectó el relacionamiento con las bases de los partidos”.

De acuerdo con analistas, actividades claves para el trabajo político convencional como los eventos públicos, el volanteo y el ‘puerta a puerta’ se vieron afectadas y tendrán que ser revaluadas como herramientas de contacto directo con la ciudadanía, mucho más en este año preelectoral.

“Quienes hemos trabajado en campañas sabemos que la forma en que un político realmente puede fidelizar un voto es con el contacto directo. Cuando el candidato abraza y demuestra el carisma es cuando logra enamorar al votante”, asegura la profesora Arboleda.

Ante el nuevo panorama, redes sociales como Twitter, Facebook, Instagram y TikTok y plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp se están convirtiendo en claves para la gestión política.

Y de hecho, formatos como transmisiones en vivo, videos y audios se convirtieron en la principal herramienta de senadores, representantes a la Cámara, concejales y diputados para comunicarse con los ciudadanos desde que se inició la cuarentena y el aislamiento social por el coronavirus.

Todo lo anterior han sido grandes cambios, pero lo cierto es que el remesón apenas comienza.

“Vienen unos retos interesantes en términos de marketing político, en términos de cómo dar mensajes efectivos a la ciudadanía y que ello a su vez se refleje en votaciones. Todo esto puede terminar en resultados bastante atípicos cuando lleguen las elecciones de 2022”, acepta el concejal Bravo.

Planes de gobierno, en veremos

Los analistas enfatizan que ningún funcionario estaba preparado para asumir su rol en un escenario de pandemia, por lo que hubo “improvisación” e “inexperiencia”.

Las políticas públicas y planes de gobierno tuvieron que ser reorientados a última hora (entre febrero y marzo del 2020) para resolver la emergencia sanitaria y económica causada por el coronavirus.

“Llevó a que lo urgente reemplazara lo importante. Hasta ahora estamos viendo el tema con claridad, vislumbrando que la política pública debe continuar en materia de otro tipo de proyectos, más allá de los desafíos del Covid-19. Hasta ahora las autoridades están empezando a implementar aquellos planes que nos presentaron en sus campañas electorales de 2019”, dice la politóloga Bibiana Clavijo.

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