Polémica: ¿se deben retirar los taches de las vías de Cali?

Taches, bordillos, bolardos o pacificadores viales. Lejos de dejar de ser objeto de polémica, estos elementos ubicados en las diferentes carreteras de la ciudad dieron nuevamente de qué hablar a los caleños y líderes políticos, que aún tienen pensamientos encontrados al respecto.

Esta semana, el alcalde Jorge Iván Ospina publicó en su cuenta de Twitter que “definitivamente la peor plata gastada en la ciudad de Cali son los benditos taches, no hay sitio por donde uno se mueva en los que no se erijan como monumentos, expresión de fealdad y causantes de accidentalidad. Y los responsables, ¡nada! Atentamente, Diana Rojas y (Juan Fernando) Reyes Kuri”.

Adicionalmente, indicó que espera que lo dejen retirar los taches de las calles sin ser culpado de detrimento. En respuesta, varios usuarios de la red social le recordaron que en su momento uno de los mayores defensores de “implementar medidas de tráfico calmado o pacificación”, como lo explicó en un hilo de Twitter el 16 de mayo de 2019, fue su hoy secretario de Movilidad, William Vallejo.

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Cabe resaltar que, inicialmente, la implementación de estos elementos viales se consignó en un contrato por $710 millones, según la Secretaría de Movilidad en una declaración del 2019, cuando la dependencia estaba a cargo del ex secretario William Camargo.

Pero en una publicación que realizó la Contraloría General de Santiago de Cali en octubre del mismo año, se menciona que pudo demostrar un “detrimento patrimonial por gestión antieconómica que asciende a $2.009.840.222 en pacificadores viales; lo cual arrojó cuatro hallazgos administrativos con presunta incidencia disciplinaria y dos de ellos con hallazgos fiscales. Entre estos se observó que la Alcaldía realizó, de manera insuficiente, campañas de socialización y participación; también que se llevó a cabo una gestión fiscal antieconómica, teniendo en cuenta que hubo deficiencias en planeación y disposición de los pacificadores; y se pudo evidenciar que no existieron criterios técnicos ni jurídicos”.

En el Plan de Desarrollo de la Administración anterior, se propuso intervenir 190km de recorrido con pacificadores, de los cuales, solo se alcanzaron 160.

La instalación, que desde su inicio en 2018 generó críticas, hizo que el Concejo de Cali en el 2020, cuando se despertó un segundo capítulo en la polémica, acusara a la Administración de haber utilizado muchos más fondos desde otras entidades.

El concejal Juan Martín Bravo le mencionó a El País que “se gastaron más de $33.000 millones. ¿Cómo se lo gastaron? Más o menos $15.600 millones salieron por Metrocali, $8.700 millones por infraestructura, en movilidad se gastaron cerca de $800 millones y en la interventoría también fueron casi $900 millones en el mismo contrato de infraestructura, al final son más de $33.000 millones que se gastaron en todo el tema de los taches”.

En el tercer capítulo de la polémica, despertado el pasado lunes por el Alcalde tras su tweet, no pasó mucho tiempo hasta que algunos concejales y líderes políticos le respondieran.

El concejal Fernando Tamayo manifestó al respecto que “muchos de esos taches, en vez de solucionar el tema, lo que hicieron fue complejizar una movilidad ya caotizada en la ciudad. Lo otro es que, si bien los taches fueron absolutamente perversos, ese no puede ser el caballito de batalla para desviar la atención frente a los problemas gravísimos de movilidad actualmente”.

De igual manera, la concejal Diana Rojas, mencionada por el Alcalde en su tweet, manifestó que “el Alcalde y su incoherencia le hacen mucho daño a Cali. En cambio, la plata peor gastada por él ha sido en el crédito sin rumbo claro, la Feria Virtual, el alumbrado navideño y en su salario”.

También le recordó al Mandatario de los caleños que quien desempeña como su actual secretario de Movilidad, William Vallejo, apoyó en el 2020 la implementación de los taches al mencionar que “los resultados han sido bastante positivos, la mortalidad en Cali el año pasado (2019) se redujo a 305 muertos, la cifra más baja de los últimos diez años”.

Desde El País se intentó obtener la versión actual de la Secretaría de Movilidad, sin embargo, solo se indicó que habrá un pronunciamiento al respecto después del próximo lunes.

Por otra parte, el experto en movilidad James Gómez recalcó que estos elementos viales son “una gran apuesta que está inconclusa y que, en vez de criticarla, es necesario mantenerla, potenciarla y darle su verdadera dimensión. Ojalá la infraestructura que se está deteriorando por el abandono de estos años se le haga mantenimiento o pase a una infraestructura más sostenible, pero jamás quitarla”.

Con la implementación de los taches y otras estrategias, los índices de mortalidad en las carreteras de la ciudad se han reducido, según Movilidad.

En 2019, un año después de la instalación de los taches, se presentaron 43 muertes ocurridas en vías, llegando a una reducción aproximada del 13% en comparación con el 2018.

Actualmente, en lo que va corrido del 2022, el número de víctimas mortales disminuyó un 5,3%, pasando de 54 fallecimientos en el mismo periodo del 2021, a 51 presentados este año.

Contrario a esto, las cifras de accidentalidad en 2022 han aumentado en un 28,6% con respecto al 2021.