¿Cuáles son las implicaciones del restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela?

“Se espera recuperar el control territorial, formalizar el flujo migratorio a través de una migración segura, legal y ordenada, reactivar el intercambio económico y recuperar los lazos de hermandad y culturales que por siglos ha existido entre los dos pueblos hermanos”.

Así analiza el doctor en Derecho Público David Murillo las primeras implicaciones que tendrá el anunciado restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela, a partir del próximo 7 de agosto.

Agrega que existe una gran expectativa, luego de que el entrante ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Álvaro Leyva, se reunió el pasado jueves con su homólogo de Venezuela , Carlos Faria, y acordaron empezar el proceso para la normalización de las relaciones diplomáticas entre Caracas y Bogotá.

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“La ruptura de relaciones binacionales no solo ha arruinado la población fronteriza de los dos países, sino que también ha permitido que el control territorial quede a la merced de las mafias y de las bandas criminales de lado y lado, permitiéndose, a su vez, todo tipo de violaciones de Derechos Humanos”, agrega Murillo.

Con respecto a este último punto, analistas consideran que el acercamiento entre ambos gobiernos es necesaria además para terminar con el paso ilegal por las llamadas ‘trochas’, que hizo carrera una vez que los presidentes Iván Duque y Nicolás Maduro rompieron las relaciones diplomáticas, lo que ocasionó que muchas personas a pagar costosas sumas de dinero a fin de poder llegar a Colombia o a Venezuela, exponiendo su vida y sus pertenencias.

Además de la seguridad, otro de los sectores que se verá más privilegiado por el mejoramiento de las relaciones con el vecino país es el económico.

Según el analista político Jhon Mario González, esto se debe no solamente a que con el cierre fronterizo se han afectado las poblaciones vecinas, “nuestros connacionales en Venezuela, sino también nuestro mercado natural, que en el año 2007 alcanzó los 7000 millones de dólares y que a precios de hoy debería ser un mercado de no menos de 12.000 millones de dólares”.

De otro lado, el reparar los lazos con Caracas aliviaría las situaciones de violencia que constantemente se registren a lo largo de la región limítrofe por cuenta de los enfrentamientos entre el Ejército de Colombia y grupos al margen de la ley como el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y las disidencias de las Farc, que según investigaciones de la Fiscalía General de la Nación, se resguardan en territorio del país vecino.

Según versiones periodísticas, el exsenador y ‘mano derecha’ de Gustavo Petro, Armando Benedetti, sería el nuevo embajador de Colombia en Venezuela.

Pero esa no sería el único pendiente con la justicia que se deberá corregir, puesto que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro también ha sido acusado por Bogotá de resguardar a colombianos que tienen procesos legales en su contra.

Es el caso de la exsenadora Aida Merlano, quien en el 2019 huyó hacia Venezuela, tras protagonizar una fuga, luego de ser condenada por el delito de compra de votos, entre otras acusaciones.

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De igual forma, en múltiples ocasiones las autoridades colombianos han denunciado que líderes de varios grupos armados ilegales que operan en el departamento de Arauca se refugian en territorio venezolano, con la complacencia o complicidad de la Fuerza Pública venezolana.

El último episodio de esta denuncia se dio con motivo del ataque del que habría sido víctima ‘Iván Márquez’, jefe de la Segunda Marquetalia, quien inicialmente fue dado por muerto como resultado de un enfrentamiento, y luego se estableció que se estaría recuperando en Caracas.

Al respecto, el analista González alertó que “cometería un error el presidente electo, Gustavo Petro, y el nuevo canciller, Álvaro Leyva, si confunden la necesidad del restablecimiento de las relaciones con la complicidad con la dictadura de Maduro, la violación de los Derechos Humanos y la afectación a la seguridad nacional que provoca su régimen”.

También indicó que “Colombia debe seguir exigiendo la vuelta a la democracia en Venezuela y, sobre todo, el cese del refugio que da a los grupos criminales y de narcotraficantes en su territorio. Es decir, no se puede simplemente ‘pasar la página’, como si nada hubiera ocurrido en Venezuela”.

Es por esto que los analistas consideran que el Ejecutivo que se posesionará en Colombia el próximo 7 de agosto no puede renunciar en su totalidad a las peticiones que hizo el Gobierno de Iván Duque a Caracas, no solamente en lo relacionado con la restauración de la democracia en el vecino país, sino también con aspectos como la normalización del estatus migratorio tanto de venezolanos como de colombianos que en la actualidad se encuentran de manera ilegal en uno u otro lado de la frontera.

“Me temo que el presidente Petro no alzará la voz con demandas a Venezuela porque es posible que Maduro y Diosdado Cabello (aliado del Mandatario del vecino país) tengan registros de solicitudes de financiamiento de Petro a (Hugo) Chávez en el año 2005. Diosdado Cabello lo dijo en el 2018. Lo que sucede es que ahora se ha quedado callado e incluso abrazó la elección del presidente Petro”, sostiene González con respecto al accionar del nuevo Ejecutivo.