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Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional, quién junto al Ministerio de Cultura y la Comisaría del Año Colombia Francia, participaron en el proyecto de traducciones de autores colombianos al francés. | Foto: Tomada de la página de la Biblioteca Nacional

FRANCIA

"Voy a hablar yo, que soy la directora de la Biblioteca Nacional, mujer"

Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional, habla sobre la que muchas escritoras colombianas consideran “escasísima” participación de autoras mujeres entre los invitados a los eventos literarios recientes del año Colombia-Francia, en París.

7 de noviembre de 2017 Por: Redacción de El País 

Esta semana estalló en redes sociales, y luego trascendió a los medios de comunicación, la inconformidad de más de 50 escritoras colombianas, publicadas, leídas y reconocidas, tras considerar que hay una gran disparidad entre la participación de hombres y mujeres en el marco de los eventos literarios del año Colombia-Francia que por estos días se realizan en París.

Para la muestra, solo Piedad Bonnett y Laura Restrepo están como invitadas en medio de una –para muchos abrumadora- mayoría de 14 hombres, mientras que la escritora Carolina Sanín sí estará en París, pero invitada directamente por los estudiantes de una universidad parisina y no por Mincultura, como se ha dicho.

Ante la oleada de protestas y de una campaña en redes sociales con el hashtag #colombiatieneescritoras decenas de novelistas, poetisas, cuentistas, ensayistas e ilustradoras, han dejado sentir su voz de protesta, que ha sido respaldada por las declaraciones de escritores como Juan Cárdenas, que rechazó la invitación a Francia por considerar que no desea asistir a un evento que ve a la realidad literaria colombiana como un “colegio de señoritos”, y otros importantes autores como Jorge Franco, entre muchos más, se han solidarizado con la causa de las escritoras que se perciben “invisibilizadas”.

Lea también: ¿Escritoras invisibilizadas? debate por exclusión de autoras colombianas de evento en París

Critican, por ejemplo, que ante la imposibilidad de asistir de Margarita García Robayo no se eligiera, en su reemplazo, a otra escritora. Así mismo, las escritoras han salido a denunciar que se ha perdido una oportunidad de oro para ir más allá de los autores archiconocidos y empezar a destacar a una fuerte generación de escritoras que llevan un importante camino recorrido y que piden al Estado hacer más esfuerzos por visibilizarlas en eventos como el año Colombia-Francia.

La directora de la Biblioteca Nacional, Consuelo Gaitán, que participa con la comisaría del Año Cruzado Colombia -Francia, y quien presentará en París, el 15 de noviembre, el programa de las Bibliotecas Móviles en sitios apartados del país, comparte su punto de vista.

¿Por qué no hay escritoras invitadas al evento de la Biblioteca del Arsenal en París y en cambio sí estarán presentes 14 hombres escritores colombianos?

El evento del 15 de noviembre no es con los escritores en un panel, ese día es la presentación de los libros publicados al francés tanto de hombres como mujeres, de revistas y de antologías que contienen literatura colombiana, con la presencia de escritores colombianos que viven en París. Ellos son invitados al evento, pero no a participar. En ese evento sólo voy a hablar yo, que soy la directora de la Biblioteca Nacional, mujer. Y la traductora de Emma Reyes, también mujer, va a leer un fragmento de la obra de dicha artista. Y al final habrá una conferencia de Pablo Montoya. Ninguno de los escritores que están en actividades varias en Francia, y que ese día van a estar en París, van a hablar. Muchos coincidieron con la fecha porque están en festivales de poesía o como William Ospina que estuvo en las bibliotecas de las afueras de París. Ninguno de ellos está participando en ningún evento.

Aquí lo más importante es conocer las obras, lo de menos es estar una hora y media en un evento. A mí sí me parecería gravísimo que hubiera antologías donde sólo hubiera hombres. Por determinadas circunstancias, algunas escritoras invitadas no pueden estar, Piedad Bonnett ya fue y volvió, Margarita García Robayo que iba a estar tuvo que cancelar por razones personales. La misma Carolina Sanín, que se está quejando, iba hacia finales de noviembre, y Laura Restrepo es la única escritora colombiana que va a ir en diciembre. Además de ella no va ninguna escritora ni escritor. Me parecería gravísimo que lo único que se hiciera es publicitar, traducir e intentar que los franceses leyeran sólo a escritores hombres colombianos.

¿Dentro de esas antologías traducidas al francés hay mujeres?

Por supuesto, hay mujeres. Lo que pasa es que las mujeres que están protestando probablemente no se sienten representadas por quienes están allí, pero ese es otro debate. Yo sí me siento representada por Laura Restrepo, me siento representada y muy bien porque hayan traducido la obra de Emma Reyes, muy representada por la obra de Piedad Bonnett, por la poesía y los cuentos de Margarita García Robayo, que es una escritora joven magnífica. Las otras escritoras que no fueron incluidas allí si no se sienten representadas están en todo su derecho de reclamar. Pero hay que contextualizar los hechos y dirigirse hacia el debate que tiene sentido, que es si se está difundiendo o no la literatura colombiana.

¿La responsabilidad de esta selección es de los editores franceses?

Por supuesto. Pero yo le hago referencia es a unas antologías que sí se hicieron de común acuerdo entre Francia y Colombia, pero que Colombia decidió patrocinar y pagar para que escritores y escritoras que no fueron comprados por editoriales de circulación grande, fueran por lo menos traducidos uno o dos cuentos, dentro de los cuales está Carolina Sanín, a quien se le tradujeron dos cuentos, ya que ninguna editorial quiso comprar su obra. Así de sencillo. Tradujimos también a la escritora Fanny Buitrago, textos de poesía de Piedad Bonnett, cuya obra en poesía está poco traducida, pero consideramos que era importante seguirla conociendo, la obra de María Gómez Lara y hay una antología de poesía que hizo una mujer que vive en Francia, en la que hay 80 poetas, 30 de los cuales son mujeres. La representatividad está dada en lo que toca, que es la literatura, porque a un escritor lo que le interesa es que lo lean. El evento simplemente es de un día.

¿Entonces usted insinúa que se trata de un problema de “falta de calidad” en las escritoras colombianas, ya que pese al gran número de ellas no fueron escogidas por los editores franceses?

No, por supuesto que no. Tienen tanta calidad que han sido traducidas. Laura Restrepo, por ejemplo, va a ser la única mujer que va a representar a Colombia en el evento de cierre más importante con el ministro de Educación francés y van a hablar de Colombia a través de la literatura de Laura Restrepo. Eso es una muestra de que el nivel que tenemos nosotros es universal, igual el libro de Piedad Bonnett, las poetas traducidas. Sí hay muchísima calidad literaria. Nosotras representamos muy bien a nuestro país.

¿Y por qué incluir en el listado a una escritora fallecida, y no aprovechar estos espacios para visibilizar también a algunas de las muchas autoras que representan las nuevas corrientes de la literatura colombiana?

Haber escogido a Emma Reyes, que originalmente es pintora, pero que además su obra se publicó póstumamente, y que haya tenido esa repercusión significa que una voz femenina es muy importante y le dice muchas cosas a las personas. Una visión de mundo de una mujer como Emma Reyes, está más que activa y vital.

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