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En el parque Las Malocas, donde hace un año el ilustre visitante de Villavicencio almorzó y tomó un descanso, hoy existe el Museo Papa Francisco. El lugar se ha convertido en sitio de peregrinación para turistas que quieren rememorar la estadía del Santo Padre en Colombia. | Foto: Colprensa

PAPA FRANCISCO

Se cumple un año de la visita de Francisco a Colombia, ¿qué nos quedó de su mensaje?

Un año después de la llegada del Papa al país, un museo se mantiene como recuerdo físico de su presencia en Villavicencio. Remembranzas.

6 de septiembre de 2018 Por: Cristian Ruiz / Colprensa

Tuvieron que pasar 31 años para que un Papa volviera a pisar suelo colombiano. Eran las cuatro y diez de la tarde del miércoles 6 de septiembre de 2017, cuando Francisco llegó a Bogotá a bordo de un avión Airbus de Alitalia para dejar una enorme huella con sus mensajes y gestos en un país dividido.

Fueron cinco días de periplo por cuatro ciudades bajo el lema ‘Demos el primer paso’, y aunque las palabras del Sumo Pontífice permanecen, para algunos el siguiente paso aún no se ha dado un año después de la visita.

Según los cálculos, más de siete millones de personas asistieron a los eventos que él presidió en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena, además de 160 millones de ciudadanos que en Colombia y el mundo pudieron ver a través de la televisión los recorridos del papamóvil y escuchar los diferentes mensajes alusivos a la reconciliación, la paz y la unión que el Papa les envió.

Uno de los eventos más importantes y recordados fue el que llevó a Francisco a Villavicencio, el viernes 8 de septiembre, cuando celebró una de las eucaristías más multitudinarias y se reunió con miles de víctimas del conflicto, campesinos, indígenas y otras comunidades que suelen ser ignoradas y desconocidas por el país.

Fue en la ‘Puerta del llano’ en donde el Pontífice quiso tener este encuentro, no solo por lo que significó esta región para el conflicto armado sino por ser el ingreso a una de las zonas más ricas en biodiversidad como la Amazonía, ya que el medio ambiente es tema esencial de su discurso.

Y su huella caló hondo. Los habitantes de la capital del Meta creen que su presencia allí cambió para bien muchas cosas. Alirio Bernal, de 78 años de edad y quien asistió a la misa, recuerda que “me pareció sensacional su visita a Villavicencio, porque siempre los Papas han venido a las grandes ciudades capitales”.

Y agrega: “él dejó un gran impacto, tuvimos más recogimiento y la gente aceptó muchos de sus mensajes, que fueron maravillosos. Tenemos que seguir poniéndolos en práctica, porque fueron mensajes de reconciliación y de paz”.

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Reconciliación

Un año después, al recorrer las calles de esa capital, se encuentran símbolos de la visita ilustre. Entre los más emblemáticos están la inmensa cruz y el Árbol de la Reconciliación, que el propio Francisco sembró en el parque Fundadores: un guayacán amarillo que algún día podría alcanzar los 35 metros de altura, como homenaje a las más de ocho millones de víctimas que ha dejado el conflicto armado en el país.

Holmes Pérez, trabajador del parque, recuerda ese importante momento y asegura que luego de que el Santo Padre sembrara el árbol el lugar se ha convertido en uno de los más frecuentados para la peregrinación local.

“Nos dejó unas enseñanzas muy bonitas como la paz, la amistad; a las víctimas les dejó un recuerdo muy grande y una esperanza que los puede ayudar a solucionar los problemas que han tenido, porque la idea del Papa era que nos reconciliáramos y viviéramos en paz”.

Otro sitio que aún mantiene vivo su paso por la ‘Puerta del llano’ es el Museo del Papa Francisco, el cual se levantó semanas después de su visita en el parque Las Malocas, lugar en donde almorzó y tomó un descanso en medio de la apretada agenda de su visita a Colombia.

Alejandro Umaña, administrador del lugar, recuerda que Jorge Bergoglio permaneció allí por más de tres horas: “El escogió esta ciudad porque quería estar cerca a las víctimas del conflicto e indígenas y Villavicencio ha sido como un punto central para todos ellos”.

El Museo conserva la cama, un sillón, un comedor y cientos de elementos que el Sumo Pontífice utilizó y recibió como regalo durante sus eucaristías, por lo que el lugar ha tomado relevancia para miles de turistas nacionales y extranjeros que buscan recordar la emotiva presencia del prelado católico en Villavicencio.

“El Papa nos dejó importantes mensaje de reconciliación y de paz y lo más impresionante fue su disposición para escuchar a todas las víctimas del conflicto. Pero tengo que destacar sus enseñanzas y la paz interior. El haberlo tenido cerca y recibir su bendición es una experiencia muy bonita”, agrega.

Sin embargo, la capital del Meta no fue el único lugar donde Francisco tocó corazones. El 9 de septiembre visitó Medellín, donde tuvo un encuentro con los miembros de la Iglesia y sus familias y fue al Hogar San José, que atiene a miles de niños abandonados.

Monseñor Armando Santamaría, director del Hogar, destaca que “la visita del Santo Padre nos ha dejado una gratitud muy grande con Dios.
En su mensaje, él nos reafirmó en la fe cristiana, nos animó en la esperanza y nos estimuló a seguir viviendo la caridad efectiva con los huérfanos y los pobres, con nuestros niños, que son un regalo de Dios, por los que seguimos trabajando”.

“El Papa sintió felicidad de mirar la caridad no con palabras sino con hechos y por eso hemos tenido muchas ofertas de voluntarios para ayudarnos a sostener nuestra obra. También nos ha servido mucho, porque desde muchos lugares de Colombia nos han llamado a pedir ayuda para recibir niños huérfanos, pobres y abandonados, es más, hemos recibido a menores de familias venezolanas. Es decir que su visita hizo posible que su mensaje se quedara y ha servido como estímulo para servir con amor”, explica el prelado.

En Cartagena

En su último día a Colombia, el Pontífice visitó la fundación Talitha- Kum, en Cartagena, cuyo arzobispo, monseñor Jorge Enrique Jiménez, anota que allí Francisco renovó la fe y generó que las iglesias estuvieran mucho más cerca de la gente.

Sin embargo, resalta que en ‘La Heroica’ y en todo el país todavía hace falta trabajar para dar el segundo paso al que él invitaba: “Nos falta mucho, porque no hemos cumplido la tarea que el Papa nos dejó de dar el segundo paso, pero puedo asegurar que ciertamente Cartagena tiene muchos problemas y situaciones difíciles y toda esa inestabilidad política que tenemos en la ciudad nos ha impedido enfrentar la problemática de miseria, pobreza y desnutrición”.

“Creo que si somos optimistas, estaremos más motivados a enfrentar nuestras dificultades sociales a partir de sus palabras”, añade.

Durante su recorrido por el barrio San Francisco, el Papa conoció la labor de Talitha-Kum, que atiende a niñas y adolescentes para salvarlas de las condiciones de explotación sexual y de las drogas, una experiencia que, según monseñor Jiménez, ha creado una mayor conciencia sobre la vulnerabilidad de estas menores.

“Hace un año no teníamos tanta conciencia de la importancia de proteger a nuestras niñas de abuso infantil y del turismo sexual y hoy en día somos más conscientes de esto. Talitha -Kum se ha dedicado a hacer presencia en los barrios más populares de Cartagena, en donde hay peligros para la adolescencia de caer en la problemáticas del turismo sexual y creo que este es un ejemplo”, explica quien resalta que para dar ese siguiente paso se requiere un mayor empeño de parte de los colombianos para seguir el ejemplo del Papa.

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