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Panca, el lugar donde reinsertados de las Farc encontraron una nueva oportunidad

La iniciativa empezó en 2013 con la capacitación de 9 reintegrados, le siguió otro ejercicio en 2014 y en noviembre pasado recibió su diploma otro grupo. Ya son 90 los exguerrilleros beneficiados.

15 de enero de 2016 Por: María Teresa Arboleda Grajales, reportera de El País

La iniciativa empezó en 2013 con la capacitación de 9 reintegrados, le siguió otro ejercicio en 2014 y en noviembre pasado recibió su diploma otro grupo. Ya son 90 los exguerrilleros beneficiados.

Hablaremos de un maestro de las acrobacias a quien llamaremos ‘Jinete’. Es un experto en las volteretas que dejan sin aliento a quienes asisten en Cali a la obra teatral ‘Travesías, cinco continentes al galope’, que se presenta en una carpa junto al Coliseo del Pueblo.

Muchos desconocen que debajo de esa estructura, entre luces, música, cantantes, unicornios y  fantasía, está un hombre que pasó de empuñar un fusil a tomar las riendas de su corcel. También lo baña y cuida cuando termina la  puesta en escena con 100 artistas y 50 caballos  de 20 razas diferentes.

El Parque Nacional de la Cultura Agropecuaria, Panaca, trajo esta función, la cual  es  dirigida  por el exintegrante del Circo del Sol, Jimmy Rangel. Hasta este domingo 17 de enero estará en la ciudad.

‘Jinete’ está allí luego de que hace un año desafiara la seguridad de las Farc y se les escapara, tras cinco años en ese grupo. Nacido en Guapi, Cauca, este joven de piel trigueña cumplió  19 años en diciembre. Tenía solo 12 cuando fue reclutado. 

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Del campamento al  escenario

[[nid:498719;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/563x/2016/01/reinsertados-panaca.jpg;full;{Joshua Mitrotti, director de la Agencia Colombiana para la Reintegración y Jorge Ballen, fundador de Panaca, en una de las graduaciones de exguerrilleros.Comunicaciones ACR}]]

El gran salto de ‘Jinete’ al espectáculo se dio gracias a una iniciativa de la Fundación Panaca, que creó en  2012 el Centro de Estudios de la Cultura Agropecuaria, Ceca, y capacita a técnicos prácticos laborales. Es decir, formación de talento humano en artes y oficios para el sector del agro. 

“Fue  cuando le propusimos un ejercicio de ensayo a la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, para que en un entorno controlado, en nuestras malocas, pudieran estar y recibir formación excombatientes de la guerrilla”, explica Jorge Ballen Franco, fundador de este  parque  situado en Quimbaya, Quindío.

El empresario, que conoce el dolor del secuestro y la extorsión de familiares y amigos por parte de las Farc, cuenta que “la propuesta fue acogida por la ACR y con el gobierno de Estados Unidos y la Organización Internacional para las Migraciones se armó el modelo para capacitar y vincular laboralmente a quienes han desertado de los grupos ilegales”.

La iniciativa empezó en 2013 con 9 reintegrados, le siguió otro ejercicio en 2014 y en noviembre pasado recibió su diploma otro grupo, para completar 90. Muchos de ellos tenían es sus manos el primer diploma de su vida.

Apoyo nacional

En Colombia  hay 650 empresas  que apoyan a excombatientes de grupos guerrilleros. Entre ellas  figuran Coca-Cola Femsa, Sodexo, Terpel, EPM, Eternit, Bancolombia, Ingenio Manuelita, Corona, Coltabaco, Terpel, el Grupo Bolívar, Grupo Éxito, Cencosud, Empresa de Aseo de Bucaramanga, Cámara de Comercio de Bogotá y  Uniformar. Las entidades interesadas en vincularse pueden ingresar a www.reintegracion.gov.co

Bienvenida con animales

Quince personas que estuvieron en la ilegalidad trabajan en Panaca. ‘Niña’, como se llamará esta protagonista, labora en el parque de Quimbaya. Tiene  20 años y nació en el seno de las Farc. Relata que su papá es comandante del bloque Arturo Ruiz y su madre, del Alirio Torres, pero “le dieron de baja en un enfrentamiento”. 

Ella “siempre había jurado a sus padres y al camarada Manuel Marulanda que sería fiel a ese grupo”. 

Pero eso no se cumplió. Siendo menor de edad aún, con 17 años, cansada de aguantar hambre y otros oprobios, se entregó al Ejército, venciendo el miedo a ser violada  y asesinada, pues eso era lo que los comandantes le decían que hacían los soldados con las mujeres guerrilleras, cuenta.

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Del Icbf, 'Niña' pasó a estudiar en el Ceca y luego llegó al “templo de la ruralidad, al sitio en donde las personas adultas se reencuentran con la nostalgia del ayer y donde los citadinos descubren un mundos maravilloso y aprenden de dónde viene la leche de vaca”, indica Ballen.

Antes de crear a Panaca, Jorge Ballen solía llevar a sus hijos con sus amiguitos a la finca y nunca vio a un chico aburrido, entonces se preguntó: ¿por qué no hacer un gran parque para  los colombianos?

Y es esa la casa de 4500 animales domésticos de más de 300 razas con la que se encontró ‘Niña’. 

Ella relata que odiaba ser mujer por las cosas tristes que vivió en su niñez y no quería tener hijos. Pero asegura  que viendo el parto de una cerda se conmovió tanto que su percepción de la maternidad es distinta.

Con los perros aprendió a perdonar, “porque pelean entre ellos o el amo les pega y al rato ya están contentos”, explica. Y eso es lo que necesita, perdonar. También  perdonarse por haber fusilado a su mejor amiga por orden de un comandante. 

“Tenía mi edad en ese entonces, lloraba porque quería reunirse con sus padres, entonces me ordenaron matarla”, afirma quien se siente muy agradecida  por las cosas que tiene  ahora. Dice que  quiere estudiar zootecnia o psicología, “para ayudar a los que llegan con el trauma del conflicto armado”.

Volver los ojos al campo

Miles de colombianos y llegados del extranjero adquieren muchos conocimientos en este parque de diversión, cultura y educación. Por ejemplo, conocen de cerca al  ‘cebrallo’,  ese  híbrido que sale del  cruce entre una yegua y un cebro, que se parece más a un caballo que a una cebra y al que las rayas se le notan más en las patas y en los lomos. 

Otro de los frentes del grupo empresarial es la capacitación a campesinos en actividades innovadoras que benefician sus parcelas, conjuntamente con el Ministerio de Agricultura, bajo el lema ‘aprender haciendo’.    

Entre labriegos y reintegrados se han capacitado en el Ceca más de 1500 personas, según  Iván Cruz, coordinador de Fundapanaca.

‘Sin campo no hay ciudad’ es el lema que se lee en muchos sitios de este sitio interactivo de  113 hectáreas. 

Otra forma que tienen de inculcar el amor por el agro y el respeto por el medio ambiente es con  ‘Amanecer campesino’, una obra en la que  Flor Azucena y Campo Alirio muestran al público divertidas escenas de la autoría del humorista Crisanto Vargas, ‘Vargasvil’.

Luego de ver este show, además de Travesías y Exhibición Panaca en Cali, el espectador Mauricio Vallejo manifestó que  “es un trabajo titánico para enseñar a  la sociedad el apego a nuestros ancestros, a lo rural. Es un espectáculo muy lindo al que hay que visitar y apoyar. Además, para que nuestros hijos se olviden de tanta tecnología”. 

En todas las funciones, la mayoría de  artistas son campesinos que han sido entrenados como actores. Uno es  Luis Carlos Toro Lopera. Es de corta estatura y se  declara contento de “peinar y cuidar a los más grandes”, refiriéndose a los  ponys. Su rol en ‘Travesías es tratar de montarse en un caballo gigante, pero por más brincos que da,  tiene que recurrir a una escalera para, finalmente, cabalgar el animal, ante los aplausos del público.

Así trabajan y conviven en armonía artistas, campesinos y exguerrilleros, aunque al comienzo hubo recelo, pero personas como ‘Jinete’ y ‘Niña’  demostraron que vale la pena apostarle a la reconciliación por la paz de Colombia.

Proyecto pionero en Colombia

Carlos Andrés Castro,  coordinador de la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, del Eje Cafetero, destaca que “el proyecto con Panaca  ha sido  muy importante, porque se constituye en pionero de una  alianza con el sector privado y  esa entidad, con el apoyo de la   USAID y la Organización Internacional de las Migraciones, OIM. Además, se realizan  procesos de estabilización emocional con las person que recién se desmovilizan, pues muchas padecen estrés postraumático debido a tanto tiempo en la guerrilla, ya que la mayoría fueron reclutados siendo menores de edad”.

Durante el proceso, empresarios colombianos han ido a Panaca a conocer el modelo y es así como el Valle del Cauca se convirtió en un referente para la reconciliación y la transformación del campo desde la legalidad. Fue en  noviembre pasado,  gracias a un proyecto desarrollado  en Roldanillo con la  Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle (SAG) y  el Instituto de Educación Técnica Profesional de ese municipio que certificó a  28 excombatientes de grupos armados ilegales como técnicos en fruticultura y buenas prácticas agrícolas. Otro proyecto similar se cristalizó con el Sena en el departamento del Cauca.

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