Colombia
Las lluvias desatan alerta por la proliferación del caracol gigante africano en 38 municipios de Colombia
El departamento más afectado por la proliferación de esta especie, que es considerada una amenaza, es Cundinamarca.

20 de abr de 2025, 04:07 p. m.
Actualizado el 20 de abr de 2025, 04:07 p. m.
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El regreso de la temporada de lluvias trajo consigo una advertencia inesperada para los habitantes de Cundinamarca: el aumento acelerado del caracol gigante africano, una especie invasora que ha comenzado a multiplicarse de forma preocupante en varias regiones cálidas del departamento.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR activó una alerta ambiental ante la expansión del Achatina fulica, molusco originario del este africano y considerado una amenaza para la biodiversidad, la infraestructura y la salud pública.
Según reportes oficiales, ya se ha detectado su presencia en 38 de los 104 municipios que integran la jurisdicción de la CAR, lo que equivale al 35% del territorio.
Es una especie con una capacidad reproductiva descomunal. Desde los cinco meses ya puede poner hasta 400 huevos por ciclo, y lo hace tres veces al año. Además, es hermafrodita, lo que agrava aún más su potencial invasor.
Las zonas más afectadas por esta plaga se concentran en las regiones de Alto Magdalena, Gualivá, Tequendama y Sumapaz, áreas de clima cálido y húmedo ubicadas entre los 0 y los 1.500 metros sobre el nivel del mar, condiciones ideales para que este caracol prospere y se reproduzca sin control.

El animal, que puede vivir entre seis y nueve años, se alimenta de más de 800 especies de árboles y plantas. Pero no se detiene allí: también consume materia orgánica en descomposición —incluyendo heces— y, en algunos casos, materiales inorgánicos como pinturas, concreto o compuestos de paredes y columnas. Así, su presencia no solo compromete ecosistemas nativos, sino también estructuras físicas en entornos urbanos y rurales.
A pesar de su apariencia inofensiva, el caracol gigante africano representa un peligro tangible para la salud humana. Su mucosidad puede actuar como vehículo de transmisión de parásitos como Schistosoma mansoni y Strongyloides spp., asociados a enfermedades graves como la meningoencefalitis e ileocolitis eosinofílica, que afectan el sistema nervioso central y el tracto digestivo. El riesgo está en el contacto directo o en la contaminación de alimentos y agua.

Frente a este panorama, la CAR lanzó una campaña de sensibilización dirigida a la comunidad. La iniciativa incluye jornadas de limpieza en patios, jardines, canales de aguas lluvias, zonas verdes y lugares con acumulación de escombros, que suelen convertirse en criaderos de estos moluscos.
“Invitamos a la comunidad a informar oportunamente a las autoridades la presencia de caracol africano en sus viviendas y predios”, recalcó Camila Velásquez, directora regional Alto Magdalena de la CAR. La respuesta oportuna puede marcar la diferencia para “poner freno a los riesgos que genera tanto para otras especies como para las personas”, añadió.
La directora también recordó que, si bien el Ministerio de Ambiente autorizó desde 2011 su caza a través de la resolución 654, la erradicación debe realizarse bajo estrictos protocolos técnicos y nunca de manera improvisada.
En Cali, la ciudadanía puede reportar la presencia del caracol gigante africano a la línea del Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente, DAGMA marcando al 602 5240580, para recibir orientación y garantizar una atención adecuada siguiendo los protocolos establecidos.
Periodista web en elpais.com.co, comunicador social y periodista, con énfasis en reportería para distintas fuentes de información.