El guayacán que floreció en Navidad y convirtió un parque de Popayán en punto de encuentro

Los habitantes de los barrios Santa Inés y Moscopán, en la ciudad de Popayán, viven por estos días una Navidad distinta, marcada por un regalo inesperado de la naturaleza.

Un majestuoso guayacán amarillo floreció de manera anticipada y llenó de color uno de los pequeños parques de este tradicional sector payanés, transformando por completo el paisaje y convirtiéndose en un punto de encuentro para vecinos y turistas.

El árbol, ubicado a un costado de un parque que conserva una pileta de estilo colonial, luce cubierto por cientos de flores amarillas que contrastan con el entorno y le dan una nueva presentación al lugar.

Desde aproximadamente 15 de diciembre, residentes del sector y personas de otros barrios se acercan para contemplar el espectáculo natural, tomarse fotografías y disfrutar de un momento de tranquilidad en medio de la rutina diaria.

“No sabemos exactamente en qué mes debía florecer, lo cierto es que no esperábamos vivir este regalo de la naturaleza en un mes tan especial del año. Por eso lo tomamos como un detalle de la naturaleza y de Dios, el padre creador”, expresó Lina María Meneses, habitante del barrio, quien aprovechó la ocasión para capturar imágenes junto a sus familiares y compartirlas como recuerdo de esta Navidad.

Para muchos vecinos, la floración del guayacán en diciembre tiene un significado especial, ya que este tipo de árboles suele florecer en otras épocas del año. Sin embargo, su aparición en plena temporada navideña ha sido interpretada como un símbolo de esperanza, alegría y renovación para la comunidad, más cuando la guerra llegó a la capital del Cauca.

El parque, que habitualmente es un espacio de encuentro para niños, adultos mayores y familias del sector, ahora se ha convertido en un atractivo natural que resalta el valor ambiental y cultural del barrio Santa Inés, uno de los barrios tradicionales de la Ciudad Blanca. La combinación entre la arquitectura tradicional de la pileta y el intenso color amarillo de las flores ha generado un ambiente que invita a la contemplación y al encuentro comunitario, eso lo saben los residentes, quienes ahora se encargan de cuidar este espacio.

“No esperábamos que este guayacán floreciera durante este mes. Normalmente, sucede en otros momentos del año, pero bueno, es un regalo del creador y de su naturaleza que ahora disfrutamos. Además, en esta época hay muchos visitantes y se llevan un bonito recuerdo del barrio Santa Inés”, señaló Carlos Perafán, otro residente del sector.

Los habitantes coinciden en que este fenómeno natural ha fortalecido el sentido de pertenencia y el orgullo por su barrio, al tiempo que ha generado un ambiente de alegría y unión entre vecinos. En medio de una ciudad que vive intensamente las tradiciones de la Semana Santa y la Navidad, el guayacán amarillo se suma ahora como un símbolo inesperado que embellece el paisaje urbano y recuerda la importancia de cuidar y valorar los espacios naturales dentro de la ciudad.

Mientras continúe la floración, el guayacán seguirá siendo el protagonista de esta Navidad en Santa Inés, regalando sombra, color y momentos especiales a quienes se acercan a disfrutar de su hermosura.