Fuerte racionamiento de agua en Colombia podría causar el Fenómeno de El Niño, anuncia Directora del Ideam

Los colombianos ya han venido experimentando una importante ola de calor y de sequía, sin embargo, el Fenómeno de El Niño aún no ha sido declarado.

La caleña Ghisliane Echeverry Prieto, directora del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), explicó que se deben cumplir ciertas condiciones técnicas para hacer la declaratoria, entre ellas el calentamiento del océano Pacífico que produce el fenómeno y que debe extenderse, por lo menos, cinco meses.

En entrevista con El País, la investigadora en Ciencias Ambientales de la Universidad del Valle reveló que aún falta terreno para llegar a los momentos más fuertes de la actual temporada seca, la cual, incluso, podría llevar a que en varias comunidades del país deban restringir el suministro de agua.

¿Qué tan cerca estamos de que inicie el Fenómeno de El Niño?

Es importante saber que el calentamiento del océano Pacífico se inició más o menos en el mes de marzo. Todavía no está declarado el fenómeno, pero como el océano ya está caliente, ya se ha afectado la atmósfera y ya estamos sintiendo los efectos.

Lo que hemos dicho hasta este momento es que las condiciones de El Niño ya están presentes. En los meses de abril, mayo y junio, las precipitaciones en la mayor parte del territorio nacional ya están por debajo del promedio histórico.

Lo que se espera es que este fenómeno esté intensificado para el final de año y el primer trimestre de 2024, si es que llegamos a tener un Niño moderado. Esto se traduce en que la temporada de diciembre, enero y febrero será la temporada en la que esperamos que ocurran las menores precipitaciones en el país o las condiciones de sequía.

Una de las preocupaciones a nivel nacional es que la sequía, producto de este Fenómeno de El Niño, llegue al desabastecimiento de agua, ¿es real esa posibilidad?

Colombia tiene una oferta hídrica muy alta y muy importante, de hecho, la mayoría de los páramos se encuentran en nuestro país. ¿Cuál es el tema aquí? Más allá de la oferta, es decir, la cantidad de agua que hay, el tema es de demanda, cuánta agua vamos a usar. Allí no es que nos vayamos a quedar sin agua por oferta, no se van a secar los ríos del país, pero sí hay que regular la demanda de ese consumo, que muchas veces está priorizada en los sectores que están por fuera del consumo humano.

Lo otro es que hay que mirar los contextos específicos de los municipios que no tienen instrumentos o instalaciones adecuadas para la potabilización de agua, pues también quedan con susceptibilidad de quedarse sin el recurso.

Pese a que no se vayan a secar los ríos, usted habla de que hay que regular, ¿es posible que en algún momento toque restringir el agua para la población?

Sí, es posible que haya que restringirla porque en algunos departamentos la demanda supera la oferta. Dada la alta demanda de agua en ciertos sectores y en Colombia en general, regular el uso del agua es algo que puede ocurrir en un escenario de Fenómeno de El Niño y de sequía como el que se avecina para el país.

De hecho, la situación más alarmante para la comunidad es que podemos estar a puertas de un desabastecimiento para el consumo humano, entonces la invitación es a la racionalización y a que volvamos a pensar en las buenas prácticas, en relación al consumo de agua en este momento.

¿Podría ocurrir este mismo año?

Claro, finalizando el 2023, porque se espera la intensificación del Fenómeno. Podría suceder este mismo año, entre diciembre y enero.

También hay que tener en cuenta algo importante y es que en este momento estamos en temporada de ciclones tropicales, eso significa que están pasando ciclones o tormentas o huracanes por la Costa Caribe y esto trae un régimen de lluvias al país, a la zona Caribe y Andina, entonces en este momento es crucial la activación de reservorios o lo que llaman bancos municipales de agua, para tener agua en la temporada seca.

Este es el momento de preparación, vamos a tener lluvia, vamos a tener agua, pero la gravedad de este asunto es cuando ya no tengamos precipitación y no haya cómo llenar los reservorios, por eso se espera que diciembre, enero y febrero sí sean épocas secas.

¿Cuáles son las regiones que sufrirán los impactos más fuertes?

En este momento, para la región Caribe y la Andina ya estamos en la temporada de menos lluvia y esperaríamos que llegara una temporada de más precipitaciones en el último trimestre del año. Sin embargo, como la predicción indica que estará intensificado el Fenómeno de El Niño, ese promedio de lluvias va a estar por debajo de lo normal. Ya en enero, febrero y marzo, ahí sí la precipitación se espera que esté muy pero muy por debajo de lo habitual.

Un departamento que aparece con casi el 70 % de su territorio en rojo es La Guajira, que per se ya tiene unas condiciones estructurales que lo hacen la región de menor precipitación en todo el país.

¿Cuál es el pronóstico para la región Pacífica?

Es importante decir que la región Pacífica, en temas de climatología, se considera una región amodal, es decir que tiene las mismas condiciones de precipitación durante todo el año, no tiene esta temporada de menos lluvia y más lluvia, sino que regularmente, durante todo el año, está lloviendo.

¿Qué significa esto en el marco de un Fenómeno de El Niño débil o moderado? Que esa precipitación sí se verá afectada, pero no necesariamente va a haber total sequía o escasez de agua, o sea que va a seguir lloviendo, pero en una menor intensidad de lo que regularmente ocurre en la región.

También hay que decir que parte del Valle del Cauca está en la región Andina, esta región sí tiene un comportamiento climático diferente, tenemos dos temporadas de lluvias y dos temporadas de menos lluvia, allí sí va a haber escasez de precipitaciones y será mucho más crítico el tema del agua.

¿Qué tan aterrizado es decir que este Fenómeno de El Niño podría estar entre los más fuertes que hemos sentido en el país?

De los Fenómenos de El Niño más fuertes que hemos tenido en el país está el de la temporada 2014-2015, en el que duramos 19 meses.

Ahora, en este momento hay unas condiciones globales que no estaban en ese momento, una de ellas es que el 17 de mayo la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que es el portavoz de las Naciones Unidas para los temas de tiempo, clima y agua, ha generado un boletín en el que ha declarado que se están dando condiciones favorables para eventos extremos sin precedentes, esto significa que se espera que en los próximos cinco años, por lo menos en alguno de esos, se supere la temperatura media global de 1.5 grados.

En eso también está ocurriendo el Fenómeno de El Niño, es decir que se espera que este exacerbe, intensifique o acelere ese calentamiento y esa crisis climática, así que lo que vemos este año es que están pasando cosas que no tienen precedentes.

Para dar un ejemplo muy concreto, el Fenómeno de El Niño es el calentamiento del (océano) Pacífico, y cuando se calienta el Pacífico regularmente el (océano) Atlántico se enfría por compensación térmica.

En este momento, el Atlántico y el Pacífico se están calentando; la semana pasada estuve en Cuba con los directores de los servicios hidrológicos y meteorológicos de Iberoamérica y la conclusión a la que llegábamos era que este año no tiene análogo, o sea, tenemos mucha más incertidumbre en las predicciones de lo que pueda pasar.

En otros asuntos, usted explicaba que la deforestación en el país se redujo en un 29 % en 2022, dato que fue entregado por la ministra de Ambiente Susana Muhamad, y suministrado por el Ideam. ¿Qué otros datos importantes se pueden resaltar?

Sí, para el año 2022, desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, se procesaron más de 2800 imágenes satelitales de todo el territorio nacional. El informe nos arrojó que, en relación con el año anterior (2021), se redujo la deforestación en un 29 % y que esa reducción está concentrada principalmente en el segundo semestre del año. Esa es una cifra bastante importante, ya que la meta del gobierno era el 20 %.

Ahora, la cifra que le entregamos al presidente Petro en el marco de la cumbre con Lula (presidente de Brasil) fue una disminución en la deforestación en la Amazonía del 76 % en el primer trimestre 2023, en comparación con el primer trimestre de 2022. Pero también hay que decir que en Antioquia y en Chocó ha aumentado la deforestación.

¿Ese último dato puede sugerir que las actividades industriales y otros procesos que causan la deforestación se pueden estar trasladando desde la Amazonía a otras regiones del país?

Parte de lo que hacemos en el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (del Ideam) es la identificación de los agentes y las causas de la deforestación.

Lo que hemos identificado es que lo que ocurre principalmente por la praderización, está ligado a procesos de malas prácticas de ganadería extensiva, pero también al tema de la tala para el desarrollo de productos o, en general, al desarrollo de vías.

Entonces, estas prácticas que se generaban principalmente en la Amazonía sí se han desplazado a otras regiones del país, donde, por ejemplo, se están construyendo vías terciarias, pero no de parte del gobierno, sino de manera ilegal.

Los departamentos con esta situación son principalmente Antioquia y Chocó, las alertas se mantienen allí e indican que esto es algo que sigue en aumento.