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Monseñor Luis Augusto Castro, arzobispo de la Arquidiócesis de Tunja. | Foto: Colprensa

PAPA FRANCISCO

"El Papa viene a Colombia a abogar por el perdón y la reconciliación": Monseñor Castro

Monseñor Luis Augusto Castro, uno de los responsables de que se concretara la visita del Pontífice, dice que todo se programó para que él esté cerca de la gente.

4 de septiembre de 2017 Por: Miguel Garrido / Colprensa

Monseñor Luis Augusto Castro, arzobispo de la Arquidiócesis de Tunja, fue uno de los responsables de que se concretara la visita del papa Francisco a Colombia, que inicia el miércoles próximo.

Junto a él acudieron al Vaticano el Cardenal, el Vicepresidente y el Secretario General de la Conferencia Episcopal para hacerle la invitación formal a Francisco, quien no dudó en aceptarla y desde entonces se ha venido cumpliendo el cronograma de la misma.

A escasos días de tener al máximo jerarca de la Iglesia en Colombia, el prelado ratificó que la visita de Francisco se da en un momento clave para la historia del país, y desestima que esta visita pueda entenderse como algo político.

¿Fue difícil convencer al Papa para que viniera a Colombia?

No, para nada, él quiere mucho a Colombia. Además, no es la primera vez que viene, ya como arzobispo de Buenos Aires había venido, y además como miembro del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) ya había estado en el país.

¿Qué le gusta más de Colombia al Papa?

Los colombianos y su fe, le gustan mucho las regiones, la iglesia, el folclor y los valores de nuestro país.

¿Qué significa esta visita del Papa Francisco a Colombia?

La llegada del Papa es un signo del aprecio que el Santo Padre le tiene a Colombia. Y eso se demuestra al percatarse de que este no es un viaje de pasada, es un viaje exclusivo para acompañar a los colombianos.

Llega en un momento histórico para el país…


El Papa ha hecho un seguimiento de todo lo que ha sido la historia y la fatiga de Colombia para transformar el rostro de guerra en uno de paz, y ha hecho mucho desde el campo espiritual para avanzar en ese camino.

Muchos le dan a esta visita un significado político...

Para nada. Esta es una visita pastoral, para todos los colombianos y para infundir en todos nosotros esos sentimientos de amor a Dios y de amor al prójimo. La intensión clara del Santo Padre es darles prelación a los más marginados, a los que él llama ‘de la periferia’.

¿Cómo evitar que esta visita se vincule con el proceso de paz, cuando se ha reclamado su presencia para apoyar el proceso con las Farc?

Una cosa es apoyar el proceso de paz y otra muy distinta venir a dar un impulso a la paz. El problema no es la paz, pues todos tenemos el anhelo de paz y el Papa viene a que ese anhelo crezca y lo podamos hacer realidad, que se traduzca en hechos desde el perdón y la reconciliación.

¿Se reunirá con víctimas del conflicto en Villavicencio?


Sí. Esa es una dicha para el Papa y para las víctimas. Él es un abanderado de la paz. Mire, cuando el Papa estuvo en Cuba la guerrilla quería encontrarse con él, pero el programa no se podía cambiar, a pesar de ello se logró que diera un mensaje de esperanza para la paz del país.

¿El mensaje del Papa cómo va a ser?

El mensaje lo hará desde cuatro ciudades, pero siempre irá dirigido a todos los colombianos, no a un grupo social específico. Claramente el tema al que hará referencia en su discurso estará relacionado con el perdón, con la reconciliación, con la justicia social, con la atención preferencial para las personas en la periferia.

¿Qué pasa en un país cuando un Papa lo visita, se siente un cambio?

Claramente hay un salto de calidad. Las palabras del Papa siempre son acogidas por las personas con mucha seriedad y con un deseo de cambio, puede que no se note, por decirlo de alguna forma, con signos espectaculares, pero la vida cristiana es como una semilla que va creciendo en los corazones.

¿Qué se espera en los recorridos, del protocolo?


Toda la visita ha sido programada con mucho detalle para que el Papa pueda estar cerca de la gente, pero claramente eso requiere un control. Si se sale del protocolo o no, sólo lo sabrá él.

¿Que la Virgen de Chiquinquirá haya sido trasladada a Bogotá fue una petición del Papa?

No. Lo que sucedió en este caso es que en las dos visitas anteriores los Papas han ido a Chiquinquirá, y en esta oportunidad consideramos importante que él pudiera apreciarla, debido a que no podía estar en Boyacá. Así fue que les pedimos a los dominicos que la trajeran para que él la pudiera apreciar.

¿Hay algún temor por la seguridad del Papa Francisco?


Habrá controles porque no se sabe cuándo puede haber una persona demasiado emocionada o demasiado agresiva, y se pueda crear un problema.

¿Cómo serán las misas en cada uno de las ciudades?

Esta es precisamente una de las maneras como se ha querido que la visita sea segura para el Santo Padre y para la gente, y claro, que se dé la cercanía con la gente. En Bogotá, por ejemplo, se han dado boletas para que la gente entre por distintas puertas y no se acumule todo el mundo en un mismo lugar. Se quiere que todo el mundo tenga acceso al Papa.

¿Qué decirles a quienes esperaban a Francisco en Boyacá, en Chocó, en Florencia...?

Sí, siempre la intención fue que el Papa estuviera en los lugares en los que pudiera estar el mayor número de personas y además que el clima ayudara. La verdad sí queríamos llevar al Santo Padre a Chocó y a Boyacá, y no poder hacerlo fue muy triste para todos, la imposibilidad de llevarlo a estos lugares nos dejó un poco desilusionados.

Pero en este caso la razón estuvo relacionada con las condiciones climáticas. Cuando estábamos planeado estas visitas, las comisiones de clima y aéreas concluyeron que a ciudades como Quibdó (Chocó) o Florencia (Caquetá), inclusive Tunja (Boyacá), se puede llegar, pero el clima podría afectar la salida. Muchas veces usted sabe cuándo llega a Quibdó, pero no cuándo sale.

Usted fue uno de los artífices de la visita del Papa a Colombia, como arzobispo de la Arquidiócesis de Tunja, ¿no le han reclamado por no llevarlo a Boyacá?

Yo quería que fuera a Boyacá, ese era mi plan, para que compartiera con un millón de campesinos de los santanderes, de Boyacá, de Casanare, de Cundinamarca, y es que allí se llega por una doble calzada excelente, pero se dio el tema del clima y se concluyó que muchas veces la nubosidad afecta la salida de la ciudad.

Cómo se percibe el fenómeno económico que se mueve alrededor del Papa, se habla de que la visita cuesta $28 mil millones y que dejará para la economía $280 mil millones

El Papa ha sido muy claro en cuanto a que quiere una visita austera, y en eso se ha trabajado y se ha cumplido. Los que sacan cifras multimillonarias lo hacen por crear malestar y por desprestigiar. Sólo se sabrá cuánto costó y cuánto dejó de rédito, cuando termine.

¿Se ha sentido un ambiente para entorpecer la visita del Papa?


Sí, son sectores muy pequeños, pero influyentes por tener medios de comunicación, o que tienen formas de hablar. No hay que hacer eco de estas personas.

¿Se refiere usted a José Galat, quien se expresó de manera muy fuerte contra el Papa?

No, ni siquiera estaba pensando en eso. Ese es un caso muy especial que no tiene remedio, yo ni siquiera tomé medidas en el asunto porque estamos en un país libre.

¿Qué invitación les hace usted a otras religiones para que reciban esta visita del Papa Francisco, un católico?


Que acojan al Papa, puede que no tengan el mismo entusiasmo que los católicos, pero estamos en una época en que buscamos acercarnos mucho con los diferentes grupos religiosos. Ojalá que salgan, al menos, a ver y a acoger al Papa, eso sería muy lindo. Yo me imagino que todo eso se planeó, no lo digo con precisión porque no he trabajado en ese tema, pero sería bueno tener cerca líderes de otras religiones.

¿Qué cree usted que al Papa no le gustaría que le regalaran?


A él le gusta todo lo que le dan, el problema es que todo el que quiere darle algo quiere hacerlo personalmente, y eso es muy complicado.

¿Qué pasará con los detalles que le obsequien?


Todos los regalos los recibe la Nunciatura, se los muestra al Papa, los empacan y se los llevan a los museos del Vaticano. Hay que tener presente que el Papa tiene 81 años y a esa edad a una persona se le debe tratar con mucho cuidado, no se le puede exagerar con muchos esfuerzos. Así pues, el programa que se hizo es el que se cumple, para no abusar de él.

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