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Diez consejos básicos para visitar a un bebé recién nacido

Conozca el protocolo de la prudencia a la hora de visitar a un bebé, para no abrumar a sus padres e interrumpir proceso de lactancia.

14 de abril de 2015 Por: Redacción de El País

Conozca el protocolo de la prudencia a la hora de visitar a un bebé, para no abrumar a sus padres e interrumpir proceso de lactancia.

1. Horario

Es deber de los padres fijar límites para las visitas, tanto de amigos como de familiares. Si no se tiene mucha confianza, lo mejor es no aparecer por la clínica.

Según Darío Hernando Cobo Medina, jefe del Departamento de Ciencias Clínicas Médicas de la Facultad de Salud de la Universidad Icesi, “no se debe interrumpir el tiempo en el que come el bebé, ni se le debe despertar si está dormido”.

  En caso tal de que llegue esa hora mientras que aún  está de visita, hay que caer en cuenta: ha llegado la hora de marcharse.

 Muy de mañana   suele ser el tiempo para el baño y de la preparación para los padres, así que si los visita  debe procurar no llegar en medio de esos horarios.

Los fines de semana son los días más propicios. Sin embargo, esos son los días con el mayor  número de personas, por lo cual las visitas deben ser anunciadas y cortas.

2. Higiene Lavarse las manos antes de acercarse al bebé no tiene discusión. Además, no es conveniente besar al infante  y  mucho menos con labial.  Según Viviana Rendón, médica pediatra, quienes  fuman deben mantenerse alejados. “El humo que respiran las personas no fumadoras cuando están acompañadas de un fumador, puede ser extremadamente peligroso para los bebés. Una de las consecuencias es que debilita sus pulmones, los hace más propensos a infecciones de oído y duplica el riesgo de muerte súbita del bebé. Por eso, los fumadores deberían ponerse ropa limpia (que no han usado mientras fuman) cuando estén cerca de un bebé, así como lavarse las manos y la cara, especialmente después de fumar”.  La médica recomienda que el bebé se mantenga sobre todo alejado de los dedos del fumador.  Tampoco hay que ponerse perfume ese día, ya que los bebés, al ser tan pequeños, están muy sensibles a los estímulos y necesitan reconocer el olor de sus padres para sentir seguridad.
3. Anuncie su visita Antes de hacer una visita es mejor llamar, consultar qué tan cómodos se sienten los padres para recibir personas en el hogar, preguntar si hay alguna condición especial que se deba tener en cuenta e indagar cuáles son los horarios más adecuados para ir a conocer al recién nacido. De esta forma los padres estarán preparados.        No se debe subestimar el recurso de mandar un mensaje de felicitación a los padres en lugar de llamar. De esta forma ellos  responderán cuando consideren oportuno, porque lo primero es atender al bebé y a la madre. Si tiene niños pequeños, preste atención a su comportamiento, no permita que tomen muchos objetos ni que hagan mucho ruido. Explíqueles la importancia de mantener la compostura para que el bebé permanezca tranquilo y los padres tampoco se alteren.
4. Visitas cortas  El visitante no debe estar más de 20 o 30 minutos en la habitación. Es tiempo más que suficiente para dar las felicitaciones respectivas, conocer al bebé y saber  el estado en el que se encuentran todos.  Tradicionalmente son los padres los que atienden la visita con el fin de que la madre se encargue del bebé y de su propio descanso. Además, los bebés comen muy a menudo y necesitan que se les cambie el pañal muchas veces. Pasados los primeros días habrá tiempo para compartir en   familia o volver a hacer una  visita. Se debe evitar ir en grupos muy grandes, no solo por el nivel de ruido que suelen hacer varias personas reunidas, sino también porque requieren más atención. Lo ideal es ir en parejas.
5. Lactancia  La lactancia materna puede parecer un proceso natural pero para muchas mamás no es así, y al principio puede ser  complicado o doloroso. Mientras que el bebé se está alimentando, es recomendable dejar a la mamá tranquila, nada de estar mirando a ver qué tal succiona el niño, ni dando consejos. Lo ideal es que la madre pueda aislarse del entorno y tener intimidad.  Este es el peor lado de las visitas: o la mamá charla y sirve whiskey a los familiares y amigos,  o se dedica a la lactancia. Se da el caso de madres que por atender a las visitas retrasan los tiempos de lactancia y esto deriva en mastitis o lactancia dolorosa por congestión en los pechos.
6. Es mejor esperar No importa que tan grande sea la emoción por el nacimiento de un nuevo integrante de la familia, hay que dar tiempo y espacio antes de conocerlo. El bebé lleva aproximadamente nueve meses dentro del cuerpo de la mamá, por lo tanto sus primeras horas en el mundo exterior pueden resultar un poco caóticas. Las primeras  doce  son el momento más sensitivo para el bebé, particularmente en cuanto al oído y el olfato, por lo que es importante el contacto y la intimidad con la madre.   Los médicos recomiendan no hacer visitas al menos durante las primeras 24 horas posteriores al  nacimiento del bebé.  Este tiempo es también en consideración con la madre que acaba de terminar el parto y es muy posible que se sienta agotada.
7. ¿Consejos?  Tanto si la mamá es primeriza como si ya tiene más hijos, no se debe llegar contando todo lo que se sabe sobre la maternidad y los primeros días tras el parto. Abrumar a la madre con consejos puede estresarla en lugar de ayudarla.  Cuando una mujer acaba de dar a luz  tiene las hormonas alteradas  y cualquier comentario  puede hacerle mucho daño. Además, una reciente mamá recibe miles de opiniones  contradictorias que la confunden mucho.  “Su madre dice esto, su suegra dice aquello, pero lo cierto es que cada quién maneja a sus hijos a su antojo. Además muchas personas tienen creencias que lo único que hacen es complicar la tranquilidad de la mamá, e incluso ponen en riesgo la salud del bebé. Lo mejor es que cada mujer se guíe por su instinto y por los conocimientos básicos que tiene de su hijo”, explica la médica pedíatra Viviana Rendón.     Por norma de cortesía y  respeto, no se debe mencionar su estado físico. Ni el de antes ni el de después del parto.
8. Atención con los regalos Aunque los ramos de flores y de frutas son un lindo detalle, también hay que ser consientes de que ocupan mucho espacio, tanto en las habitaciones de la clínica como en el hogar.  Dependiendo de la confianza que se tenga con los padres se les puede preguntar si necesitan algo específico.  Si tienen otro hijo, lo más aconsejable es llevar un regalo también para él o ella, de esta forma el niño no se sentirá desplazado.  Enviar comida a domicilio es un regalo que muchos  valorarán. Debido a los nuevos deberes adquiridos,  muchos padres olvidan alimentarse bien durante los primeros días. Eso sí, recuerde enviar comida saludable.
9. Estado de salud  Renuncie a conocer al  bebé si se encuentra resfriado o tiene algún síntoma como tos, mucosidad o dolor de garganta.“El bebé tiene pocas defensas y la idea de todos los cuidados es evitar que adquiera algún tipo de infección”, señala el médico Dario  Cobo Medina.  Si el bebé tiene alguna condición médica, no hay espacio para las visitas, ni siquiera para los abuelos o tíos. Hay que ser prudentes con el espacio de recuperación del pequeño.  Es recomendable tener  siempre disponible jabón antibacterial.   Las visitas se deben realizar en la sala, para evitar que varias personas  ingresen al dormitorio. No es recomendable que los extraños se sienten o acuesten en la cuna del bebé, aunque sean niños.
10. Comportamiento Una de las cosas que más disgusta  a un recién nacido y a sus madres  es que lo carguen personas diferentes y que lo vayan pasando de mano en mano  como si fuera un juguete. Antes de cargarlo, pregúntele a los padres si están a gusto con este tema. Pida indicaciones sobre cómo lo debe sostener y procure que sea por poco tiempo. Evite estar más pendiente de su celular que de las personas a las que se encuentre visitando y active la opción de silencio para prevenir que lo llamen y que el sonido asuste al recién nacido.

 

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