De alto rango serán los padrinos de los niños rescatados en la Operación Esperanza

Lesly Mucutuy, de 13 años; Soleiny Mucutuy, de 9; Tien Noriel Ranoque Mucutuy, de 4, y Cristin Neriman Ranoque Mucutuy, de un año, son los cuatro hermanitos que fueron rescatados en la selva del Guaviare. Los pequeños estuvieron perdidos durante 40 días después de que una avioneta se estrellara, cobrando la vida de tres adultos, incluyendo a su madre.

El hallazgo de los niños ocurrió en el marco de la Operación Esperanza, en la cual participaron tanto militares como indígenas. El brigadier general Pedro Sánchez Suárez, comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales de Colombia (CCOES), y el general Jhor William Cotua, comandante de la división de las Fuerzas Especiales, lideraron el operativo de búsqueda de los niños.

Se ha revelado que ambos militares se convertirán en padrinos de dos de los hermanitos: el niño y la bebé de 1 año. Sobre el rescate, el general Sánchez reconoció el esfuerzo de los indígenas y confirmó que fueron ellos quienes encontraron a los menores.

El general Sánchez mencionó: “Es normal que la victoria siempre tenga miles de padres, pero la derrota es huérfana. La realidad es que fueron los indígenas quienes encontraron a los niños”. Además del apoyo conjunto de las comunidades indígenas y las Fuerzas Militares en la Operación Esperanza, el perro Wilson fue una pieza clave para encontrar a los cuatro hermanitos que estuvieron extraviados durante 40 días en la selva del Guaviare. Desafortunadamente, el canino sigue desaparecido.

“Tenemos un dicho: ‘No dejamos a ningún compañero atrás’, y mucho menos a nuestros menores, mucho menos a Wilson. Sin embargo, somos conscientes de lo difícil que es encontrarlo en lo profundo de una selva hostil pero también bendecida”, respondió el general Sánchez.

Añadió: “Hemos decidido implementar una estrategia para garantizar la continuidad operativa en la zona. Por ahora, el objetivo es simplemente encontrarlo, pero habrá un tiempo razonable, en concordancia con un espacio razonable, según lo que consideremos sensato”.

Recuento de algunos hechos

La palabra clave para confirmar la aparición de los cuatros menores en la Operación Esperanza y que gritaron con fuerza la unidad TAP 1 al dar con el paradero era: “Milagro”.

El papá de los niños un día antes le indicó lo siguiente: “Los niños están vivos, aguantarán porque están protegidos por el dueño de la Naturaleza y vamos a recuperarlos muy pronto”.

Además, un soldado le manifestó que todo “es un misterio. Nos sorprende a todos. Es una zona que nosotros trillamos, y en esa área no hay cuevas, ni selva espesa, ni nada que no hubiésemos registrado”. También agregó que “estamos felices. Es un signo de esperanza, de vida. Una emoción muy grande para los que pasamos semanas buscando a los niños sin perder nunca la fe”.

Desde que se conoció el accidente y la desaparición de Lesly, Soleiny, Tien Noriel y Cristin, las Fuerzas Especiales iniciaron la incesante búsqueda, que en primera instancia fueron silenciosas como es de costumbre en sus misiones. “Nos dimos cuenta de que había que modificar el procedimiento, hacer ruido, gritar el nombre de Lesly, hacernos sentir para que los hermanitos nos vieran”, relata el soldado a la mencionada periodista y medio de comunicación.

A pesar de que no se ha confirmado la presencia de la guerrilla en la zona; todos los involucrados estaban dispuestos a asumir el riesgo con el objetivo de encontrar a los menores sanos y salvos. “Era una experiencia nueva para todos. No es lo mismo seguir el rastro de enemigos, sin que se den cuenta, que el de un grupo de niños perdidos”, aseveró el soldado.

El integrante de las Fuerzas Especiales le afirmó a la revista Semana que la ayuda del grupo indígenas fue indispensable para conocer mucho más la selva y sus tradiciones, las cuales estaban llenas de espiritualidad. Por tal motivo, todos los grupos formaron una fuerte hermandad y dejaron atrás el mundo exterior y los problemas que aquejan.