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Así es la generación del 'sexo express'

La generación que vive al ritmo de las nuevas tecnologías no se da el tiempo mínimo para las relaciones íntimas. Efectos del amor rápido.

13 de mayo de 2012 Por: Redacción de El País

La generación que vive al ritmo de las nuevas tecnologías no se da el tiempo mínimo para las relaciones íntimas. Efectos del amor rápido.

Orgasmos a la velocidad de la luz. O de la red. Esa parece ser la tendencia de los adolescentes y jóvenes que crecen al ritmo que Google les brinda. Y llegado el despertar sexual, la intimidad también se convierte en una carrera contra el reloj. Desde que las nuevas tecnologías cambiaron los conceptos de tiempo, espera, duración, lento, rápido, entre otros, las generaciones de hoy, enseñadas a obtener todo en lo que demora hacer clic, agotan sus relaciones sexuales en un mínimo de tiempo. Es como si la intensidad del placer fuera inversamente proporcional al paso de las horas. Prisa que casi siempre va atada a las condiciones de un acto oculto o a escondidas, porque no hay tiempo para esperar el momento propicio ni de llegar al sitio adecuado. Lo hacen donde los toma la urgencia: en el carro, en el ascensor, en las escaleras, en las áreas comunes de las unidades residenciales... en fin.Esta situación puede traer consecuencias no tan placenteras. El psicólogo clínico Carlos Alberto Segura manifiesta que las relaciones sexuales corresponden a un contacto íntimo entre dos personas, en las que se deben conjugar diversas variables afectivas para que sean íntegras.En ese contexto, señala, “si la relación es provocada por mero placer, puede ser una simple masturbación veloz en la que se pierde calidad tanto en la relación íntima como tal, como en la expresión de los afectos, de los cariños, la ternura y hasta de la magia del amor”.En otras palabras, el acto sexual veloz se convierte en una pérdida de posibilidades afectivas de la pareja a través del encuentro de los cuerpos.Un efecto a largo plazo, afirma Segura, es generar insatisfacción tanto en el hombre como en la mujer. Y si se vuelve una costumbre, puede derivar “en una relación simplista a la que no se le saca mucho gusto debido a la presión contra el reloj”.El sexólogo Luis Alberto Montejo aclara que este tipo de relaciones de ‘sexo express’ son generadas porque hay bastante atracción o mucha química entre la pareja, y así les resultan satisfactorias. Sin embargo, ese orgasmo rápido que en principio les agradó tanto, a largo plazo puede terminar en displacer. Al comienzo ni él ni ella le dan importancia a que él eyacule rápidamente, quizás porque están en esa fase del enamoramiento, pero cuando la relación de pareja tiende a formalizarse, eso que al inicio les producía mucha adrenalina y no era problema, se puede convertir en eso, en un problema.“Primero, porque el hombre no se toma su tiempo para los preliminares (estimulación inicial) –requeridos para un buen acoplamiento– y segundo, porque no le permite al hombre aprender a controlar el reflejo orgásmico, algo que todos tienen que aprender a dominar para tener una vida sexual enriquecedora en su adultez”, explica Montejo. Y en el caso de la mujer, puede presentar excitación y una “aparente satisfacción emocional”, pero al no sentir orgasmo físico propiamente dicho, al tiempo puede empezar a sentir la necesidad de tener ese placer.“Así que el hombre puede perder el reflejo de controlar la eyaculación y derivar en problemas de eyaculación precoz, y la mujer puede perder la capacidad de sentir orgasmos, un cuadro típico de anorgasmia”, resume Montejo.Y explica: Es posible que en esas primeras relaciones la mujer no logre sentir orgasmos a ese ritmo tan rápido, pero para ella es satisfactorio a nivel emocional y no necesariamente puede sentirse frustrada, porque, como hay tanta química y tanto deseo, no se nota mucho. Pero pasada esa euforia juvenil inicial, puede ser que después la mujer desee que su pareja prorrogue más su eyaculación, y ante la imposibilidad del hombre para ello, ella puede llegar a la anorgasmia. Incluso, dada la facilidad del sexo masculino para obtener su placer más rápido que el femenino, indica Segura, el hombre puede desencadenar en un maltrato a la mujer si ella no alcanza a quedar satisfecha: “Puede convertirse en una relación de uso y abuso de la mujer como objeto sexual”.Es la relación del ‘sexo-clic’, reflexiona Segura. “En una sociedad donde todo está al alcance de un clic, es inconcebible que la sexualidad, con toda la capacidad de expresión que hay en ella, quede reducida a eso, a un clic; es una lamentable pérdida para la naturaleza humana que todas las integraciones que hay entre un hombre y una mujer a través de sus cuerpos, se reduzcan a un acto express”. Y aconseja: “Ojalá no sólo los jóvenes sino todas las personas desarrollen su vida sexual de una manera contextualizada, es decir, con una significación profunda, importante, llena de afectos y de contenidos constructivos, porque el mero placero y de afán, a largo plazo trae frustración”.

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