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Los desperdicios de comida atraen habitantes de calle que buscan restos. | Foto: Oswaldo Páez / El País

Cali podría quedar con más de 100 puntos críticos llenos de basura

Los operadores dicen que en 2018 no recogerán residuos en puntos críticos y que el Municipio debe asumir dicha responsabilidad.

20 de noviembre de 2017 Por: Alda Livey Mera Cobo, reportera de El País 

Cali podría quedar en enero de 2018 con 138 puntos críticos de basura sin control ni recolección, ya que los cuatro operadores de aseo que tiene la ciudad alegan que la inspección, vigilancia y control de los mismos, por ley, la debe hacer el Municipio. O en su defecto, se les debe retribuir por ello.

Los operadores Ciudad Limpia, Promoambiental y Emas, han realizado un diagnóstico con un listado de esos sitios y lo han entregado al Municipio a través de Emsirva, en el entendido que la administración municipal se encargue de mantenerlos limpios.

Catherine Arteaga, vocera de Ciudad Limpia, uno de los operadores de aseo, afirma que según la ley, “esos puntos críticos no deberían existir y aunque en algunos limpiamos hasta cuatro veces al día, como en el centro de Cali, la basura vuelve y aparece, porque no hay control, falta autoridad, porque ellos (entes del Municipio) no hacen la parte que les corresponde. En enero no vamos a seguir recogiendo desechos en esos sitios”.

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En esos 138 puntos las basuras parecen brotar y reproducirse hasta convertirse en un problema endémico: tan pronto como las recogen, aparecen otra vez. Están en la Autopista Sur, a la altura de Comfandi El Prado; Calle 70 con Av. Tercera Norte, bajo el puente peatonal de Sameco; Carrera 50 con Calle 42; Avenida Ciudad de Cali frente a la laguna El Pondaje; separador de la Calle 26 y la galería Santa Elena, que parece un tumor metastásico en el centro de la ciudad.

Tomás Mendoza, gerente general de Promoambiental, otro operador de aseo, recuerda que cuando entraron en 2009 contratados por Emsirva, Cali tenía 192 puntos críticos. Comenzaron a trabajarlos desde lo social y lo operativo, a dar capacitaciones a la comunidad sobre manejo adecuado de basuras, reciclaje y frecuencias y horarios, y desde lo operativo, haciendo la recolección. “Quedan 138 puntos críticos, pero se han eliminado 54, una cifra de recuperación significativa, pero como el infractor se mueve, la basura camina”, explica.

El inconveniente, señala el directivo de Promoambiental, es que los operadores no tienen retribución por la limpieza de estos residuos en esos espacios públicos, porque eso no va cargado a la tarifa.

“La tarifa que cobramos a la comunidad es por la recolección de residuos de la casa, no del escombro en puntos críticos”, aclara Manuel Sendoya, jefe de comunicaciones de Emas, otro de los tres operadores que prestan el servicio en zona urbana y rural de Cali. El decreto 1077 dice que es competencia de los municipios asumirlos.

Sendoya indica que Emas tiene dos vehículos recogiendo escombros a diario en más de 50 puntos críticos en las comunas que cubre, para que no estén feos, pero que esa situación debería tener un control de las autoridades. El objetivo es que no permitan que quienes estén haciendo construcciones o remodelaciones arrojen sus escombros y paguen a alguien que sí sea idóneo para disponer esos desechos correctamente.

Ciudad Limpia dice que la situación no es tan grave en Terrón Colorado, donde la comunidad se ha empoderado y ha recuperado sitios como en el Liceo La Amistad, la portada al mar, Puente Azul, por el Realengo. En el centro, la Carrera 15 con Calle 25, donde hasta los habitantes de calle cuidan y la Calle 25 con Carrera Séptima, donde antes recogían 30 toneladas diarias de residuos mixtos y escombros, ahora lucen limpios.

Igual ocurre en Siloé, frente a la Biblioteca de Tierra Blanca, donde la comunidad saca sus basuras al punto de acopio los días que sube el vehículo. “Hay control social por parte de la comunidad que no deja que le arrojen basura en días u horarios no permitidos. Se requiere compromiso ciudadano y control de la autoridad, para recuperar un sitio crítico”, señala Arteaga.

Entre tanto, Sendoya anota que la misma ley define los sitios críticos como aquellos lugares donde la comunidad o personas, disponen irregularmente los residuos y establece que se debe evaluar quién está generando esos residuos.

“Estamos limpiando la zona y se la entregamos a la Alcaldía limpia; de allí en adelante, la Alcaldía tiene que emprender las acciones necesarias para que ese sitio no se vuelva a impactar, como el comparendo ambiental, las sanciones del Dagma y las de inspección, vigilancia y control”, enfatiza el comunicador.

Agrega que Emas ha entregado tres puntos críticos recuperados, pero es muy difícil de controlar. Solo se logra con el apoyo de las autoridades, porque sino se vuelven a generar, si no en el mismo punto, en otro. “Pero nosotros no somos autoridad para sancionar, simplemente prestamos el servicio de aseo domiciliario. Lo otro no es de nuestro resorte”, señala.

Diego Benavides, jefe del grupo de Residuos Sólidos del Dagma, dice que sí han sancionado 120 infractores de la norma de manejo adecuado de basuras y residuos sólidos. “Las dependencias y la comunidad se han empoderado, denunciando a vecinos de mala conducta ciudadana y ambiental”, dice el funcionario.

Agrega que los operadores de aseo tienen la obligación de reportar el listado de los 138 puntos críticos a la Policía, que es la que tiene la gran responsabilidad de hacer cumplir el comparendo ambiental.

Hora de las decisiones

Mendoza dice que existen dos mecánicas para erradicar estos sitios. Un debido control de la administración municipal, a través de sus entes de vigilancia y control, que emprendan procesos sancionatorios. “Eso le causaría unos costos al Municipio, porque tiene que destinar recursos para ello. Esa medida sirve, porque la gente dice: ‘ahora sí me van a sancionar’”, declara.

O si la administración municipal no ejerce su funciones, no pueden seguir los operadores recogiendo indiscriminadamente con cargo a sus costos. “El Municipio tiene que tomar una decisión: me gasto mis recursos en vigilancia y control, o le pago al operador para prestar el servicio”, sentencia Mendoza.

Al respecto, Rubén Olarte, director de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos del Municipio, Uaespm, dijo que hay un calendario de entrega de puntos críticos, pero que solo se han entregado una docena, porque la prueba piloto de diez puntos se suspendió por inconsistencias en el proceso de entrega. Luego se reanudó y se está cumpliendo.

Enfatizó que es una tarea en la que deben aportar el prestador del servicio (operadores); los supervisores del mismo, la Uaespm; los organismos de inspección, control y vigilancia: Dagma y Secretaría de Seguridad y Justicia; y, por supuesto, la ciudadanía.

Sin embargo, el funcionario aclaró que cada punto crítico tiene unos responsables y características concretas y por lo tanto, hay que revisar y evaluar uno por uno para ver a quién le cabe la responsabilidad de asumir el costo.

“Cuando se atribuye a la falta de control y vigilancia y a comportamientos de los ciudadanos adjudicables a las entidades municipales, el Municipio tiene que asumir la responsabilidad. Pero cuando es atribuible a fallas en el prestador de servicio, es éste el que tiene que seguir manteniendo la responsabilidad en el mismo”, especificó Olarte.

De ahí que dijo que la Uaespm le ha pedido a los operadores actualizar el listado y recalcó que muchos de los puntos críticos recuperados son un logro de la administración municipal. “No ha sido tarea exclusiva de los operadores”, han participado la Secretaría de Cultura, la Uaespm, la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana, a través de los gestores ciudadanos que hacen labor con la comunidad para el manejo de esos puntos. “Este esfuerzo compartido, ha permitido que muchos se rehabiliten, aún sin presencia de los operadores”, puntualizó.

El funcionario admite que los operadores de aseo prestan el servicio adecuadamente, cumplen las frecuencias y horarios de recolección, hacen la tarea. “Tendrán fallas, como todo, pero estamos haciendo las observaciones para que se apliquen los correctivos, pero la falla principal es el comportamiento de la ciudadanía”, reconoce.

De ahí advirtió que, así como se ha venido cumpliendo en gestiones de cultura ciudadana para cambiar el comportamiento de la población, si esa conducta no evoluciona positivamente, “habría que acudir a las normas más drásticas del Código de Policía para que la gente reaccione y asuma un comportamiento apropiado”.

Operadores

De 850 a 900 toneladas diarias de basura saca Promoambiental Cali y Valle. Del 15 al 31 de diciembre sube al pico de 1400 toneladas día.
Tiene 1110 empleados que operan 43 compactadores y 17 equipos (volquetas, ampliroles y barredoras).

Promoambientalcubre las comunas 2, 4, 5, 6, 7 y 8 (norte) y 10, 16, 17, 18 y 22 (sur).

Emas atiende las comuna 11, 12, 13, 14, 15 y 21 del Oriente. Tiene más de 600 empleados y 30 vehículos entre carros compactadores, volquetas, 2 minicargadores y retroexcavadoras (2). Este lunes instalará contenedores en Barrio Taller.

Ciudad Limpia cubre las comunas 1,3,9, 19 y 20 y 10 corregimientos (zona rural), tiene 450 empleados y en temporada alta como ahora, 50 personas más.

Los tres operadores recogen en Cali unas 50.000 toneladas de basura al mes.

Recolección gratis

Los operadores recuerdan a los usuarios que cada empresa presta el servicio para botar enseres viejos, llamando con anticipación al número 110, opción 40, para que no los dejen en espacios públicos ni los arrojen a los canales de aguas lluvias.

“No es cuando va pasando el carro que se va a llevar el mueble, no se puede porque cada carro va con una capacidad de peso medido, pero sí vamos después a recogerle las neveras, poltronas, colchones, estufas, armarios y todo objeto inservible, sin costo adicional a la tarifa corriente”, explica Catherine Arteaga.

La comunidad ya puede enviar a la Policía su foto o video de los infractores ambientales, sin que haya que instaurar una denuncia formal y ya con esa prueba la autoridad puede actuar.

Comida, lo que más botan

Una persona causa un promedio de un kilo de basura al día. Si en una casa viven cuatro personas, por ejemplo, producirían 4 kilos. Hasta allí las cifras no escandalizan, pero si se multiplica ese indicador por los más de dos millones de habitantes que tiene Cali: la ciudad produce 2500 toneladas de basura al día, 2000 de residuos sólidos y las otras 500, de escombros.

Pero lo más abrumador es que el 60 % de esas 2000 toneladas de residuos, es de comida que se preparó y nadie se comió, denuncia Catherine Arteaga, de Ciudad Limpia. Solo en la galería Santa Elena, Promoambiental saca entre 50 y 60 toneladas diarias de desperdicios de comida.

Diego Benavides, jefe del grupo de residuos sólidos del Dagma, informó que desde marzo realizan operativos diarios y permanentes en esa plaza de mercado, la más impactada. “Otro logro es que ya se ha duplicado el número de comerciantes suscriptores que ya están pagando la tarifa de aseo. La gente ha tomado conciencia”, declaró el funcionario.

Los operadores recomiendan no comprar ni preparar comida que no van a consumir. Y cuando van a un restaurante, pedir solo la porción y alimentos que van a comer.

De acuerdo con la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios, Cali está generando 648.193 toneladas anuales de basura, que la sitúan en el segundo lugar en Colombia, después de Bogotá, con 2,1 millones de toneladas de residuos al año. En tercer lugar está Medellín.

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