La historia de 'Samuelito', un tierno amante de la pastelería que da pasos de gigante

En frente de una torta y con la música rebotando en las paredes de la cocina está el ‘pastelerito’. En sus manos lleva un rodillo de amasar, una manga pastelera para decorar la torta y ese don de hacer arte con las cosas que tocan sus dedos.

Cuando comienza a amasar, Samuel luce como el más profesional de los pasteleros. No es para menos, si con apenas 7 años logra sorprender al país y a la comunidad internacional con las delicias que hornea. El niño, que da conferencias desde los 4 años de edad, no les pone límites a sus pasos.

Corrían los días de julio del año 2011 cuando Víctor Araque, pastelero profesional y padre de Samuel, tenía muchos pedidos que entregar, a su hijo sentado a sus pies y el tiempo en su contra. Mientras preparaba una torta, su hijo de 6 meses balbuceaba en busca de atención.

Víctor debía terminar con el pedido, así que le dio a Samuel un pedazo de torta y fondant (una masa pastelera) para entretenerlo. Tiempo después, cuando el pedido estuvo terminado, sus ojos se concentraron en su hijo y en la masa pastelera que usaba como juguete.

“Samuel tuvo su primera cercanía con la pastelería a los 6 meses. Desde pequeño le gustó más jugar con masa pastelera que con los típicos juguetes de niños”, cuenta Víctor con una sonrisa al recordarlo. Desde ese día, el niño no se quita el delantal.

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Samuel nació el 25 de febrero del 2011 en Bogotá. Sus padres, Carolina Barrueto y Víctor Araque, lo esperaban ansiosos. Fue el primero de dos hermanos y ahora, el orgullo de la familia en todo lo que hace.

Tiene un par de ojos que hablan por sí solos y cuando de sus labios sale una palabra, la inocencia deja ver el tamaño de su corazón. Es un niño con pasos de gigante, pero también hace cosas propias de un pequeño de 7 años. Le gusta jugar videojuegos, hacer figuras en origami y estar con su hermana Salomé en las tardes después del colegio.

Sin embargo, Samuel se convierte en dos personas durante la semana. Los días que va al colegio, el Psicopedagógico Villamayor de Bogotá, usa un uniforme azul oscuro, tenis blancos y una maleta de rodachines con la imagen de una de sus películas favoritas, ‘Cars’.

Cursa primer grado y cuando va a escribir, aún tiene que pronunciar letra por letra para no equivocarse. En el recreo, juega con sus compañeros, los mismos que alguna vez le dijeron que ellos también querían hacer tortas.

“Estaba jugando con mis amiguitos y me dijeron que ya querían ser pasteleros como yo”, dice Samuel mientras mira sus manos, esas mismas en las que nace su ‘magia’. En su colegio también se destaca, es bueno en matemáticas y obtuvo una mención de honor meses atrás por su buen desempeño estudiantil.

Pero los fines de semana, cuando este niño de 1,20 m de estatura se enfunda en su traje de chef y se pone el delantal, es otra persona. Es como si al ajustar esos diez botones de la camisa, se pusiera la capa de su súper héroe favorito, Batman. No es para menos, cuando Samuel entra en la cocina le gusta hacerlo en grande. Fue por esto, por la calidad al decorar una torta y moldear en fondant o plastilinilla a súper héroes, al monstruo Comegalletas o robots, que el ‘pastelerito’ conoció a su ídolo, Buddy Valastro.

Fue el año pasado, durante la ‘Sweet Fair’, la más grande feria pastelera, en Medellín, donde el niño cumplió su sueño. Durante el evento y en tarima, Jacobo Álvarez Lastra, más conocido como ‘Don Jacobo’ —el fundador de una de las empresas de pastelería más grandes de Colombia—, invitó a Samuel al escenario, sin imaginar lo que pasaría cuando el niño se pusiera frente al público. Como reto, ‘Don Jacobo’ propuso en un concurso que quien decorara un ‘cup cake’ (pastelito) más lindo en el menor tiempo posible, tendría acceso a un desayuno privado con Bartolo Valastro Jr, ‘Buddy’, el estadounidense protagonista del programa ‘Cake Boss’, de la cadena de televisión TLC.

Samuel, que no le tiene miedo al público y enfundado en su traje de chef, logró ganarle a su rival. El público aplaudía y él se preparaba para cumplir su sueño, conocer a uno de los grandes.

El día del desayuno llegó, Samuel iba con unos shorts de jean a la rodilla y con su impecable camisa de chef blanca con botones rojos. Cuando lo vio, se llevó una gran sorpresa: “’Buddy’ me saludó y me preguntó si yo era ‘Samuela’”, cuenta el niño, que con alegría en su voz explica que Buddy no sabe hablar español y por eso no pudo pronunciar bien su nombre.

Sin embargo, la sorpresa mayor se la llevó al saber que su ídolo ya conocía de su trabajo. “Buddy me enseñó a sacar la lengua”, publicó Samuel en su Instagram, junto a una foto de él y el famoso pastelero.

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En 2015, Samuel se montó en una tarima por primera vez junto a su padre, tenía 4 años y ningún discurso preparado. Cuando el ‘pastelerito’ se puso de pie frente al público, su fluidez para hablar y moverse en tarima cautivó a todos. Fue en ese lugar, y después de la ‘Feria alimentec’ en Bogotá, donde el pequeño comenzó a dictar charlas en las ferias de repostería y pastelería del país.

En la actualidad, el ‘pastelerito’ ha sido invitado a siete ferias como experto para hablar de lo que le gusta, la pastelería.

En tarima, como en las redes, Samuel ya tiene un público que celebra con él cada triunfo. Todo comenzó con una publicación de su padre. “Hijo lindo, te lo aseguro, vas a ser grande. No hay duda”, decía el post acompañado de un video que hoy cuenta con 25 millones de reproducciones.

Samuel se volvió un niño viral en redes sociales y hoy, su cuenta de Instagram, manejada por sus padres, tiene 27.800 seguidores. Sin embargo, y aunque recibe muchos comentarios llenos de amor, manejar al público no siempre ha sido fácil. “Una vez, lo jalonearon para pedirle una foto, el niño se asustó y comenzó a llorar. La gente se disgustó porque no dejamos que se siguieran tomando fotos con él. Yo me paré y les dije que antes de ser ‘Samuelito pastelerito’ era mi hijo y no iba a permitir que lo lastimaran”, explica Víctor con desazón en su voz.

También hay quienes dicen que la imagen del niño es utilizada para que sus padres reciban dinero. “La gente comenta muchas cosas feas, por ejemplo, que usamos a nuestro hijo para hacer dinero, pero Dios nos bendijo con tres pastelerías exitosas y con eso vivimos bien. A ‘Samuelito’ le hemos dicho que el día que él quiera dejar de hacer pasteles e intentar cosas nuevas, siempre tendrá nuestro apoyo”, dijo la madre, Carolina Barrueto.

El niño que tiene magia en sus manos, también sueña en grande. Cuando le preguntan sobre su futuro y con tan solo 7 años de edad, da respuestas contundentes. “Yo quiero ser como mi papá y ‘Buddy’. Quiero tener una pastelería grande”, dice, mientras los ojos le brillan.

Desde ahora, Samuel se educa para convertirse en uno de los grandes. Los fines de semana asiste a un curso de modelado y escultura 3D con el fin de prepararse para su próximo evento en Miami, la Feria Internacional de Panadería y Pastelería.

“Samuel es talentoso, pero también disciplinado. A pesar de ser tan pequeño, se enfoca en lo que quiere lograr, así que para cada evento tiene una idea de lo que quiere y como maestra yo lo ayudo a hacerlo de forma sencilla y práctica”, afirma Jéssica Quiñones, maestra de artes plásticas, modelado y esculturas.

A Samuel Araque, el niño de la sonrisa infinita y mirada conversadora, la naturaleza lo dotó con manos de artista. Un corazón gigante del que deja un trozo en cada torta y una imaginación que no conoce límites para moldear ni para soñar. Y, por supuesto, para deleitar paladares.

Samuel ha sido invitado a programas de televisión como Muy Buenos Días y Sábados Felicitos, de Sábados Felices.

Tiene un canal de You Tube llamado ‘Samuel, el pastelerito’, donde enseña a hacer tortas.

Este año fue uno de los 25 invitados expertos a la ‘Sweet Fair’ que se celebró en Medellín.

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