El Valle del Cauca afronta un momento decisivo: definir las obras que permitirán sostener su capacidad de competir en los próximos 30, 40, 50 y hasta 75 años y más.
El departamento depende de una red logística capaz de integrar el puerto de Buenaventura, la red vial, la infraestructura aeroportuaria y los sistemas férreos con las necesidades urbanas y sociales de su territorio.
La discusión gira en torno a proyectos estratégicos que buscan equilibrar el desarrollo económico, la movilidad metropolitana, los servicios básicos y la cohesión territorial, factores que condicionan la estabilidad productiva del suroccidente.
Prioridades estratégicas
Entre los proyectos que ofrecen mayor consenso figura en primer lugar la profundización y el mantenimiento del canal de acceso a Buenaventura.
Para María Fernanda Santa, directora ejecutiva de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, seccional Occidente, este es el pilar de la competitividad del Pacífico: “Sin un canal competitivo, la apuesta portuaria y logística del Pacífico queda limitada”.
El proyecto cuenta con estudios ambientales y diseños, pero aún espera ejecución, pese a su carácter de interés público.
Santa subraya que la modernización del Aeropuerto Internacional Alfonso Bonilla Aragón y el fortalecimiento del Aeropuerto Gerardo Tobar López deben entenderse como parte del mismo engranaje logístico que conecta el suroccidente con el país y la región Pacífico.
La CCI también identifica como prioritaria la reactivación del corredor férreo Buenaventura–Cali–Zarzal–La Tebaida, con trocha estándar y trazados más eficientes para integrarse con la red vial y el sistema portuario.
En la actualidad hay más de $220.000 millones asignados a prefactibilidades para recuperar 500 kilómetros de vía. Falta, según Santa, convertir estos avances en un proyecto multimodal que garantice eficiencia en el mediano y largo plazo.
Otra obra que reúne respaldo en todos los entrevistados es la vía 4G Mulaló – Loboguerrero, que reduciría en 52 kilómetros y una hora el recorrido entre Cali y Buenaventura.
Para la CCI, el proyecto permitiría completar un corredor de alta especificación entre el centro del país, el centro del Valle y el puerto.
La dirigente gremial recuerda que su construcción generaría hasta 1800 empleos en su pico de obra, mientras que la Nueva Malla Vial del Valle y las obras 5G aportan inversiones de varios billones y cerca de 40.000 empleos directos e indirectos.
Desde el comercio, Octavio de Jesús Quintero, presidente de la junta directiva de Fenalco Valle, coincide en que la Mulaló–Loboguerrero y el dragado del canal son claves, pero insiste en que deben ir acompañadas de mejoras sociales y de servicios en Buenaventura.
Agrega que mientras ese municipio no tenga agua, servicios públicos permanentes y una vía de acceso segura, será difícil atraer y mantener inversión.
Relaciona directamente la infraestructura con la calidad de vida y con la permanencia de las empresas en ese Distrito.
Enfoque territorial y visión a largo plazo
La mirada hacia los próximos 50 o 75 años exige concebir una red departamental que combine modos de transporte, desarrollo urbano y movilidad metropolitana.
Para Danny Angarita, líder técnico de Cali Cómo Vamos, el Tren de Cercanías se convierte en una pieza determinante para ordenar la relación entre Cali y municipios como Palmira, Yumbo o Jamundí.
Explica que la Encuesta de Percepción Ciudadana evidencia una creciente movilidad intermunicipal y recuerda que un sistema férreo sostenible reduciría congestiones, acortaría tiempos de desplazamiento y fortalecería áreas metropolitanas con alta demanda laboral y educativa.
El observatorio también señala la importancia de la malla vial departamental en la movilidad urbana, metropolitana y logística. Asegura que la culminación de la doble calzada Buga – Buenaventura, los puentes sobre el río Cauca y la prolongación de la Avenida Ciudad de Cali son intervenciones que pueden reducir cuellos de botella y mejorar la accesibilidad hacia el puerto.
Sus análisis incluyen, además, brechas internas de acceso a espacio público, un indicador que debe orientar la priorización de obras en zonas que hoy concentran menor bienestar.
Desde Buenaventura, Víctor Julio González, director del Comité Intergremial, sostiene que la competitividad del puerto depende tanto de la infraestructura como de la capacidad del Distrito para ofrecer servicios esenciales y destaca que el territorio necesita agua potable 7x24, salud, educación y movilidad urbana que funcione para sus habitantes.
El Comité ha sostenido mesas permanentes con la Gobernación del Valle, la Cámara de Comercio y otros gremios para hacer seguimiento a compromisos nacionales sobre la profundización del canal de acceso, el Tren del Pacífico y la ampliación del aeropuerto Tobar López.
González también advierte sobre los impactos económicos de los bloqueos en el corredor Buenaventura – Loboguerrero – Buga.
El tema se repite en Fenalco Valle, donde Quintero recuerda que la seguridad en la vía define la confianza de los transportadores y de los inversionistas.
En el plano institucional, la CCI Occidente insiste en que la planificación estratégica debe apoyarse en criterios técnicos como redes multimodales, mantenimiento garantizado, gestión del riesgo climático y viabilidad socioeconómica.
El sector recuerda que cada billón invertido en infraestructura genera aproximadamente 30.000 empleos y activa 17 sectores económicos, una cifra que ilustra la relevancia territorial de estas inversiones.
El Valle del Cauca ya posee una lista clara de proyectos para las próximas décadas. El desafío consiste en asegurar continuidad política, sostenibilidad fiscal y acuerdos regionales capaces de sostener una visión compartida de desarrollo logístico, social y urbano para varias generaciones.