A su nombre no existe ni siquiera una multa de tránsito en Colombia, ni queja alguna ante entidades del Estado ni mucho menos antecedentes disciplinarios, fiscales o penales.
Nació en el municipio de El Cerrito, en el Valle del Cauca, hace 66 años, y su historial en Colombia lo muestra como un ciudadano ejemplar.
Sin embargo, Elías Heriberto Bravo Tobar fue capturado el pasado 30 de mayo en medio de un cinematográfico operativo en Saint Ouen-l’Aumône, en el departamento de Val-d’Oise, a las afueras de París (Francia), y, según fuentes consultadas por El País, conoce los más íntimos secretos del temido Cartel de Sinaloa.
Secretos que tienen un precio muy alto para una persona que tiene una condena y es solicitada mediante orden de arresto internacional por el juez de una corte federal de Texas, en los Estados Unidos, para que responda por delitos relacionados con el tráfico de cocaína.
Esa orden fue hecha efectiva a mediados de este año, luego de que organismos de inteligencia franceses lo ubicaran mediante un rastreo telefónico y fuera detenido en plena vía pública por personal de la Oficina de Lucha contra las Drogas (Ofast 78), de la Policía de Versalles.
Según las autoridades galas, la captura de Bravo Tobar, quien residía en el sur de Cali, en una localidad a 30 kilómetros de París fue posible gracias a que lograron ubicarlo luego de que el sospechoso utilizara un router wi-fi en el edificio que venía usando desde hacía varios días como escondite.
El hombre al que quiere matar el Cartel de Sinaloa se graduó de bachillerato en 1977 en El Cerrito, donde su padre era oficial de la Policía, y fue luego tecnólogo en ingeniería del Centro Colombiano de Estudios Profesionales CCEP.
Su relacionamiento con las drogas lo inició en el centro del Valle como ‘cocinero’ en laboratorios para el procesamiento de cocaína ubicados en el triángulo que conforman los municipios de Buga, Ginebra y Guacarí, indicaron fuentes.
Tuvo enfrentamientos en su época con los paramilitares, que lo despojaron de todas sus propiedades, y poco después se alió con los carteles mexicanos.
“Pese al camino que eligió luego, nunca se ha sabido ni sospechado que Bravo Tobar se hubiera visto involucrado en actos violentos. Por el contrario, ha sido siempre una persona muy educada, respetuosa y de buenos modales”, aseguró una persona que lo conoció en su etapa como constructor.
“El sufrimiento y el dolor de la familia es inmenso por lo que pueda ocurrir con él en esa cárcel parisina. Por eso es urgente que el Gobierno de Francia autorice cuanto antes su extradición a Estados Unidos, ya que su vida corre peligro en el centro de detección en el que se encuentra”, agregó la fuente.
Da cuenta la información entregada por las autoridades de París a los medios de comunicación del país europeo que durante el operativo le fueron incautados a Bravo Tobar 3800 euros en efectivo, tres teléfonos con simcards colombianas y documentación que ofrece pistas sobre su relación directa con el tráfico de cocaína.
Igualmente, que en el marco de la investigación se conoció que los responsables contaban con apoyo logístico y técnico de carteles mexicanos, y que la red operaba con intermediarios locales, ciudadanos franceses, para consolidar su actividad en territorio europeo.
¿Por qué quieren matarlo?
Para Estados Unidos, el cartel de Sinaloa no solo es una amenaza criminal, sino una organización “terrorista”, un estatus que refuerza el enfoque militar y judicial de la potencia del norte contra todas sus operaciones.
Reconocen que el cartel que fue fundado por Joaquín ‘Chapo’ Guzmán, que purga una condena en Estados Unidos, e Ismael ‘El Mayo’ Zambada, quien fue detenido en Texas el año pasado, es uno de los más poderosos de México y un objetivo estratégico en la lucha contra el narcotráfico.
Por eso cobra tanto valor la información que pueda entregar el caleño Elías Heriberto Bravo Tobar sobre los movimientos del cartel, la historia de la organización y los nexos del narcotráfico en las últimas dos décadas con algunas autoridades de diferentes países.
Y es justamente ese conocimiento el que hoy lo condena; porque en los cuatro meses que lleva detenido en una prisión en la capital francesa han intentado silenciarlo en dos oportunidades, según fuentes cercanas a su familia.
En ese intento desesperado por salvar su vida, Bravo Tobar ha anunciado, a través de sus abogados, que está dispuesto a declararse culpable de los tres cargos por los cuales es solicitado en extradición por Estados Unidos y vienen pidiendo que, casi como un acto humanitario, sea enviado a Norteamérica cuanto antes.
Según conoció El País, son tres cargos los que enfrenta este hombre, de los cuales dos tienen cadena perpetua y el otro penas de hasta 20 años de cárcel.
“Es una de dos, aceptar la cadena perpetua que le impondrá la justicia de los Estados Unidos, o esperar la pena de muerte a la que está siendo ‘condenado’ por el mismo cartel mexicano al que ha pertenecido durante varias décadas”, indicó una de las fuentes.
Desde el momento de su captura por parte de la justicia francesa hasta la fecha, Bravo Tobar ha permanecido bajo detención provisional mientras se desarrolla su extradición. Sin embargo, el proceso puede demorar varios meses más, lo que podría facilitar que el cartel logre su propósito. Y justamente esa es la angustia que a diario sienten sus seres queridos.
En Francia, la extradición está regulada principalmente por el Código de Procedimiento Penal y los tratados internacionales firmados con los demás países.
Según la legislación, la fase procesal para la autorización de la extradición de una persona es bastante formal y se compone de dos etapas: una judicial y otra meramente política.
En principio, el solicitado pasa por la Fiscalía y va luego a la Corte de Apelaciones, que examina si la petición cumple con los términos legales y, si todo se encuentra en orden, pasa a la instancia política.
En esa etapa, el Gobierno francés, a través del Primer Ministro, autoriza el envío de una persona a otro país, luego de que el Ministerio de Justicia emite concepto favorable, y si es que la decisión no es apelada ante el Consejo de Estado.
Los términos, sin embargo, no tienen un tiempo determinado en el que se deba dar respuesta sobre el envío de la persona a otro país, en este caso los Estados Unidos.
Una vida tranquila en Cali
Mucho antes de que Elías Heriberto Bravo se convirtiera en pieza clave dentro del Cartel de Sinaloa y que amasara una enorme fortuna de la nunca se tuvo razón en Colombia, era un comerciante luchando día a día por sostener sus negocios.
Registros en bases de datos oficiales dan cuenta de que a finales de los años 90 figuró como representante legal de una empresa relacionada con la extracción de metales y que una década después tenía un par de negocios dedicados a la venta de productos típicos del Valle y a una empresa de telefonía.
Igualmente, como representante de una compañía dedicada al transporte internacional colectivo de pasajeros, la cual tampoco nunca tuvo problemas legales en el país.
Por el contrario, fue él quien demandó al Municipio de Cali, porque, en 1998, la Secretaría de Infraestructura Vial ordenó, mediante una resolución, la expropiación total por vía administrativa de dos predios a su nombre, heredados de su padre, para dar paso a la construcción de la Avenida Ciudad de Cali y pagó un valor muy inferior por metro cuadrado al de otros bienes en barrios circundantes.
“Más allá de sus errores, su familia sí pide, como acto humanitario, que la Cancillería colombiana interceda para que cuanto antes sea extraditado a Estados Unidos, para evitar que sea asesinado en Francia”, dice la persona cercana al proceso.