Como podía esperarse, y luego de un extenso y profundo debate, el Congreso aprobó la ley con la cual se pretenden modernizar las Tecnologías de la Información y Comunicación en Colombia. Conocida como la ley TIC, esa iniciativa es un gran paso para actualizar la actuación del Estado frente al sector con mayores y más revolucionarios cambios y para poner al país en el camino hacia la transformación y la democracia que significa el acceso a las redes para todos.

Como ha sido explicado con suficiencia, la ley TIC pretende llevar el acceso con calidad a la conectividad para que llegue “a la Colombia profunda de 20 millones de colombianos de los estratos 1 y 2, y áreas rurales”, según la Ministra del ramo. Para ello crea condiciones a los concesionarios del espectro radioeléctrico para que inviertan en el largo plazo con periodos que pueden llegar a los veinte años, lo cual genera condiciones para lograr el avance tecnológico en toda la Nación.

El efecto será crear posibilidades para que la nación tenga capacidad de utilizar la tecnología de las comunicaciones para acceder al conocimiento y la educación, para desarrollar sus actividades profesionales y encontrar una manera de superar las barreras que hoy existen. Si se cumplen esos propósitos y se aplica pensando en ello, la Ley puede transformarse en una revolución, vinculando al mundo de la tecnología a quienes hoy son marginados de ella.

Debe destacarse también la creación del Fondo Único de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones que reemplaza dos entes, uno para la tecnología y otro para financiar la televisión pública, y facilita su administración. Según la Ministra, el cambio garantiza el máximo nivel de recursos posible, un incremento según el Índice de Precios al Consumidor y permite que el 10 % de los recursos sean utilizados para gastos de funcionamiento de los canales.

De otra parte, en la norma se cambian las condiciones en las que se han manejado la potestad del Estado para regular y vigilar las comunicaciones, financiar la televisión pública y promover la competencia en los mercados de las redes y los servicios de telecomunicaciones. No es pues el enemigo de la televisión pública y por el contrario está previsto que permitirá aumentar el aporte para mantener su capacidad de divulgar la cultura nacional.

En ese sentido, la comisión que reemplazará a entidades como la Agencia Nacional de Televisión será conformada de manera que se evite la posibilidad de que el gobierno de turno asuma el control total de medios fundamentales para la libertad como la televisión o el internet.
Por supuesto, siempre existirá la tentación de usar la nueva Comisión de Regulación de las Comunicaciones y la Sesión de Comisión de Contenidos Audiovisuales para fines distintos, por lo cual hay que estar atentos a impedir sus posibles desviaciones.

Luego de que sea sancionada la ley, el país tendrá una buena posibilidad de sintonizarse con las realidades y oportunidades que ofrece la tecnología aplicada a las comunicaciones. Ojalá así sea, para bien de los millones de colombianos que lo necesitan.