Mucho se ha especulado sobre la situación que vive Cali y la perspectiva que tienen los caleños sobre su ciudad. Ante los resultados de la encuesta presentada por ‘Cali cómo vamos’, hay que reclamar que reaparezca ante todo el liderazgo que permita recuperar lo que la mezcla de violencia y desorden le han causado al espíritu de sus habitantes.

La ‘Encuesta Virtual de Percepción Ciudadana Cali 20-21’ es producto de una alianza de entidades empeñadas en apoyar el desarrollo y la convivencia en la capital vallecaucana. Por ello debe interpretarse como un esfuerzo para medir lo que los caleños piensan sobre su ciudad, esfuerzo alejado de cualquier interés o intención distinta a generar una herramienta que muestre la opinión de los ciudadanos.

En ese orden de ideas, es demasiado preocupante que el 69,6% de los caleños encuestados en noviembre de 2021 consideren que las cosas en Cali van por mal camino, lo que significa un incremento de 23,9 puntos con respecto a los resultados de agosto de 2020. Allí está reflejado el impacto que en el espíritu de la ciudad ha tenido la oleada de violencia que ha venido creciendo y se desató con mayor intensidad entre el 28 de abril y el 30 de junio del año pasado.

Como consecuencia, los niveles de satisfacción y de confianza han caído de manera notoria. Por ejemplo, el 82,3% de los encuestados en noviembre de 2020 se sienten inseguros, un 6,9% más de los consultados en noviembre de 2020, cifra que en zonas como el oriente de la ciudad llegan al 85,6%. En otros términos, los habitantes de Cali se sienten amenazados y han perdido de manera sensible su confianza en la respuesta tanto colectiva como de sus gobernantes a uno de los problemas más amenazantes de cualquier sociedad.

Esa percepción se refleja en la calificación que le otorgan a sus autoridades municipales, llegando a una negativa del 69,4% a la gestión del alcalde y de 76,8% del Concejo Municipal. Además, el 65,3% opina que el nivel de corrupción en Cali ha aumentado, lo cual muestra tanto la pérdida de confianza en la gestión de sus líderes políticos y gubernamentales como la distancia que crece entre sus necesidades y la respuesta que les ofrecen desde los organismos locales que deberían atenderlos.

Los temas más destacados a los cuales piden atención son encabezados por la seguridad y la convivencia con un 54,6%, el empleo con el 53,3% y la movilidad, vías e infraestructura con el 41,0%. Frente a ello, tanto el presupuesto como la ejecución del mismo muestran un decrecimiento sensible y las prioridades son muy distintas a lo que reclaman los ciudadanos.

Estos resultados son un llamado de atención sobre la necesidad de que la administración caleña se sintonice con las necesidades que padece la sociedad que gobierna, lo cual empieza por construir un acuerdo que convoque a todos los sectores que la conforman y sin ninguna discriminación. Ante los difíciles momentos por las que ha atravesado su ciudad en los últimos tiempos, los caleños necesitan del liderazgo que los oriente, interprete sus reclamos y necesidades y los guíe para salir de la incertidumbre.