"En el caso de Cali, las acciones conllevan inteligencia y seguimiento a esos sitios clandestinos donde se compran y venden celulares robados. En sus primeros 15 días de implementación, esta iniciativa ha logrado una reducción del 33% en este tipo criminal".

En la batalla contra el robo de celulares en Colombia, el compromiso debe ser de todos. Esa es la consigna con que el Gobierno Nacional espera frenar el que se ha convertido en el delito más sensible para la ciudadanía. Modalidad criminal que reporta 140.000 casos al mes en Colombia. En la capital del Valle, en lo que va corrido del año la cifra de celulares robados reportados a las autoridades asciende a 600 (se calcula que la cifra real puede superar los 1.200).Eso, sumado a casos que causan la indignación nacional, como el asesinato del estudiante de Derecho Juan Guillermo Gómez, a quien mataron hace diez días en Bogotá por robarle su celular. O lo ocurrido ayer, cuando un menor de edad asaltó a un ciudadano y le arrojó ácido en la cara, para evitar que lo siguieran. O lo que les acontece a cientos de colombianos, de lo cual hay testimonios por doquier, que sienten temor siquiera de contestar una llamada en la calle, en el bus o en su carro, porque saben que ello les puede costar, incluso, la vida.El fenómeno está sobrediagnosticado. También la necesidad de acabar con las redes de traficantes: hay 17 bandas transnacionales que operan en Colombia, con redes alternas en Ecuador y Venezuela. Ello, además de la necesidad de tomar las medidas de prevención mínimas, para evitar ser víctimas del mismo.Y mientras llega la hora cero (1 de octubre) para que empiece a operar la mencionada base positiva, que registrará el total de líneas legales censadas por los operadores, así como los establecimientos que cuentan con permiso para negociar equipos móviles, las tareas emprendidas por las autoridades se constituyen en un anuncio esperanzador.En primer lugar está la estrategia de los grupos elites de la Policía, para combatir el delito. En el caso de Cali, las acciones conllevan inteligencia y seguimiento a esos sitios clandestinos donde se compran y venden celulares robados. En sus primeros 15 días de implementación, esta iniciativa ha logrado una reducción del 33% en este tipo criminal. Y en segundo lugar, está la estrategia nacional contra el robo de celulares, anunciada ayer por el director de la Policía Nacional, general José Roberto León Riaño, que operará en diez ciudades y que como novedad involucrará a todos los miembros del Plan Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes, con el fin de tener ojos en todos los barrios, concentrados en la disminución de este delito.Pero sin duda, tal como lo ha repetido el Alto Consejero para la Convivencia y la Seguridad Ciudadana, Francisco José Lloreda, ninguna lucha dará resultados mientras que la sociedad sea cómplice de este delito, porque detrás de cada robo de un celular hay un cliente, al que no le importa la procedencia del equipo.Por eso, si de verdad se quieren ver resultados contundentes, es necesario que las autoridades no bajen la tregua en la lucha contra el desmantelamiento de las redes de tráfico; que haya claridad en las cifras legales de negocios y líneas existentes en Colombia; que se endurezcan las penas contra los asaltantes del que es considerado un robo de menor cuantía. Y, por encima de todo, que cada ciudadano entienda que no debe fomentar un delito, del que puede convertirse en víctima en cualquier momento.