El tiempo podría ayudar a minimizar el impacto de ciertas situaciones dramáticas y/o negativas.

Sin embargo, es un engaño creer que es suficiente para dejar ir la pena, el dolor o la tristeza.

Sin ayudas, el sufrimiento persiste o, incluso, se intensifica con el tiempo, si no lo abordas bien.

En situaciones traumáticas o complejas, el tiempo no cura nada ni arregla los males.

Hay que buscar apoyo emocional, terapéutico o profesional para sanar y avanzar.

Urge una sabia intervención activa, con terapias y el apoyo de los seres queridos.

Eso es crucial para superar obstáculos y promover el bienestar. Es clave aceptar y no resistirse.

Está comprobado que si haces resistencia sufres y, si aceptas y te adaptas, fluyes y mejoras.