Habla así con Dios porque eso es orar: Gracias, mi Señor, soy bendecido y mimado.

Eres mi amor y mi vida, eres todo para mí, luz y paz, vida y esperanza, gozo y confianza.

Me amas sin límites, Madrepadre, me cuidas, me guías, me acompañas siempre.

Amado Creador, eres mi fuente de paz y alegría, eres mi fortaleza y mi grata compañía.

Quiero amarte de verdad y no acordarme de ti solo en la necesidad o ante un hecho dramático.

Contigo, Dios, transmuto el odio en perdón, el egoísmo en amor y la dureza en compasión.

Gracias porque ahora tengo la consciencia de tu constante y amorosa presencia.

Mi reto es amarme, amarte y amar a todos y tratarlos como hermanos. Gracias por tu amor ilimitado.