Los griegos rechazaron el 'apretón' propuesto por los acreedores del país. Se prepara cumbre en Europa.
Aunque la mayoría de los analistas coinciden en que el rechazo de los griegos a las medidas de ajuste impuestas por el Fondo Monetario Internacional y por la Comisión Europea, representa una inminente salida de este país del euro, el primer Ministro griego Alexis Tsipras, no lo cree así.
Según el Ejecutivo, el resultado del referendo, donde el 61,31 % de los votantes rechazaron las exigencias de los acreedores de Grecia, el triunfo del No no es una ruptura con Europa, pero reforzará la posición negociadora de Grecia y obligará a los acreedores a abordar la cuestión de la pesada deuda del país.
Ahora, la deuda estará en la mesa de negociación, dijo Tsipras en una alocución televisada en la que recordó que su gobierno está dispuesto a reanudar la negociación con un plan de reformas creíbles y socialmente justas y abogó por la unidad de los griegos.
Pero otra cosa es lo que piensa el resto de Europa. El primer ministro griego Alexis Tsipras ha roto los últimos puentes entre Grecia y Europa y es difícil imaginar nuevas negociaciones tras la victoria del No en el referendo, dijo el vicecanciller alemán Sigmar Gabriel.
Tsipras y su gobierno están llevando a Grecia por un camino de amarga renuncia y desesperanza, aseguró a los medios de comunicación.
Asimismo, el viceministro ruso de Economía, Alexei Lijachev, dijo que Grecia dio un paso hacia la salida de la zona euro y agregó que una eventual salida de Grecia de la zona sería una especie de terapia de choque para la Unión Europea.
La Comisión Europea, por su parte, dijo que respeta el resultado del referendo y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, aseguró que para la recuperación de la economía griega es inevitable adoptar medidas difíciles y reformas. No vamos a esperar las iniciativas de las autoridades griegas.
Los europeos deben recomenzar a buscar un acuerdo para salir del laberinto griego, dijo por su parte el jefe de la diplomacia italiana, Paolo Gentiloni, en un tuit. Ahora es justo que se comience a buscar un acuerdo. Pero del laberinto griego no se sale con una Europa débil y sin crecimiento, aseguró.
Los presidentes del Eurogrupo preparan para mañana una cumbre con el fin de analizar la decisión de los griegos y definir el futuro de este país.
Consecuencias
Con abrazos, felicitaciones y sonrisas, miles de griegos celebraron en las calles de Atenas la victoria del pueblo que dijo no a las condiciones de los acreedores en un referendo histórico. Esto es una victoria del pueblo griego, y una oportunidad para España y Portugal, que deben seguir el camino, dijo Yorgos, un joven de 25 años.
Se teme que la alegría de muchos griegos se verá truncada una vez empiecen a sentir las consecuencias de su decisión. El presidente del Parlamento Europeo, Martín Schulz advirtió que Grecia deberá introducir una nueva moneda, sin embargo, dijo que no dejaremos caer a la gente y aseguró que se podrían conceder rápidamente créditos de emergencia a Atenas.
Pero calificó como peligroso el anuncio griego de una eventual reapertura próxima de los bancos a causa del riesgo de un pánico financiero, pues desde hace una semana las personas solo pueden hacer retiros de 60 euros diarios con tarjeta.
Según analistas de Bancolombia, volver a la mesa con el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea implicaría empezar de cero una nueva negociación. Es difícil pensar en una salida de la eurozona que no sea desordenada y traumática, ya que al desplome del sistema bancario se sumaría una adopción precipitada de una moneda nacional que perdería valor rápidamente, lo que a su vez propiciaría un ambiente de alta inflación, dijeron.
Además, la falta de pago de la deuda que tiene el país con los acreedores crearía una nueva fuente de tensión con el resto del mundo, lo que llevaría a Grecia a estar marginada de los mercados. Esto traerá volatilidad creciente y probablemente incrementaría el efecto contagio a otros activos a nivel global.
Algunos analistas esperan que hoy cuando se abran los mercados bursátiles europeos se presente una caída del euro frente al dólar, pero confían en que esta no sea catastrófica.