Historia de la familia colombiana que vendía tamales en Estados Unidos y regresará a su país: “a mi esposo me lo deportan”

En tiempos de discursos antiinmigrantes, donde los aspirantes a presidentes en todo el continente parecen seguir las directrices de Donald Trump, se conoció un nuevo caso de cómo las políticas que buscan criminalizar a personas extranjeras que viven en determinados países afectan el interior de familias enteras.

Esta vez se trata de una familia colombiana radicada en Nueva Jersey, que tomó la decisión de abandonar territorio norteamericano luego de que el padre de familia fuera detenido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés, el brazo duro de Trump en las calles de los Estados Unidos, y quienes han protagonizado videos en los que habría uso exagerado de la fuerza por parte suya).

La captura del hombre habría ocurrido mientras este realizaba diligencias para su emprendimiento gastronómico, y que terminó en un proceso de deportación acelerado y en la determinación de toda la familia de regresar juntos a Colombia. Esta decisión trae consigo el cierre definitivo de su negocio en el país gringo, bastante conocido entre la comunidad local de Nueva Jersey.

El final del ‘sueño americano’ para la familia Acosta Rojas se dio el sábado 13 de diciembre, cuando Jairo Acosta fue abordado por el Ice en Elizabeth, Nueva Jersey. Jairo estaba haciendo las compras para una nueva jornada de “Los tamales de Ana”, un local ubicado en Hillside en donde vendían este típico plato colombiano, y que representaba el principal sustento de la familia.

“Nunca pensé que me fuera a pasar esto”, expresó Ana Rojas en un video publicado en Instagram. “Mi esposo desafortunadamente cayó en una redada y desde ese momento está detenido”, añadió.

Luego de esta detención, la familia buscó información acerca de posibles alternativas legales ante las autoridades de migración norteamericanas. Pero, según cuentan sus hijos, la presión emocional y la incertidumbre que supuso el proceso llevaron a que Jairo firmara los documentos que aceleraron su salida del país.

“Yo no me aguanto, yo me voy”, habría dicho Jairo, de acuerdo con lo relatado por su hijo Diego Acosta en una entrevista con Telemundo.

“Desafortunadamente, a mi esposo me lo deportan”, afirmó. “No podemos quedarnos en este país”, dijo, por su parte, la esposa de Jairo, Ana Rojas.

Con esta decisión, se pone fin al tiempos dedicado a “Los tamales de Ana”, el emprendimiento que comenzó de forma informal frente al consulado de Colombia en Newark.

“Mi papá se paraba afuera del consulado colombiano con un carrito de venta. Duró más o menos dos años, todos los días trabajando”, recordó Diego Acosta.