Surtifamiliar es una marca que está en el corazón de los vallecaucanos. Se trata de una empresa familiar, fundada bajo los principios de respeto, amor, compromiso y tesón, consolidándose como una de las cadenas de supermercados preferidas en la región.

Para narrar su historia hay que ir hasta su raíz, representada en su fundador, Benjamín Valencia Villegas, quien con tan sólo 15 años llegó al Valle del Cauca en la década de los cincuenta, proveniente del municipio de Sonsón, Antioquia, para buscar nuevas oportunidades.

Dueño de un espíritu visionario, llegó a Restrepo, al norte del Valle, donde comenzó a realizar ventas al detal, un trabajo que asumió con disciplina, dedicación y mucho sacrificio. En pocos años, tanto esfuerzo dio sus frutos, cuando abrió su primer centro mayorista: ‘El Caney’. Fue entonces cuando conoció a su esposa Nubia Arbeláez, quien lo acompañó por el resto de su vida y a su lado, formó su familia.

Buscando ampliar horizontes, el comerciante se trasladó en la década de 1970 a la ciudad de Buga donde se consolidó en la venta de granos y abarrotes al por mayor.

Siempre inquieto y recursivo, en 1977 decidió replantear su negocio agregando la venta de frutas, carnes y verdura. Así nació Surtifamiliar, un supermercado bajo el concepto de autoservicio que de inmediato recibió la respuesta positiva de la clientela.

El crecimiento de la marca se dio a pasos agigantados, gracias a la inmensa pasión de su fundador por el mundo comercial y su gran amor por el servicio a la gente. En 1979 Surtifamiliar abrió una sede en Tuluá; un año después, inauguró un local en El Cerrito, y en 1983 Surtifamiliar abrió su primer sucursal en Cali.

Don Benjamín inició la expansión de estos supermercados siempre con la idea de generar una marca que fuera rentable y sustentable, pero que además aportara al bienestar, progreso y desarrollo social de las ciudades a las que llegaba.

Recogiendo el legado
Fallecido en el año 2002, don Benjamín dejó el legado a sus hijos quienes continuaron con la exigente puesta que hizo su padre de fortalecer su marca, adaptándola a las exigencias de su tiempo, pero conservando los principios con que fue fundada y, sobre todo, proyectando esa gran sensibilidad de servicio y respeto a la comunidad.

Hoy en día, la marca cuenta con once sedes en el Valle, lo que le permite fortalecer el vínculo con sus clientes a partir de estrategias, para cumplir su promesa de ofrecer los mejores precios, economía y calidad en sus productos y servicios. Asimismo, creó su propia línea de productos, para aportar otro sello de garantía y confianza.

Además de promociones, ofertas y descuentos permanentes, la marca tiene el programa de fidelización, a través de la tarjeta ‘Surticliente’, con beneficios para sus afiliados. También se destaca por su club de amas de casa y por las actividades de capacitación que realiza para la comunidad. De otra parte, ofrece ‘Nuestra Tarjeta Colpatria’, en alianza con esta entidad bancaria, que otorga un 5% de descuento permanente en todas las compras.

Lo que más reconocen los clientes es la gran armonía que se respira en todas sus sedes, algo que sale del alma de cada uno de sus colaboradores, un equipo humano capacitado que conforma la gran familia Surtifamiliar. Muchos de sus miembros llevan más de 35 años trabajando allí, siempre con una sonrisa amable y la mejor disposición para asesorar a la clientela.

Surtifamiliar ha construido con los vallecaucanos una historia de afecto y tradición. Un espacio al que las nuevas generaciones de consumidores llegan, porque en sus sedes están grabadas partes de sus recuerdos de niñez, cuando iban allí con sus abuelos o sus padres en ese ritual cotidiano de hacer mercado, una tradición que seguirá creciendo, gracias a la calidad de sus productos, excelente servicio y buenos precios. Un lugar donde, como dice su eslogan, “Sí es más barato”.