Café Águila Roja se ha posicionado como la bebida que reúne a la familia y a los amigos alrededor de un delicioso tinto. Una marca que está presente en la vida de varias generaciones de colombianos gracias a la calidad de sus productos, elaborados con la más avanzada tecnología.
Torrecafé Águila Roja fue fundada por el señor José Panebianco de Rosa en los años 1930, en un local ubicado en la Carrera 4 con Calle 11 de la histórica Plaza de Cayzedo, pleno centro de Cali, desde donde comenzó el crecimiento de la ciudad, y empezó a consolidarse como una de las compañías más importantes de la región.

Ese crecimiento motivó que la empresa se trasladara, en 1939, a la Carrera 5 con Calle 21 del barrio San Nicolás, también zona céntrica de la ciudad. Y ya en 1974 inaugura la primera planta de producción de café tostado y/o molido en el municipio de Candelaria, vecino de Cali.

La innovación tecnológica para la constante renovación de procesos al interior de la compañía, en busca de productos de alta calidad, impulsaron la construcción de una segunda planta en el municipio de Madrid, Cundinamarca, en 1994. La tercera planta se abrió en el año 2000, en el municipio de Santander de Quilichao, Cauca.

Este 2019 se cumplen 89 años de maestría cafetera en Colombia, de la mano de Torrecafé Águila Roja.

Un aliado del deporte
El crecimiento empresarial de Torrecafé Águila Roja durante la historia ha estado estrechamente ligado al fomento del deporte nacional. Desde 1963, la empresa apoyó el ciclismo presentando al equipo Águila Roja, en cabeza de Hernando Torres, respaldo que se transformó en una pasión familiar.
De hecho, el señor Ettore Sangiovanni asumió el cargo de presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo por un periodo de ocho años, en los que se destacó su gestión con las finanzas de la entidad y la recuperación de los derechos de la Vuelta a Colombia, además de obtener recursos para organizarla. Igualmente, en los años 70, el señor Giuseppe Sangiovanni, Presidente de la compañía, incursionó en el fútbol profesional colombiano.
Durante su historia, Torrecafé Águila Roja contribuyó a la conformación del primer equipo femenino de fútbol, usando inicialmente como sitio de entrenamiento las instalaciones del Hospital Psiquiátrico del Valle, San Isidro, ubicado en el barrio Nápoles, al sur de la capital vallecaucana.

En la actualidad, apoyan a la institución deportiva de Orsomarso de la ciudad de Palmira, Valle, que se encuentra en la categoría B del fútbol colombiano.

Torrecafé Águila Roja ha estado involucrada con el fortalecimiento de la educación de la región, a través de apoyos donativos para el mejoramiento de instalaciones educativas, promoviendo el empuje tecnológico en las aulas de clase.

Un café inigualable
La continuidad de sus productos en el negocio del café se ha logrado gracias al cumplimiento de las necesidades y expectativas que tienen los clientes y consumidores de Café Águila Roja.

Tales resultados se han logrado en conjunto con tecnología adecuada, gracias a las inversiones realizadas en los procesos de mejoramiento del producto, que garantiza altos estándares de calidad para patrones de tazas únicas con diferentes sabores provistos por café 100 %
colombiano.

De esta manera, el café Águila Roja se ha posicionado como una de las marcas más reconocidas en el mercado nacional. Las renovaciones tecnológicas han permitido una producción más limpia, con estrategias para la reducción de coproductos y permitiendo la reincorporación del 64 % del total de residuos generados.

El enfoque social e incluyente de la dirección de Torrecafé Águila Roja pretende que su impacto sea global, y no solo beneficie a la marca, sino a todos los colaboradores y clientes relacionados con ella. Este es el concepto de familia que impulsó el señor Giuseppe (Peppino) Sangiovanni, con Café Águila Roja, lo cual le mereció una serie de reconocimientos tales como ‘El dirigente del año’, entregado por Cicrodeportes del Valle, en 1983; ‘Mérito deportivo’, entregado por la Junta Administradora de Deportes del Valle del Cauca, e ‘Hijo Adoptivo de Santiago de Cali’, en el 2003.

Ese mensaje familiar y de lazos de amistad han reflejado los diferentes eslogan de la marca en su historia: “Te acompaña con cariño”, “Calidad certificada”, “¡Arriba ese ánimo” y “Tomémonos un tinto.... Seamos amigos!”, los cuales se convirtieron en frases de la idiosincrasia vallecaucana. A esto se suma el tradicional jingle navideño que hace parte de la historia cultural y musical de las familias colombianas en el último mes del año.

El amor, la familia y el patriotismo son la esencia de esta compañía vallecaucana de gran importancia en la historia del país.