Como Rigoberto Ámbito Rojas fue identificado el comunero indígena asesinado por integrantes de las disidencias de las Farc, quienes lo sacaron violentamente de su vivienda ubicada en la zona rural del municipio de Inzá, al oriente del departamento del Cauca.
El hecho fue confirmado por varios líderes indígenas de esta región, quienes relataron que el sábado 6 de diciembre, una vez finalizaron los combates entre el frente Dagoberto Ramos y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, ELN, miembros del primer grupo armado ilegal llegaron hasta la vereda El Palmichal, donde residía la víctima al lado de su familia.
“Esa gente llegó hasta la vereda El Palmichal y luego se presentó en la casa del compañero indígena, a quien sacaron a empellones para llevárselo con rumbo desconocido. Así lo relataron los familiares cuando alertaron a las autoridades ancestrales cuando sucedió esto”, explicaron los líderes comuneros al detallar los momentos previos al secuestro y posterior asesinato.
A partir de ese momento, los familiares y las comunidades iniciaron la búsqueda del comunero, sin obtener respuesta durante varias horas. Sin embargo, el lunes festivo siguiente, 8 de diciembre, habitantes de la misma vereda informaron del hallazgo de un cuerpo en un lote cercano.
Al acudir al sitio, las autoridades indígenas y allegados confirmaron que se trataba de Rigoberto Ámbito Rojas, quien tenía 33 años de edad.
“El cuerpo del amigo presentaba heridas causadas por arma de fuego. Cuando los seres queridos llegaron al lugar, corroboraron que se trataba de él. El hallazgo se dio en la mañana del lunes festivo, cuando la comunidad se topó con el cadáver y dio aviso al resto de pobladores”, señalaron los líderes indígenas.
Este crimen ocurre en medio de la guerra abierta que se vive en Inzá, Páez-Belalcázar y otros municipios del oriente del Cauca entre las disidencias de las Farc y estructuras del ELN, quienes se enfrentan por el control territorial, las rutas y la influencia sobre las comunidades.
En esta confrontación, campesinos e indígenas han quedado atrapados en medio del fuego cruzado, siendo víctimas de asesinatos, desplazamientos, confinamientos y constantes intimidaciones, como bien denuncian organizaciones como el Consejo Regional Indígenas del Cauca, Cric.
Las autoridades indígenas rechazaron de manera contundente este nuevo hecho violento y reiteraron el llamado al Estado colombiano para garantizar la protección de las comunidades y el respeto a la vida en un territorio que permanece bajo permanente riesgo por la presencia de actores armados ilegales.