Aura Deisy Rivadeneira nació en Tumaco (Nariño) hace 62 años, pero los últimos 40 los ha vivido en Cali, donde es reconocida como una de las mejores cocineras tradicionales del Pacífico y portadora de saberes ancestrales.
Desde hace 10 años, miles de turistas llegan a la Casa Grande del Petronio Álvarez buscando —guiados por entusiastas recomendaciones— el stand 20 con el letrero Las Delicias de Tumaco, donde doña Aura brinda sus manjares.
Por estos días, su casa del barrio Pízamos —que compró con los ahorros acumulados de años trabajando como cocinera en casas de familia, eventos y restaurantes— está abarrotada de plantas, verduras, frutas y otros ingredientes que necesitará para la muestra gastronómica de esta edición del Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez.
Este año, las cocineras tradicionales rendirán un homenaje a la matrona del Pacífico, Maura Orejuela de Caldas, pionera de la gastronomía afrocolombiana en Cali, quien falleció el pasado 5 de julio, a los 87 años.
“Ella es nuestra jefa, mi Maura, con la que compartimos en muchos eventos, fue una gran maestra, con ella aprendí mucho, porque era chocoana y yo tumaqueña, así que nos intercambiábamos secretos de las preparaciones”, recuerda doña Aura.
“Maura fue la que trajo la tradición de la cocina del Pacífico a Cali, mostró la sabrosura y los beneficios de nuestros platos”, asegura.
La primera maestra de doña Aura, fue su abuela, Arminda de Tello Rivadeneira, “ella fue quien me crió y desde niña me enseñó a preparar la comida tradicional”.
Cuenta que “en mi tierra teníamos la costumbre de que cuando una familia tenía una segunda o tercera hija mujer, esa se la pedía la abuela para criarla, eso me pasó a mí, por eso desde que nací viví con ella”.
En la casa de Tumaco tenían una huerta en el patio, donde cultivaban plátano, coco, aguacate, yuca, guayaba, anón, y en la terraza crecían las yerbas de azotea como el ají dulce, el cimarrón, poleo, orégano, albahaca, cilantro, entre otras, con las que dan la sazón particular a sus comidas.
“Al principio mi abuela me encargó de los cultivos y de las plantas, que las cuidara y las recogiera cuando dieran cosecha, luego me fue enseñando a cocinar, recuerdo que me dijo: ‘Aprende a hacer algo, porque la mujer no debe depender del hombre, tienes que saber algo para defenderte’. Yo me quedé con esa lección para la vida y seguí su legado”, dice.
A los 20 años, casada y con un hijo, y junto a su abuela ya mayor, Aura decidió trasladarse a Cali, donde empezó a trabajar cocinando para diferentes familias.
“Yo hacía mis platos tradicionales y a ellos les encantaban, no me querían dejar ir, pero una vez, una de las señoras me motivó: ‘Pero vos cocinás muy bien, deberías tener tu propio restaurante o que te contraten en uno’, y por eso me fui a trabajar en restaurantes del Pacífico, y luego tuve el mío por algunos años”.
En la actualidad, doña Aura es representante de la cocina tradicional del Pacífico, llevando sus saberes a diferentes eventos gastronómicos y participando en el Petronio Álvarez, también, en ocasiones, la contratan para eventos especiales.
Pero, “ahora me he quedado más tranquila, estoy dedicada más enseñar a las nuevas generaciones, como hizo mi abuela, mi hija es la que está continuando la tradición”.