Con el Caribe en la piel y la creación como bandera, los artistas plásticos Javier Caraballo y Giselle Borrás han sido invitados a representar a Colombia en un evento en el marco del Art Basel Week Zurich, que inició ayer en Suiza y es una cita imperdible para coleccionistas, curadores, galeristas y críticos del arte global.

Durante esta semana, Zúrich se convierte en un epicentro de tendencias, discursos y movimientos artísticos que definen la agenda del arte contemporáneo.

La invitación llega a Caraballo y Borrás por medio de Iller Gallery, que representa un momento clave para el arte colombiano, lo que permite proyectar una narrativa visual distinta cargada de identidad, color y memoria que se desmarca de los cánones tradicionales y plantea nuevas formas de leer Latinoamérica desde el arte.

Javier Caraballo y Giselle Borrás no solo son artistas contemporáneos, son creadores de nuevas formas de mirar y habitar el mundo. | Foto: El País

Javier Caraballo es un artista barranquillero con una trayectoria de más de 15 años, y ha construido una propuesta visual que reivindica el universo infantil como espacio legítimo de creación artística, en el cual la exploración se convierte en una base de representación que permite involucrar a todos.

“Mi trabajo está basado en la estética y la grafía infantil. Es una investigación que llevo desarrollando desde hace más de una década para destacar que el niño, en este mundo, es el artista”, afirma Caraballo.

Su obra está marcada por el color, la espontaneidad y el juego, es una declaración de principios: arte y niñez no solo coexisten, sino que se potencian mutuamente.

Por su parte, la técnica visual basada en la grafía infantil como lenguaje artístico, donde fusiona trazos espontáneos, colores vibrantes y composiciones libres inspiradas en el dibujo de los niños.

Su enfoque se centra en la estética de la niñez como forma de expresión genuina, con una carga emocional y simbólica que reivindica al niño como creador legítimo de arte.

A través de esta mirada, Caraballo desestructura los cánones formales del arte académico y propone una narrativa fresca, lúdica y profundamente caribeña, en la que la alegría, el humor y la vitalidad de la cultura popular se convierten en herramientas para reflexionar sobre la sensibilidad y el imaginario colectivo.

'Picasso', de la serie “Master of painting”, Oleo sobre lienzo 80x160 Cm. Obra de Javier Caraballo. | Foto: El País

Memoria híbrida y puntillismo contemporáneo

Por su parte, Giselle Borrás, artista colombo-española radicada en Barranquilla, lleva a Zurich una obra que es puente entre culturas, con una técnica que ha llamado puntillismo contemporáneo.

A través de esta, descompone imágenes fotográficas de su archivo personal y las reconstruye punto a punto, incorporando íconos de la fauna y la estética latinoamericana, en un ejercicio de memoria y reinterpretación de la realidad.

“Hay una hibridación cultural en mi obra: lo clásico heredado, como los pisos de cuadros o las columnas, se mezcla con símbolos de nuestra identidad. Trabajo con la idea de que la realidad no es estática, sino manipulable. La descompongo para reconstruirla desde la memoria y el arte”, explica Borrás.

Para ella, vivir y crear en Barranquilla ha sido una ventaja creativa. “Desde que nacemos, los barranquilleros estamos expuestos a un bombardeo cultural: danza, expresión, emociones. Esa capacidad expresiva de la costa ha sido vital en mi desarrollo artístico”, concluye.

'Mental Hallway', 2025, obra de Giselle Borrás | Foto: El País

En su técnica del puntillismo contemporáneo, interviene fotografías tomadas durante su trabajo de campo para descomponerlas en puntos, cuestionando así la materialidad de la realidad.

Así reconstruye las imágenes incorporando elementos visuales propios de la iconografía latinoamericana, como símbolos de la fauna, arquitectura colonial o patrones decorativos, generando un diálogo entre lo clásico y lo contemporáneo, entre lo personal y lo colectivo.