Salir a ‘rodar’ se ha convertido en un desafío y en un riesgo para quienes a diario utilizan la bicicleta para ir a trabajar o para ejercitarse en Cali. Riesgos que tienen su raíz en una precaria infraestructura de bicicarriles, una constante sensación de inseguridad a sufrir hurtos y la falta de eficiencia en la autoridad para hacer cumplir la normatividad del tránsito.
Estas sensaciones las vive a diario Fernando Bustamante, un caleño dedicado a los oficios varios, quien siente pavor al salir a laborar en este medio de transporte.
“Es horrible sentir encima de los hombros los carros y motocicletas pitando como si ya estuvieran pasando por encima de uno. Hay que tener nervios de aceros porque un pitazo de un camión lo puede hacer caer a uno y hasta ahí fue. Además, hay muchas vías principales que no cuentan con carriles para bicicletas, a esto se le suman los huecos, la falta de tapas de cañería y el temor a ser atracado”, dice el trabajador, quien todos los días recorre durante 30 minutos la Autopista Simón Bolívar en bicicleta para llegar a su trabajo.
La fragilidad de la que habla Bustamante se refleja en los cientos de veces que él y muchos ciclistas se han dado golpes contra el asfalto. Y no es una simple queja del hombre, según el Observatorio Nacional de Seguridad Vial, Onsv, en el periodo de enero a septiembre del 2020 la accidentalidad ha dejado 73 personas lesionadas en Valle, de las cuales 64 son hombres y nueve mujeres. Este año también se han reportado 55 víctimas fatales, 53 hombres y dos mujeres en el Valle.
En ese sentido, Cali ha aportado a las cifras de lesionados 49 personas: 43 hombres y seis mujeres. Sin embargo, el panorama es más desolador en la ‘Sucursal del Cielo’ cuando se leen las cifras de ciclistas muertos en la vía, pues de las 55 víctimas que se han registrado en el departamento, Cali a aportado 30 fallecidos, todos hombres, entre los 10 y 85 años de edad.
Para mejorar la seguridad vial de los usuarios de la bicicleta en Cali, la Secretaría de Movilidad advierte que está trabajando en la implementación del ‘Plan de Movilidad Urbana’, con el objetivo de llegar a 440 kilómetros de ciclorrutas para el 2030, labor que se deberá ejecutar en conjunto con la Secretaría de Infraestructura y Metrocali.
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“En la actualidad estamos llegando a los 140 kilómetros, en esta Administración se busca ampliar 100 kilómetros más, de los cuales 20 kilómetros son de Movilidad y los 80 restantes los aportan Infraestructura y Metrocali”, dijo William Vallejo, secretario de Movilidad de Cali.
Adicionalmente se busca construir 141 parqueaderos para bicicletas. Igualmente, se está haciendo pedagogía y promoviendo la puesta en marcha del Sistema de Bicicletas Públicas de la ciudad, una estrategia con la que se busca implementar mil estaciones para el préstamo de ‘bicis’, en un área de 12.1 kilómetros de la ciudad, priorizando el centro y su área de influencia.
¿Quién manda en las vías?
Según Janeth Mosquera Becerra, coordinadora del Observatorio del Ciclista y el Peatón y parte de la Mesa de Transporte No Motorizado, la situación del ciclista en la ciudad es preocupante.
“Entre las situaciones adversas que a diario viven los ciclistas está el riesgo a morir en las vías o quedar lesionado, la latente preocupación a la inseguridad, y el miedo a quedar herido en medio de un atraco, convirtiendo las dos primeras situaciones en un riesgo diario”, afirma la experta.
Las carencias en infraestructura también son un factor que juega en contra de los ciclistas. “Las ciclorrutas están ligadas o en medio del tránsito motorizado. Además, no están conectadas entre sí, exponiendo a los ciclistas a que se arriesguen a conducir en tramos que no son para ellos y sin señalética. Igualmente tienen problemas de calidad por huecos, falta de mantenimiento y la constante invasión por conductores de carros y motocicletas a los carriles”, dice Mosquera.
Según la experta en movilidad lo que más protege a los peatones, ciclistas e incluso motoristas es la disminución de la velocidad en las vías. De hecho, reseña que las ciudades que han logrado mejorar la mortalidad en el tránsito ha sido porque han reducido la velocidad, un reto aún pendiente en las vías de Cali y el Valle del Cauca.
“Puedes ir muy bien y tranquilo, pero un carro a 60 kilómetros te va a matar o te deja gravemente lesionado. Si eres impactado por un carro a 70 u 80 kilómetros por hora la probabilidad de vivir es casi nula y si sobrevives puedes quedar con lesiones irreparables”, afirma la también docente de Univalle.
Los ciclistas, además de llevar consigo las preocupaciones de la velocidad, deben ser muy precavidos, pues en Cali hay un comportamiento muy agresivo frente al ciclista y el peatón, donde históricamente se ha creado una hegemonía del carro.
De acuerdo con Mosquera, en la ciudad hay la creencia de que quien tiene carro tiene más poder en la ciudad, se siente dueño de las vías y ve a los ciclistas y peatones como si fueran invasores. A esto se le suma la falta de cumplimiento de las normas de tránsito, no por desconocimiento o falta de cultura, sino porque hay deficiencia en el control.
“No es falta de cultura, porque los mismos ciudadanos que son de estratos 4, 5 y 6 y que usan carro en Cali son los mismos que viajan a Miami, Francia o España y allí sí se comportan muy bien y cumplen las normas de transito. El problema radica en que hay quienes sienten que en la ciudad la norma se puede violar, no reconocen la autoridad, en este caso los guardas de tránsito, como una autoridad legítima, pues la corrupción y los antecedentes que tienen frente a la ciudadanía los hace perder credibilidad. A esto se le suma el ambiente de violencia que se vive en la ciudad, que termina por permear las relaciones que hay en las vías”, concluye Mosquera.
¿Qué se está haciendo en el Valle?
La Secretaría de Movilidad y Transporte del Valle está realizando un diagnóstico en todos los municipios que no cuentan con organismo de tránsito, para identificar las deficiencias en movilidad. Aunque este es un trabajo de movilidad en general, los ciclistas cumplen un rol importante, como medio de transporte alternativos.
“El objetivo es decirle a los alcaldes cuáles son los lugares donde se necesitan ciclorrutas y señalética, brindándoles toda la información necesaria para tener una buena movilidad. Es un trabajo que se espera que se empiece a aplicar el próximo año”, dijo Andrés Lañas, secretario de Movilidad y Transporte en el Valle del Cauca.
Otra de las iniciativas que se empezará a ejecutar a final de mes es la ciclovía Cali- Palmira, “estamos con varias dependencias de la Gobernación trabajando para proteger a los ciclistas y peatones que recurren a esta ciclovía todos los domingos. Le solicitamos a Invías que nos permitiera cerrar el carril derecho en ambos sentidos con el fin de que los ciclistas tengan más espacio”, argumentó Lañas. Se espera tener ese permiso para el domingo 25 de octubre.
Asimismo, la gobernadora del Valle, Clara Luz Roldán, le está apostando al piloto de la ciclorruta Cali – Palmira, con el objetivo de empezar hacer ciclovías intermunicipales.
Cruces peligrosos
La Carrera 44 con Autopista Suroriental es una zona de alto riesgo de accidentalidad, porque hay que hacer una U en la Autopista para volver a tomar la Carrera 44 y los conductores no hacen el pare.
A la altura del Club Noel cuando se toma la Calle 5 desde la Carrera 23. Allí, saliendo del barrio Alameda, hay un pare que no se respeta, lo que pone en riesgo a los ciclistas, que son usuarios con prioridad en la vía.
En la Autopista Simón Bolívar con Carrera 66 hay demarcado paso para peatones, pero no para ciclistas, haciendo que estos salgan y compitan en la vía con los carros. Este corredor es uno de los más utilizados por los ciclistas en sentido Norte-Sur y viceversa.
Otros cruces con alta accidentalidad, de acuerdo con la Secretaría de Movilidad Municipal, son la Avenida Simón Bolívar con Carrera 5, la Calle 5 con Carrera 56, la Calle 70 con Carrera 8, la Calle 5 con Carrera 70 y el Terminalito.