El cable submarino, un proyecto que emprendió Emcali para ser competitivo en el mercado de internet, es el hilo del cual se sostiene Telecomunicaciones (Telco) frente a la crisis que lo tiene al borde del colapso.

La instalación del cable desde Punto Bazante (Buenaventura) hasta Cali comenzó en 2014, luego de una alianza que firmó Emcali con la multinacional CenturyLink (antes Level3), dueña del cable.

Emcali invirtió US$21 millones haciendo la obra y a cambio ese gigante de las comunicaciones le dio el derecho de uso libre y exclusivo de 80.000 MB (megabytes, equivalentes a 80 gigabytes GB u 8 lambdas) durante 15 años, es decir, hasta 2030.

Lea también: ¿Qué tan buen negocio fue el cable submarino para Emcali?, esto dice el Concejo

El cable submarino es como un gran generador del servicio de internet y se lo vende a proveedores y distribuidores para que lo comercialicen. “Es lo que hace Emcali en la ciudad, como ‘carrier’, es decir, un gran proveedor para otros vendedores. Por ejemplo, le presta ese servicio ‘al por mayor’ a la Empresa de Recursos Tecnológicos del Valle (ERT) y esta lo distribuye en todo el departamento”, explica Gustavo Jaramillo, gerente de Emcali.

Para ello, cuenta con dos líneas: la subterránea y la aérea. La línea aérea está destinada a suplir el servicio ante una contingencia de la subterránea (daño, terremoto, etc.) y entró en operación el 15 de octubre de 2015. La subterránea apenas empezó a funcionar en octubre de 2018, pero ambas ya están operando al 100 %.

Este cable es el único que hay por el Pacífico, mientras que en el Caribe hay siete. Al ser el único, da grandes beneficios como la alta velocidad y la estabilidad en el servicio – el internet no se cae– a empresas y usuarios.

Pero, ¿le ha servido a Emcali este activo? Para el gerente, el cable submarino sí le ha servido a Emcali para prestar un excelente servicio a sus clientes y para reducir costos. “Antes tenía que salir a comprar el internet a los mayoristas del Caribe, al precio que ellos quisieran. Ahora solo pagamos el costo intrínseco de traer internet, que es mucho menor. Eso le ha permitido a Emcali penetrar en algunos mercados con tarifas bajas”, sostiene Jaramillo.

Gracias a ello, Emcali es hoy el proveedor de internet de 17 universidades de Cali, de la red hospitalaria de clínicas públicas y privadas y de las zonas francas, que necesitan un internet de alta velocidad y sin interrupciones. “Con el cable submarino podemos garantizarles eso, lo que no podríamos hacer si dependiéramos de un ‘carrier’ del Caribe”, puntualiza el funcionario.

Lo financiero

Pero las cuentas no cuadran. Pese a que en 2017, la RUAV (Red Universitaria Académica del Valle del Cauca), le facturó más de $5104 millones, y hasta agosto de 2018, superó los $ 3631 millones, la crisis de Telco lo lleva a pérdida.

Roberto Reyes, gerente de Telecomunicaciones de Emcali, resalta que el cable submarino es clave para dar valor a los nuevos servicios y soluciones tecnológicas de Emcali e incursionar en el sector especializado de tecnologías inteligentes. “Emcali es el único ‘carrier’ del Pacífico, lo cual nos hace altamente competitivos para romper la brecha nacional e internacional”, dice Reyes. Por ello, el MinTIC y la Vicepresidencia declararon esta iniciativa como Proyecto de Interés Nacional Estratégico (PINE).

Jaramillo explica que cuando el cable se estructuró en 2012, la mega costaba US$30 y se hicieron proyecciones con ese precio para tener un retorno a pocos años, pero hoy está a US$2 y no se sabe si bajará más. “Así es muy difícil saber cuándo vamos a obtener el retorno de la inversión”, afirma.

José Roosevelt Lugo, presidente de la Unión Sindical de Emcali (USE), dice que el cable submarino era para potencializar a Emcali, pero que no se ha logrado por falta de planeación y también por el otrosí que fue necesario firmar en el contrato con Level 3 (hoy CenturyLink), para que no cobrara en dólares, pues la tasa de cambio encarecía demasiado los costos.

“No hay un modelo de gestión adecuado en Telco que entienda las potencialidades que le permiten a Emcali acceder a más clientes y evolucionar el modelo de negocio hacia un ‘carrier’. Lo que ha fracasado es la gestión administrativa”, reclama Lugo.

No obstante, Jaramillo afirma que “sí tenemos planes de mercadeo y penetración en el sector corporativo; estamos llegando a empresas, cada vez tenemos más afiliados. Por ejemplo, estudiamos la posibilidad técnica de proveer el servicio a la Sociedad Portuaria de Buenaventura y los clientes masivos del puerto”.

El contrato

Los sindicalistas de Emcali sostienen que todo empezó mal desde el contrato. Lugo denuncia que “los trabajadores criticamos el contrato porque favorecía el interés privado: Level 3 es socio de Emcali por 15 años en la instalación del cable, pero luego termina siendo dueño del cable”.

Jorge Iván Vélez, fiscal de Sintraemcali, coincide en que ese contrato favorece a un particular (CenturyLink). “El Estado le abre el camino del cable submarino al privado y luego él se queda con la rentabilidad; ese fue el contrato que firmó el entonces gerente de Emcali, Óscar Pardo”, reclama.

Vélez cuestiona la rapidez con que lo aprobaron después de que la Nación le devolviera la empresa al Municipio el 23 de junio de 2013. “Con reuniones extraordinarias, en solo seis meses, en enero de 2014, ya firmaron ese contrato”.

A esto Jaramillo dijo que “no voy a decir si fue buen o mal el negocio en su momento, pero si hoy no tuviéramos el cable submarino, no podríamos prestar el servicio de internet. Los costos de Emcali serían muchísimo más caros que los de la competencia y nadie pagaría dos o tres veces más solo por amor a Emcali. El cable es lo que nos ha permitido mantenernos competitivos”.

Sin embargo, reconoció que CenturyLink vende el servicio de internet en Cali y la región. “Algo que hay que evidenciar es que en la negociación no quedó una exclusividad para Emcali en las zonas donde presta su servicio; entonces Century Link nos está intentando quitar mercado con todos los clientes de Emcali”, aseguró Jaramillo.

Otro de los inconvenientes es que el 95 % de las conexiones a hogares en Cali son en cobre y solo el 4 % son con fibra óptica, razón por la que hay muchas quejas de los usuarios. David Blandón, director de Ingeniería de Telco, calcula que cambiar las conexiones de cobre por fibra óptica, desde los armarios (cajas grises que hay en los barrios) hasta los hogares, costaría US$200 millones.

Sin embargo, Vélez riposta que Emcali sí tiene la fibra óptica en la ciudad y que solo falta la acometida en las casas. Lugo coincide en que Emcali posee la fortaleza técnica que le permite atender toda la red universitaria y la red hospitalaria de Cali públicas y privadas, zonas francas y centros comerciales. “Y ¿dónde están las quejas de clínicas tan importantes como Imbanaco, Fundación Valle del Lili o de la Universidad Javeriana o Icesi, diciendo que el servicio no sirve?”, cuestiona.

Soluciones

Lugo plantea modificar el negocio, con la ventaja del cable submarino, empaquetando internet con datos, llamadas, internet de las cosas, y no tener negocios alternos como la Tv, por fuera con decodificadores y demás, que resulta más costoso porque los trabajadores deben ir a los sitios.

Vélez dice que es imperativo comercializar más el servicio de internet, capturar clientes inmediatos con ventas focalizadas según la infraestructura, optimizar las operaciones de mantenimiento, desarrollar las instalaciones pendientes, entre otras acciones. “Hay capacidad disponible para seguir creciendo en internet a nivel regional, nacional e internacional, este es un tránsito obligatorio para clientes que quieran pasar por el Pacífico. Solo así el cable submarino podría ser el hilo de salvación de Telecomunicaciones de Emcali”.

CenturyLink

CenturyLink es dueño de Southamerican Cruise, el cable submarino que llega a Latinoa- mérica e hizo una desviación en el Pacífico hasta La Bocana para entrar a Colombia desde Buenaventura y en alianza con Emcali, desde Punto Bazante hasta Cali, siguiendo un trazado aproximado a la vía antigua a Buenaventura, explicó Reinaldo Henao, director de Equipos de Telco.

Cobre vs. fibra óptica

Y si el cable submarino es tan bueno, ¿por qué hay tantas quejas de los usuarios del internet de Emcali en los hogares? Porque el internet nos llega a gran velocidad como en una autopista de diez carriles, y al lado, están las universidades, hospitales y zonas francas, y es fácil llegar a ellos, pero los usuarios están lejos de la autopista y al llegar a los barrios la conexión es con alambre de cobre. Entonces se estrecha la vía y la conexión se demora más, baja velocidad; o es intermitente (interrupciones), o la zona queda sin servicio porque se roban el cobre, explica Jaramillo. Y Emcali no tiene capacidad de inversión para cambiar el cobre a fibra óptica a los hogares.